Gustavo Sánchez B
Sin
algún antecedente en materia deportiva y con un polémico historial policiaco, Alfredo Castillo fue colocado como la cabeza de la Comisión Nacional del Deporte, un año y cuatro meses antes de losJuegos
Olímpicos.
La noticia de abril 2015
sorprendió a propios y extraños, pero sobre todo a los deportistas, quienes
sólo habían escuchado de él porque, a mediados de enero 2014, fue nombrado “comisionado
para la seguridad y el desarrollo integral en el estado de Michoacán”,
un cargo inventado y decretado por el presidente Enrique Peña Nieto,
supuestamente para resolver la crisis de inseguridad en ese estado, gobernado
entonces por el priista Fausto Vallejo.
Se convirtió
en colaborador de Peña desde el gobierno del Estado de México. En 2010,
llegó a “resolver” el caso de la niña Paulette, cuya desaparición causó
conmoción hasta que varios días después fue encontrada muerta en su propia
cama.
Los cuestionamientos en su
contra escalaron en Michoacán.
Cifras oficiales del Sistema
Nacional de Seguridad Pública -consultadas por Aristegui Noticias-, establecen
que, en lugar de disminuir, los delitos se dispararon con la llegada del
comisionado. En 2013, en el territorio michoacano se registraron 902
asesinatos. En 2014, el año de Castillo en Michoacán, los homicidios dolosos
aumentaron a mil 85 casos.
Incluso si se revisan las
estadísticas de 2014 y 2015, los delitos
disminuyeron considerablemente cuando Castillo dejó el cargo.
Dos veranos antes de Río 2016,
el entonces comisionado estaba ocupado en encarcelar al líder de las autodefensas de Michoacán, José
Manuel Mireles, con quien previamente había hecho pactos para que él y otras autodefensas
que luchaban contra los Caballeros Templarios, pudieran portar armas; pero al
final los desconoció.
Discordia en la Conade
Ya lejos del conflicto armado,
Alfredo Castillo sustituyó en abril de 2015 a Jesús Mena. Ahí nació otro
conflicto.
En lugar de conjuntar a las
federaciones del deporte, sembró la división.
El director de la Conade
criticó a titulares de las federaciones que hicieron del deporte “un gran
negocio” y “se adueñaron” del mismo.
Las federaciones no tardaron en responder.
“Únicamente quienes han elegido
a sus directivos pueden desconocerles (…) La práctica de recurrir a los
llamados desconocimientos no es más que una forma disfrazada de usar la fuerza
para imponer decisiones en asociaciones ciudadanas que gozan de plena autonomía
e independencia”, aseguró la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo, en su sitio web.
El conflicto escaló y México
pudo haber sido desafiliado por el Comité Olímpico Internacional
(COI) y no hubiera tenido representación en los Juegos Olímpicos de Río 2016,
debido a la injerencia de la Comisión Nacional del Deporte dentro de varias
federaciones deportivas.
Así lo denunció Carlos Padilla Becerra, presidente del
Comité Olímpico Mexicano (COM),quien dijo que en caso de
haberse dado la desafiliación, la delegación mexicana estaría ausente de
Río y los deportistas mexicanos que clasificaran competirían bajo la
bandera blanca del COI.
Y en Río, más polémicas
Actualmente en Río de Janeiro,
Castillo no sólo es cuestionado porque hasta este sábado la delegación mexicana no ha conseguido ni una sola medalla
en ninguna competencia deportiva.
Las críticas en su contra son
aderezadas por los inflados precios de los uniformes Hugo Boss que
los atletas usaron en la inauguración.
Además, se ha cuestionado la
presencia de su novia en Río, Jacqueline Tostado Madrid, quien también portó
uno de los uniformes de la delegación, pese a no ser parte de la misma:
Esta semana, en entrevista
radiofónica, Castillo dijo que “la Conade es una agencia de viajes que
propiamente lo único que hace es dar el dinero a las federaciones“.
Desde esa perspectiva, ya falta
poco para que termine el viaje a Río.
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