Pedro Echeverría V.
1. “Nos quejamos, pero la actividad bancaria está creciendo de
cuatro a cinco veces el producto interno bruto, tanto en créditos como en
depósitos. Realmente los mexicanos están depositando su dinero y realmente
estamos prestando. Son datos públicos para todo el país y toda la banca. Los
bancos no inventamos hoy que mañana nos van a pedir un préstamo, los vemos
venir, los preparamos durante meses, en el caso de los grandes créditos. Y se
ve venir que todavía va a haber mucha demanda de crédito”. ¿Creen los
luchadores sociales que con este “maravilloso bienestar de los mexicanos” Peña
Nieto y su gabinete estén prestos a renunciar o a perder apoyo empresarial?
2. Es de lo que muchos pesimistas nunca hemos tenido dudas: de
la enorme fortaleza de la clase gobernante gracias al total respaldo de los más
poderosos millonarios del país, así como de la dependencia de los
inversionistas yanquis. Puede caerse el precio del petróleo, puede devaluarse
la moneda, puede crecer el número de desempleados, pueden asesinarse a 100 mil
mexicanos, pero el apoyo mutuo de banqueros/empresarios/gobierno es la poderosa
columna que sostiene el bastión capitalista. Pienso que puede haber presidentes
y secretarios de Estado muy papanatas, muy ignorantes, pero el aparato de poder
donde interviene la clase dominante, es fuerte.
3. Por ello el banquero, un tal Marcos Ramírez de Banorte señala
que “Pasó ya en 1994, con el Tratado de Libre Comercio, que entró en vigor al
mismo tiempo de la aparición del Ejército Zapatista, y pasó literalmente de
noche. Ahora, 22 años después, es una reforma que todo mundo dice: mis
respetos. Las 11 reformas aprobadas en el actual gobierno son de calado muy
grande, pero con efecto de mediano y largo plazos. Los efectos, por ser
reformas de gran calado, se ven dentro de tres, cuatro o cinco años y luego
para toda la vida, pero tienen una meseta de madurez donde tenemos que
esperarnos un tiempo; la gente las sobredimensionó a corto plazo”.
4. Muchas veces en las luchas sociales hemos “cantado victoria”
creyendo que “paramos algunas acciones agresivas de la burguesía contra el
pueblo con nuestras movilizaciones” sin darnos cuenta que la burguesía sólo
toma otro camino para continuar con su proyecto. ¿Duda alguien que el TLC no
pudo pararse y que las 11 llamadas reformas estructurales se están
instrumentando en todo lo que va con la absoluta aprobación de la gran
burguesía? Por ello todos los gobiernos, sobre todo a partir de 1982 que se
impuso la total privatización, han estado estrechamente aliados con los
poderosos empresarios, pero sobre todo con Televisa, TV Azteca, Milenio y Tele
fórmula.
5. Desde el 10 de junio pasado discutía acaloradamente frente a
la Nacional de Maestros, antes de la manifestación de estudiantes, acerca de
que el gobierno podría aceptar la “abrogación de la Reforma Educativa” con el
fin de arreglar otra tras bambalinas” y que lo más importante era la liberación
de los presos, la devolución de plazas a los cesados, así como los descuentos,
el pago de los salarios que debe el gobierno y la suspensión de órdenes de
aprehensión. Que el gobierno podría instrumentar mil trampas para seguir
engañando porque la privatización educativa muy avanzada no la va a parar. ¿Qué
han sido los planes y programas en todos los niveles en educación sino planes
de la burguesía?
6. Los banqueros, grandes industriales y comerciantes saben –con
base en las enormes riquezas que poseen- que el TLC o TLCAN los ha hecho los
hombres más ricos del mundo. Quebraron decenas de miles de negocios que no
pudieron competir por falta de capital, pero la minoría más poderosa pudo
asociarse y convertirse en los pocos dueños del país. La carita risueña llena
de felicidad del banquero Ramírez me parece una enorme burla para el pueblo
desempleado, hambriento y pobre que sufre o trabaja en beneficio de un puñado
de explotadores. Por ello Ramírez no puede más que expresar que sería bueno
viajar por el mundo para comprobar que México está muy bien.
7. Para expulsar del poder a esta maldita burguesía explotadora
y opresora –la única culpable de la miseria en el pueblo- los trabajadores
necesitamos mucha mayor fuerza, así como multiplicar nuestras acciones. Basta
ya de ilusionarnos que la podemos vencer con poco porque tenemos la razón. Nada
de eso, ellos –toda esa clase social- tienen la fuerza del dinero que cada día
acumulan más en los bancos; controlan la ideología que difunden por los medios
de información, así como las leyes y un estado policiaco que usan para someter.
Las batallas las ganaremos nosotros, pero sin ilusionarnos en que se están
derrumbando nuestros enemigos y que sólo les falta un empujón. (22/VIII/16)
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