En México hay controversia por la esterilización a niñas y adolescentes. Con esta política se reduce la tasa de embarazo juvenil y a la vez se invisibiliza el abuso que se puede dar en miles de estos casos.
Por Elizabeth Ortiz y Priscila Hernández Flores para el Diario NTR / México
Cuando
Atziri se enteró de que estaba embarazada la trataron como si fuera una adulta
con planes de ser madre. Ella había
ocultado su estado por tres meses hasta que le contó a su abuelita.
En su primera consulta la enviaron a la Clínica
del Embarazo Adolescente del Hospital Civil de Guadalajara en México, el país con más embarazos adolescentes de
los 34 estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE). En ningún momento le ofrecieron la Interrupción Legal del
Embarazo, una opción cuando hay violación, y que según leyes locales ocurre en
cualquier caso con relaciones con menores de 14 años, como era su caso.
Los embarazos en menores desde los 10 años de edad son de
especial interés para el gobierno de Jalisco por la magnitud de este
fenómeno, descrito en un reportaje publicado en la plataforma de periodismo
latinoamericano CONNECTAS.
Otros factores de preocupación son la alta probabilidad de que
la mayoría de los casos estén relacionados con abuso sexual y que el riesgo de
muerte es mayor para las jóvenes madres.
El reportaje muestra cómo algunos médicos justifican las
controvertidas esterilizaciones por cuidado de la salud: “tenemos niñas que tienen 18 años y ya las hemos
tenido que operar para no tener hijos porque ya fue la tercera cesárea.
Entonces, el riesgo es mucho (…) tenemos hasta con cuatro cesáreas”, informó la
jefa del Centro de Atención al Adolescente Embarazada del Hospital Civil Juan I
Menchaca, Hiliana Romo Huerta.
En Jalisco, ya existen tres casos de niñas de 10 a 14 años que les practicaron la Oclusión Tubaria Bilateral (OTB) o
también llamada Salpingoclasia. En los últimos tres años, la intervención
quirúrgica para la anticoncepción definitiva en adolescentes de 15 a 19 añosascendió a mil 134 en Jalisco según
solicitudes de información pública que hizo el Diario NTR, autor de esta
investigación.
“Muchas veces ellas acuden a las instituciones de salud, pero
por su edad o por no estar casadas, por ejemplo, no se les quieren brindar los
servicios”, señaló Marisol Escudero Martínez, del área de políticas públicas del
Grupo de Información en Reproducción Elegida.
Ellos han investigado casos de esterilizaciones que se dan sin
consentimiento de la persona. “Lamentablemente
lo que hemos documentado es que a veces, durante las intervenciones, no les
avisan y les realizan el OTB”, agregó Escudero.
En el lanzamiento de la Estrategia Nacional para la Prevención
del Embarazo en Adolescentes de Enrique Peña Nieto, había 11 mil 300 niñas encinta en
edades de 10 a 14 años. Nacieron en 2005 y una década
después, estas jóvenes que interrumpieron su infancia, estaban en trabajo de
parto. Veracruz, Chiapas, Puebla,
Jalisco y el Estado de México, son los que acumulan más casos de
embarazo infantil.
“Generalmente las mamás de edades muy pequeñas, de 12 a 13 años,
es porque ha habido violación de por medio. La mamá la acompaña todo el tiempo
(…) Tú ves a la chica, es una cara de susto que no sabe qué está pasando. Acaba
de ser niña y está pasando a ser mujer, no por una experiencia agradable”,
reconoció Leticia Serra Ruiz, responsable del programa Mamá Canguro del antiguo
Hospital Civil de Guadalajara. El mismo gobierno de México ha reconocido que
las niñas de 10 a 14 años son víctimas de violencia sexual.
México busca en 2030 erradicar el embarazo en niñas de esa edad
y bajar a la mitad la tasa de fecundidad en las mexicanas de 15 a 19 años. Está
confirmado además que un parto atan temprana edad aumenta la mortalidad
materna.
Las madres jóvenes tienen otro obstáculo. Como sucede con los
chicos que generan problemas, los docentes prefieren que hagan las actividades en casa y manden las tareas.
“Las madres adolescentes son frecuentemente estigmatizadas y sufren
discriminación de género, desaprobación y rechazo familiar, social (en las
escuelas, en sectores de salud, en las comunidades, en ámbitos religiosos, por
ejemplo)”, de acuerdo a los documentos del programa gubernamental contra el
embarazo precoz.
Atziri, actualmente, aprende cómo pujar cuando llegue el momento
del parto y comprende que es un mito que se le vaya a pegar el bebé si duerme
mucho. Estudió hasta sexto año de primaria y ahora toma clases sobre cómo
respirar para disminuir el dolor al momento de dar a luz, según el reportaje
del Diario NTR de México.
Este
reportaje fue escrito por Priscila Hernández y Elizabeth Ortiz, con la
colaboración del programador y analista Juan José del Toro para el Diario NTR de
México y es republicado gracias a un acuerdo de redifusión de contenidos con
CONNECTAS.
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