López Obrador durante un mitin el 12 de junio pasado. Foto: Germán Canseco
–Inaceptable, su “amnistía
anticipada”
–Ni perdón ni olvido: justicia
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Justo
cuando la sociedad identifica a Enrique Peña Nieto y a su gobierno con la
corrupción voraz, cuyos incesantes escándalos ubican el repudio presidencial
arriba de 80%, Andrés Manuel López Obrador garantiza la completa impunidad y
aun incita al saqueo.
Porque en eso consiste en los hechos
la “amnistía anticipada” que ofreció al “grupo en el poder” en el mensaje que
pronunció el jueves 11 en Acapulco, Guerrero, en el ciclo de conferencias “Era
Familiar Princess 2016”, en el que participaron también, por separado,
Margarita Zavala y Carlos Salinas.
“Les decimos a los integrantes del
grupo en el poder que, a pesar del gran daño que le han causado al pueblo y a
la nación, no les guardamos ningún rencor y les aseguramos que, ante su posible
derrota, en 2018, no habrá represalias o persecución para nadie. Declaramos
esta amnistía anticipada, porque lo que se necesita es justicia, no venganza”.
Este pronunciamiento es insólito
viniendo de quien ha hecho del repudio a la corrupción y la impunidad sus
principales estandartes desde sus orígenes políticos, en el priismo de Tabasco,
y quien hace un mes afirmó que no es un “peligro para México”, como desde 2006
lo tacha la derecha, sino “para los corruptos, para los de la mafia del poder,
para los que se han dedicado a saquear a México”.
Pero ya no es peligro ni para los
corruptos: Lo que ofreció el presidente de Morena es que, de ganar él la
Presidencia de la República, no habrá investigaciones ni castigos para quienes
desde sus cargos públicos y privados se beneficien ilegalmente de los recursos
de la nación hasta el fin del actual periodo sexenal.
De manera que, en los poco más de dos
años que restan al sexenio, López Obrador ha dado su aval para que siga el
saqueo, al fin que el perdón con que iniciará su hipotético gobierno habrá
borrón y cuenta nueva.
La “amnistía anticipada” de López
Obrador exige un amplio debate, más allá de las ocurrencias, los memes y las
descalificaciones de plano, porque es un asunto de salud pública.
Este mensaje, que
considero es de impunidad, no lo emitió en una improvisada entrevista
banquetera o en el arrebato de un mitin, sino en una amplia y detallada
ponencia –de 18 cuartillas–, como él mismo lo expuso en un mensaje en su
página de Facebook, el miércoles 10, justamente en el que explica
cómo regaló a sus hijos sus propiedades y por qué no incluyó en su “3de3” sus
regalías por libros y conferencias.
Poco después de
iniciar su ponencia, un documento de diagnóstico
y de propuestas que deberían leer hasta sus adversarios, López
Obrador expone:
“Aquí es oportuno volver a responder
sobre el trato que recibirán los integrantes de la mafia del poder cuando
triunfe nuestro movimiento. Es indispensable contestar puntualmente esta
pregunta porque, en nuestra concepción, el principal problema de México es,
precisamente, el predominio de un puñado de personajes que detentan el poder,
formal o informalmente, y son los responsables de la actual tragedia nacional.
“Y, como es obvio, si estamos
empeñados en establecer la democracia y transformar al país, es mejor que desde
ahora se sepa qué haríamos con los corruptos y traficantes de influencias, al
triunfo de nuestro movimiento. Pero antes quiero reiterar que no todo el que
tiene es malvado, que no estamos en contra de quienes con tenacidad y empeño
invierten, generan empleos, obtienen ganancias lícitas y se comprometen con el
desarrollo de México. Estamos en contra de aquellos que amasan grandes fortunas
de la noche a la mañana, apoyados en la ilegalidad, el influyentismo y a la
sombra del poder público (…)
Cinco párrafos más adelante, al
evocar cómo se impuso en 2006 la “guerra sucia para meter miedo a los
empresarios a la población en general”, ofrece a los actuales gobernantes que,
“ante su posible derrota, en 2018, no habrá represalias o persecución para
nadie”.
Explica: “Declaramos esta amnistía
anticipada, porque lo que se necesita es justicia, no venganza. No odiamos a
nadie. Sencillamente deseamos lograr el renacimiento económico, social,
político, pero, sobre todo, moral de México. Dicho de otra forma, se trata de
inaugurar una etapa nueva de la vida pública del país, con un presidente que no
esté subordinado a ningún grupo de interés creado y que sólo tenga como amo, al
pueblo de México.
“Respetamos a quienes sostienen la
máxima de ni perdón ni olvido, pero no la compartimos. Podríamos decir: olvido
no, perdón sí. En esta virtud, igual que en la honestidad, reside la esperanza
de un mejor porvenir. Si hacemos a un lado el odio y optamos por el perdón,
podremos caminar con el emblema de la honestidad hacia una sociedad mejor”.
Es cierto, urge en México una nueva
etapa de la vida pública del país para que, efectivamente, el presidente de la
República y todos los servidores públicos sólo le sirvan a los mexicanos, pero
no puede inaugurarse sobre la base de la impunidad que López Obrador ofrece con
el perdón.
Nadie pide odiar ni perseguir sin
motivo a quienes ejercen recursos públicos, pero sí investigar las presunciones
de robo y sancionar, si es el caso, a quienes son los responsables. Esa es la
justicia, pero la “amnistía anticipada” de López Obrador es simple complicidad
o coqueteo con un pacto de impunidad al más alto nivel.
Esto se imputaría,
sin atenuantes, si los autores de la propuesta hubieran sido Margarita Zavala,
Miguel Ángel Mancera, Ricardo Anaya y hasta Jaime Rodríguez El Bronco o cualquier otro identificado con la
“mafia del poder”.
Para cualquier jefe de Estado,
particularmente en las transiciones a la democracia, lidiar con el pasado es
uno de los principales desafíos. ¿La “amnistía” a corruptos es la mejor manera?
Yo digo que no.
Apuntes
Tan es cierto que lo propuesto por
López Obrador es “borrón y cuenta nueva” que, en su ponencia, plantea: “En
forma categórica expreso que cuando triunfe nuestro movimiento no habrá
impunidad. Al asumirse el mando del Poder Ejecutivo, se presentará una
iniciativa para llevar a cabo una reforma a la Constitución y eliminar los
fueros de los altos funcionarios públicos. Entre otras medidas, se va a
suprimir la disposición de que el presidente de la República no puede ser
sujeto a ninguna pena por el delito de corrupción”…
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado y Facebook/AlvaroDelgado
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