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A Murillo le sorprendió que un funcionario mexicano se entrometiera en asuntos de Nicaragua, cuando México enfrenta desaparición de miles de personas y los 43 de Ayotzinapa no aparecen.
El Gobierno de Nicaragua
protestó hoy por la actitud “injerencista” de México, en una airada respuesta a
declaraciones del embajador mexicano ante la Organización de Estados Americanos
(OEA), Luis Alfonso De Alba.
En sus
habituales declaraciones diarias a medios oficiales, la primera dama Rosario
Murillo aludió a lo ocurrido este jueves en la sesión del Consejo Permanente de
la OEA, cuando De Alba criticó la reciente destitución de 28 diputados
opositores nicaragüenses.
“Es
inconcebible que se exprese preocupación por situaciones internas de países
como Venezuela y Nicaragua, cuando México presenta una situación interna que
todo el mundo ha caracterizado como caótica (…) por violaciones continuas a los
derechos humanos”, afirmó Murillo.
En la
sesión celebrada en Washington, el diplomático mexicano comentó que la
destitución de los parlamentarios opositores al Gobierno de Daniel Ortega
vienen a “debilitar y prácticamente neutralizar a la oposición, en un momento
en el que el país está inmerso en un proceso electoral muy importante”.
Murillo
dijo que le sorprendía que un funcionario mexicano se refiriera a asuntos
internos de Nicaragua, cuando aquel país enfrenta situaciones como “la
desaparición de decenas de miles de personas (y) los 43 estudiantes de
Ayotzinapa que todavía no aparecen”.
Agregó
que fueron “intervenciones desafortunadas, catalogadas también dentro de
nuestra representación como intervenciones serviles, serviles a los intereses
del imperio, en el caso de la intervención principal, la intervención del
embajador de México”.
Rosario
Murillo replicó que “si México está preocupado por situaciones internas que se
producen en Nicaragua, también a Nicaragua le preocupa, a como dice Amnistía
Internacional, que en México persista la impunidad por violaciones graves de
derechos humanos como la tortura, los tratos perversos e inhumanos degradantes,
las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales”.
Según
Murillo, el embajador nicaragüense en la OEA, Luis Alvarado, le dejó claro a su
colega mexicano que Nicaragua se rige por sus leyes y su Constitución y respeta
las leyes y las constituciones de otros países. “No tenemos declaraciones
injerencistas ni intervencionistas, y tampoco servimos de caja de resonancia a
intereses imperiales”, añadió la primera dama y vocera oficial.
“Primero
se ordena la casa y después se va a ver el vecindario. No tirar piedras cuando
tienes tejados de vidrio”, declaró Alvarado ante los cuestionamientos del
representante mexicano en la OEA.
Con información de El
Universal y SinEmbargo
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