Pedro Echeverría V.
1.
Frente el conflicto magisterial, el secretario de Gobernación, Osorio Chong,
subrayó ayer en Acapulco que responderán con todos los instrumentos al alcance:
primero el diálogo, pero también (volvió a amenazar), si es necesario, el uso
de la fuerza pública. Sin embargo, recriminó Osorio a quienes le piden aplicar
esta segunda vía y luego critican su uso. ¿Piensan los gobiernos que si no se
criticara el uso de la fuerza todos los dirigentes estarían en la cárcel o el
panteón y que por ese hecho habría progreso, paz social en México y todos
seríamos felices? O sea, el “diálogo” sirve para imponer, entretener y debilitar;
la fuerza es definitiva.
2. Se
dice que el diálogo es de por lo menos entre dos, pero en México el que posee
más fuerza impone sus deseos y criterios; además así es en todos lugares cuando
las fuerzas son desiguales. Por eso para mí todo diálogo capitalista es una
farsa. Siempre, a falta de argumentos y de razón, aparece con la palabra
altisonante la amenaza, cuando ésta no es abierta, evidente o descarada. El
sólo hecho de estar en una secretaria de Estado rodeado de cientos o miles de
policías, sobre todo armados, hace pensar en que estamos en terrenos del
enemigo y que abusar de nuestra rebeldía y dignidad, puede ser castigado con la
cárcel por lo menos.
3.
Según Hegel, luego Marx y sus seguidores, diálogo es la exposición y
confrontación libre de ideas con el objetivo de que surjan mejores pensamientos
y propuestas para llegar a soluciones las más justas posibles. Sin embargo a
esas “mesas de diálogo” no se llega a solucionar problemas sino a imponer
criterios que sirven a intereses de los más fuertes. Ningún secretario de
Estado llega a “dialogar” sin ideas claras acerca de lo que debe lograr e
imponer: los secretarios de Gobernación, de Educación, la Procuraduría, los
gobernadores, etcétera saben que “ningún paso atrás con la reformas estructurales”.
4.
¿Cómo entonces pueden ceder esos funestos funcionarios ante la valerosa lucha
magisterial de la CNTE que exige abrogación de la reforma educativa
privatizadora si tienen una orden presidencial donde se juegan el cargo? ¿Qué
responder a los padres de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa o de los
asesinatos de Tlatlaya y Nochixtlán si son determinaciones catalogadas como
secreto de Estado? A los gobiernos los “diálogos” les sirven de propaganda y
entretenimiento buscando administrar el descontento mientras se debilita y se
agotan los movimientos de protesta.
5. Ayer
viernes salieron de prisión los compañeros dirigentes de la CNTE Rubén y
Francisco; salieron hace sólo unos días otros cinco compañeros y aún siguen
presos 75 compañeros más. A los luchadores sociales cualquier cargo se les
puede imponer: “ofensas a la autoridad”, “rebeldía”, “resistencia”, “disolución
social”, “portación de armas, así como de droga de todo tipo”, “robo de ideas”,
“sexo con animales”, etcétera. Con el fin de aislarlos del movimiento social.
Un Juez retrasado mental (no se publicó su nombre) le dijo a Rubén y Francisco
que no deben acudir a reuniones políticas ni hacer declaraciones.
6. Pero
en las mesas de “diálogo” entre gobierno y empresarios, los secretarios de Estado
se portan como corderitos porque son sus servidores. Allí tampoco hay “diálogo”
porque los que se imponen con fuerza son los empresarios. Les basta con
gritarles al gobierno que van a retirar sus inversiones y dejar de pagar
impuestos para que los gobernantes se arrodillen ante ellos. ¿Puede olvidarse
aquella frase de Fox ante empresarios inversionistas extranjeros: “El gobierno
de México es de empresarios, por y para los empresarios”? Al pueblo le valió un
carajo porque sabía que Fox era un retrasado mental, pero sigue siendo la
realidad.
7. Sólo
se puede regresar a clases si el 100 por ciento de los maestros “cesados”
recuperan plazas y salarios; si todos los presos salen de prisión; si cualquier
acusación u orden de aprehensión es enviada a la basura y las llamadas
evaluaciones, pruebas o exámenes se echan abajo. Lo demás, que podría ser lo de
menos, podría continuarse analizando en mesas de igual a igual. Más aún el
gobierno podría prometer de palabra y hasta firmar sus compromisos, pero como
nadie le cree, el movimiento en las calles y los bloqueos tendrán que
continuar. ¿Qué ha pasado con la solidaridad estudiantil, campesina,
electricista y de las organizaciones izquierdistas? (13/VIII/16)
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