Autoridades retirando el cuerpo de John Lennon.
A lo largo de la historia muchos libros han sido considerados
como malditos. Muertes en extrañas circunstancias,
asesinos en serie o desapariciones se han relacionado innegablemente
con diversas obras o escritores.
Quizás uno de los casos más famosos es el
del libro “El guardián entre el centeno” de J.D. Salinger publicado en el año 1951.
La obra generó cuando fue publicada en E.E.U.U, un revuelo entre la sociedad
norteamericana debido a tratar los temas de la sexualidad, el alcoholismo o la
prostitución de una forma provocativa y con un vocabulario no habitual en la
época.
De todas formas, esta polémica que giró tras su publicación lo
único que provocó fue un incremento en el número
de ventas y en la popularidad de la obra. Incluso, durante los
años siguientes, se convirtió en el segundo libro de lectura obligatoria
en las escuelas más estudiado. Al mismo tiempo, durante la década de
los 90 hasta el año 2005, “El guardián entre el centro” se mantuvo en el 10º lugar en el
escalafón de libros más leídos en Norteamérica.
A pesar de esta innegable popularidad también sobre este
libro recae cierto misterio y controversia debido a que diversos
asesinos han involucrado o les han involucrado esta novela como causante o
detonante de sus actos criminales.
El primero de estos casos es el de Mark Davis Chapman quien, en
1980, mató a disparos a Jhon Lennon a
las puertas del edificio Dakota en Manhattan. Tras asesinar al célebre miembro de los
Beatles el asesino se sentó tranquilamente a leer un ejemplar de esta novela hasta que las fuerzas de seguridad lo
detuvieron sin oponer este ninguna resistencia.
Una vez incautado el libro los investigadores se
percataron que, en la parte interior de la tapa de este, Mark Davis Chapman
había escrito en lápiz:“Esta es mi declaración”. A parte de este dato, cuando
se le tomó declaración unas horas después de su fechoría ,el asesino aseguró
que estaba convencido de que la mayor parte de él era Holden
Caulfield (personaje principal del libro) y que el resto de él debía ser
del Diablo.
El segundo caso relacionado con el libro sucedió tan solo
un año después del asesinato de Lennon. En esta ocasión las intenciones
del asesino no llegaron a producirse para beneplácito de su víctima, el
mismísimo Ronal Reagan. john Hinckley Jr, que así se llamaba
el individuo en cuestión, intentó en 1981 acabar con la vida del presidente
norteamericano disparándole con una pistola.
La bala disparada por John Kinckley impactó en el cuerpo del
presidente entrado por su axila y alojándose a escasos centímetros de su
corazón. Finalmente, como bien ya hemos mencionado, Reagan consiguió sobrevivir
al atentando. De todas formas, el atacante aseguró reiteradas veces a lo largo su
vida que estaba realmente obsesionado por el libro del que estamos hablando.
Por último, el siguiente caso sucedió en 1989. Robert
John Bardó asesinó a la actriz Rebecca Lucile Schaeffer en la puerta de su
apartamento tras
haberla acosado durante tres años. Cuando el asesino fue detenido sostenía
también un ejemplar de “El guardián entre el
centeno”.
Si el libro estaba relacionado directamente con estos sucesos es
algo que no podemos asegurar. Aún así, lo que está claro es que su simple
presencia en estos tres casos nos obliga a pensar que de
alguna forma u otra existe una relación con los hechos.
Sin entrar en cuestiones místicas o esotéricas, simplemente
podemos afirmar que algunas veces, según
que obras y en según qué manos, se puede incentivar o fomentar un determinado
desequilibrio que
pueda provocar, como hemos visto, un asesinato por parte de alguno de sus
lectores.
Este libro es en mi humilde opinión, uno de los más
sorprendentes que existen y no tanto por su trama, a pesar que esta recoge
aspectos de la adolescencia y su psicología importantes, sino por las
circunstancias que rodean al libro en sí. Sin ninguna duda, por lo tanto, una buena
opción literaria para las futuras noches del miedo que, por las fechas en las
que nos encontramos y más en el mundo anglosajón, se nos vienen encima.
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