Por André Abeledo Fernández*
Esta patria de la Fiesta Nacional, la legión y el viva la muerte, la del día de la Raza, hoy llamado día de la Hispanidad, la del señor obispo y el viva el Rey, esta patria rancia y vieja, es la de los miserables que siembran miseria, la de la corrupción, la de los desahucios y el paro, la del trabajo basura, la de la represión y el miedo.
Esta no es mi patria, mi patria es la clase obrera, mi patria es la de un pueblo que está muy por encima de sus gobernantes, un pueblo aún dormido que debe despertarse.
El 12 de Octubre es el día de la “Hispanidad”, o de la patria, o del Pilar, ni lo tengo claro ni me importa, lo que me duele es que lo celebremos.
Parece ser que un tal Cristóbal Colón, que se dirigía a la India tropezó con lo que hoy conocemos como América, por casualidad, ese día fue el pistoletazo de salida para el genocidio de los pueblos que ya habitaban el continente americano, desde ese día les hicimos el “favor” de darles a conocer la palabra de Dios a sangre y fuego, comenzó un gran saqueo de riquezas naturales que permitió a la corona española seguir financiando las guerras donde mandaban a morir a su propio pueblo, ese día la iglesia católica comenzó su cruzada contra los infieles, les llevamos torturas, mutilaciones, violaciones, y enfermedades que se convirtieron en terribles epidemias para aquellos pueblos, comenzó también la destrucción de culturas milenarias, miles de años de estudio tirados al retrete, todo un patrimonio de incalculable valor quemado en la hoguera en nombre de Dios y de España.
Ese fue el primer tratado de libre comercio que conocimos, no firmado, pero ejecutado, que como hoy hacen con el TTIP, impuso el imperio a sus nuevos súbditos, como hoy nos imponen.
Personalmente nunca me veréis compartir ninguna celebración junto a la cabra de la legión, pero es normal ver a mucho facha, a muchos neoliberales, pero también a muchos sociolistos y a muchos progres de nuevo cuño besar la mano de sus amos y acatar el nacional españolismo como religión imperante.
Durante este 12 de Octubre el discurso del orgullo “Imperial” y de la grandeza colonial del pasado ha regresado desde las catacumbas del pensamiento a la actualidad política, ahora recordamos aquel pasado de guerras interminables, de sangre, hambre y fuego con el destello dorado del oro robado que nunca le llegó a los pueblos de España.
En los canales de televisión retransmiten series al estilo telenovela sobre los Reyes Católicos o Carlos V, tratan de dar “glamour” a una época oscura donde el pueblo trabajador vivía en la miseria y era reprimido con brutalidad cuando trataba de revelarse ante la injusticia.
Algunos pretenden centrar el debate en si el Imperio español asesinó, torturó, y saqueó más o menos que otros imperios.
Pero la cuestión no es quien ha matado o torturado más a lo largo de la historia, la cuestión es mantener como festivo en el calendario un día para celebrarlo.
Es verdad que los imperios precolombinos también se impusieron por la fuerza a otros pueblos, nadie lo niega, desde el Imperio Maya, al Inca, o al Azteca, recordemos que los Olmecas en un primer momento vieron como aliados y libertadores a los españoles, y lucharon junto a ellos para liberarse del yugo Azteca.
Nadie puede discutir seriamente que el imperialismo esclaviza a los pueblos y ejerce la violencia para conquistarlos, venga de donde venga.
Debemos denunciar el sin sentido de mantener un día para celebrar la barbarie imperialista, en su momento el fascista genocida Francisco Franco lo llamó el día de la “Raza”, ahora lo llaman el día de la “Hispanidad”, considero macabro y vergonzoso celebrar la violencia, es innegable que hubo un genocidio racial y religioso, la población indígena americana se vio diezmada drásticamente tras la llegada de los conquistadores, fue una conquista brutal, ayudada por las epidemias de gripe importadas por los conquistadores, las culturas aborígenes fueron perseguidas y destruidas hasta donde el Imperio español en nombre de Dios fue capaz, existió trata de esclavos como denunció Bartolomé de las Casas por mucho que sobre el papel la prohibiesen los reyes Católicos, el expolio de recursos en América financió las guerras en Europa y el pago a mercenarios, ejemplos como las minas de Potosí donde miles de “indios” dejaron sus vidas en trabajos forzados alimentados con hojas de coca para que aguantasen las terribles condiciones más tiempo, antes de caer muertos por el cansancio, estos ejemplos demuestran hasta donde llegó la brutal avaricia.
No se trata ahora del utilizar el recurrente “y tú más”, la disculpa de “no fuimos los únicos, ni los primeros”, no tiene sentido comparar las barbaridades cometidas por Hernán Cortés con las que cometió Gengis Kan o Julio César, o el Imperio mongol con el español o el romano.
El 12 de Octubre los pueblos no tienen nada que celebrar porque nada bueno sacaron de su encuentro, el pueblo en la península siguió pasando hambre y sufriendo abusos, el oro robado en América sirvió para financiar guerras donde los enviaban a morir, como los nativos americanos, el oro robado no se utilizó para mejorar las condiciones de vida de un pueblo en la miseria.
Tampoco entiendo que se pueda seguir manteniendo que es posible descubrir un continente como si se tratase de una vacuna o un insecto, me parece una ridiculez mayúscula, el continente ya estaba allí y muchos habían estado antes.
Ni el imperialismo, ni el colonialismo, ni el capitalismo, pueden ser festejados por los pueblos que lo sufren.
*Concejal de Esquerda Unida de Narón, militante comunista en el PCG y sindicalista organizado en la CIG.
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