Hay que
seguir en la calle mentándoles la madre a gobiernos y empresarios, pero será
difícil derrocarlos.
Pedro
Echeverría V.
1. En
mi breve o largo camino de cinco décadas y media de militancia política activa
pasé de la ingenuidad de los años sesenta a la voluntad y el apasionamiento
lleno de ilusiones y esperanzas en que los trabajadores haríamos una revolución
en México y América Latina. En 1977, cuando la llamada izquierda y la derecha
se subieron al carro del presupuesto gubernamental y de los cargos de gobierno,
me hice un activista más radical, crítico y reflexivo, así como articulista de
prensa escrita. Veinte años después, ante el desplome del falso socialismo, el
refortalecimiento de los EEUU y de la derecha mundial, sobre todo después de
fracasos de luchas nacionales, caminé aceleradamente hacia el escepticismo, el
pesimismo y araño las puertas del nihilismo.
2.
Jamás me he retirado ni descansado en la militancia política de variados
centros de lucha y seguramente jamás lo haré porque es parte de mí; además
nunca aprendí a hacer otra cosa que pudiera ser más interesante en vida. Cuando
a principios de los setenta comencé a escribir lo hice para periódicos y
revistas de organizaciones semilegales; nunca escribí –como lo he hecho durante
cuarenta años- algo que no tuviera que ver con la militancia o propaganda
política. Mis libros y ensayos son acerca de luchas de obreros cordeleros,
ferrocarrileros, campesinos ejidatarios, maestros, albañiles, estudiantes y
partidos políticos. Mis artículos (que son miles) han sido para apoyar las
luchas sociales de los oprimidos.
3.
Acerca de las batallas de la Coordinadora, de la educación y de los 43
desaparecidos, en los últimos meses he publicado por lo menos un centenar de
artículos. Luego de estas batallas, aunque sé que continuarán y que yo estaré
en ellas, me he sentido sin mucho entusiasmo para escribir. Sin embargo cuando
despierto todos los días –como dice Peña Nieto- “no pienso joder a México”,
pero me revuelco pensando en cómo joder a la burguesía explotadora y opresora,
así como al capitalismo mexicano y mundial. Me acuesto pensando en cómo carajos
acabar con esa televisión (en todos sus canales) que idiotiza a la población
mexicana bloqueándole la mente con propuestas y ofertas idiotas.
4. Me
pregunto muchas veces: ¿Para qué carajos escribo uno o dos artículos por día si
desde hace muchos años no tengo obligación a ello, ni nadie me paga un quinto y
no necesito ese dinero para comer o vivir? Obvio escribo por compromiso con los
trabajadores explotados Y me he dado cuenta que mientras me leen tres personas
a los Zabludovski, López Dóriga, Televisa, etcétera, los escuchan 300 millones;
que mientras nosotros no influimos en nadie, los funestos gobiernos,
empresarios y medios lo determinan todo. Escribir se ha convertido para mí en
un entretenimiento, a pesar del contenido de lo que escribo. Por ello creo que
debo dedicar mi tiempo a pensar, leer, reflexionar, para tratar de ayudar con
efectividad a cumplir con el movimiento social. (27/X/16)
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