Si la gente sólo está al nivel electoral y teme luchar en las
calles, aunque por limitadas demandas, ¿qué hacer?
Pedro Echeverría V.
1.
Hasta el EZLN –que se creía era la izquierda radical- se ha decido entrar a las
elecciones presidenciales con “una candidata indígena”. Ya desde 1977 los
partidos políticos que se autodenominaban de izquierda –con la promesa burguesa
de subsidios, diputados de minoría, uso de medios de información y arreglos, le
habían entrado a los procesos electorales y a los cargos de gobierno. Por un
lado es signo del fracaso la suspensión de las luchas armadas y de la poca
participación de los trabajadores en movimientos de masas; por otro lado es la
muestra del triunfo del modelo capitalista de democracia electoral que se
impone en casi todo el mundo. El sistema de dominación en vez de debilitarse
demuestra su fortaleza.
2. A
veces pienso que estoy rematadamente loco por pensar que el pueblo mexicano
–quizá también el mundial- está en condiciones de realizar una gran revolución
anticapitalista que entierre para siempre la explotación, la opresión y la
desigualdad. Me olvido frecuentemente que no basta que las condiciones
objetivas estén maduras para ello; si no existe la conciencia de lucha y unidad
de la población, el país podría descomponerse, pudrirse por sus funestas
condiciones sin que el pueblo despierte y se levante a luchar. Puede haber
pobreza, miseria, desempleo, hambre; pero si el pueblo tiene ocupado su cerebro
con TV, futbol, religión, trago, consumismo y artículos de belleza, nada podrá
curarlo de esa grave enfermedad.
3. Los
viejos izquierdistas de los sesenta nunca hemos votado por ser enemigos de los
procesos electorales que nunca han favorecido al pueblo. Muchos de ellos fueron
asesinados por el gobierno al tomar el camino de la guerrilla y otros más
tomamos el camino de la lucha de masas en las calles en manifestaciones,
plantones y bloqueos sin haberse consolidado y soportando, a través de muchas
décadas, enorme represión. La clase burguesa mexicana o clase dominante de políticos
y empresarios, en ningún momento se le ha puesto en peligro de renunciar a su
poder. Por cualquier dificultad a recurrido en primer lugar a la mediatización,
a la compra de líderes; en segunda instancia a la represión, encarcelamientos y
asesinatos.
4.
Después de mil experiencias me sigo preguntando: ¿es que el pueblo mexicano –a
pesar de que el mismo dictador Porfirio Díaz declaró hace 108 años que el
pueblo ya estaba preparado para elegir a sus gobernantes- aún está en pañales
para comprender lo que sucede en su país? Sólo vota el 50 por ciento de los
electores –menos de 40 millones- pero sólo sale a las calles a manifestarse 100
o 200 mil, cuando más 700 mil personas, a pesar de que los gobiernos los tengan
aplastados en la miseria y el hambre. Yo he opinado siempre de que la gente no
debe salir a votar porque la clase explotadora le está viendo la cara de tonto,
pero vota la mitad con derechos a sufragio; he invitado con entusiasmo e
interés a manifestarse y la gente no sale.
5. A
pesar de que todos los gobiernos mexicanos han sido extremadamente negativos
para el pueblo, en particular los más recientes por neoliberales y
privatizadores: Salinas Zedillo, Fox, Calderón y Peña, la población –con
excepción de cuatro o cinco estados- en lugar de levantarse contra ellos sigue
votando y, si no existiera esa farsa electoral que de alguna manera la obliga,
lo probable es que ni siquiera eso haría. La política hasta hoy parece que
sigue siendo un asunto de minorías de izquierda, centro y derecha. Al decir el
dictador Díaz en 1908 que “el pueblo ya estaba preparado” para elegir a sus
gobernantes, estaba diciendo engañosamente que ya estaba preparado para dejar
el poder en manos de otro, de sus amigos.
6. Los
seguidores de los procesos electorales se dicen así mismos “pacifistas”, es
decir, enemigos de la violencia; silencian que el despilfarro multimillonarios,
la compra de medios de información, la compra de votos, el obsequio de
despensas y demás “regalos” son formas de violencia contra la ciudadanía y sus competidores.
¿No es violencia acaso imponer autoridades en el INE, en el TRIFE, en las
casillas, el conteo de votos? Las primeras elecciones que observé –siendo
estudiante preparatoriano- fueron las de 1958; desde entonces se pueden leer
actos violentos, mil trampas y fraudes de los gobiernos para imponer a sus
seguidores. ¿Pueden olvidarse las denuncias en las elecciones presidenciales de
1988 y 2006 contra Cárdenas y López obrador?
7.
Después de vivir en diferentes momentos las manifestaciones, plantones y
bloqueos de la Coordinadora de maestros (la CNTE) durante más de tres años,
reafirmé que a pesar de los 15 mil maestros en promedio plantados en el DF
durante más de 100 días de plantón y movilizaciones el apoyo a su lucha fue
mínimo. Por ello pienso que lo electoral se ha fortalecido en México mediante
el uso de miles de millones de pesos profundizando con ello el dominio de la
gran burguesía gubernamental y privada que con la imposición de lo electoral
consolidad su poder de explotación. En los próximos meses veremos a nuevos
gobiernos haciendo lo mismo en propio beneficio y un pueblo que sigue
arrastrando su miseria sin que sepamos hasta cuándo. (23/10/16)
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