POR GLORIA LETICIA DÍAZ , 9
SEPTIEMBRE, 2017
El gobierno veracruzano avanza poco en
la investigación de las desapariciones que cientos de familias han denunciado,
sin éxito, desde el sexenio pasado. La autoridad argumenta que la
administración de Javier Duarte destruyó mucha información y siguió una
política de ocultamiento cuando se implicaba en los crímenes a instancias de
gobierno. Ahora proporciona acompañamiento a las madres y hermanas del
colectivo El Solecito cuando buscan restos humanos en el enorme cementerio
clandestino de Colinas de Santa Fe: mientras ellas se afanan bajo el sol, los
policías las contemplan literalmente desde la sombra.
VERACRUZ, Ver.
(Proceso).- De baja estatura, moreno y curtido por el sol, Guadalupe Contreras
Olea asume el papel de guía en el que se ha considerado el cementerio
clandestino más grande de México, un predio en Colinas de Santa Fe, a 15
minutos de este puerto.
Es el 3 de agosto, primer aniversario
del descubrimiento del lugar. A don Lupe lo sigue una veintena de mujeres
encabezadas por Lucía Díaz Genao, del colectivo de familiares de desaparecidos
El Solecito de Veracruz, peritos y agentes de División Científica de la Policía
Federal que ha colaborado con la organización, además de los reporteros
de Proceso.
Los familiares de
desaparecidos han localizado aquí, en un año, 137 fosas, 274 cuerpos y un
sinnúmero de restos óseos, aunque a partir de ellos sólo se ha identificado a
10 personas.
Mientras
las mujeres oran y colocan flores en memoria de las personas ilegalmente
inhumadas, don Lupe recomienda no romper los hilos de rafia que delimitan los
sitios donde fueron localizadas las fosas ni alterar los señalamientos de otros
probables entierros.
Nacido en Cocula
hace 60 años, Contreras es padre de Antonio Iván Contreras Mata, desaparecido
en octubre de 2012 en Guerrero. Forma parte del manojo de buscadores de
cadáveres que dejó el colectivo Los Otros Desaparecidos de Iguala, que nació
después de la sustracción forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa en
septiembre de 2014.
Separado de su
familia por mil kilómetros, Contreras Olea llegó a Veracruz la madrugada del 2
de agosto de 2016 por invitación de las activistas de El Solecito, quienes
buscan a unas 200 personas.
“El mayor gasto
físico y económico ha sido de las señoras que me invitaron a colaborar. Yo sólo
tenía pensado estar tres meses, así lo pensé cuando vi el croquis que les
dieron a las señoras”, dice al recordar los volantes que de forma anónima se
distribuyó a las activistas de El Solecito en la manifestación del 10 de mayo
del año pasado.
Son fotocopias de
una hoja tamaño carta con indicaciones para llegar al predio de Colinas de
Santa Fe, marcado con cruces y con una leyenda escrita a mano: “Ahí encontrarán
los cuerpos de todos los desaparecidos en Veracruz apoyados por el mp y
gobierno de Duarte” (sic), hechos que el anónimo atribuía a “Quino del
C.J.N.G.”.
Fragmento
del reportaje especial publicado en Proceso 2132, ya en circulación
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