1. Hace unos 20 días escuché una
interpretación interesante de Lorenzo Meyer en el programa de Carmen Aristegui
acerca de los llamados “fenómenos naturales (sismos, tormentas, torbellinos,
inundaciones, maremotos) frente a los que nada se puede hacer”. La reflexión
del estudioso Meyer me pareció de lo más importante al decir que: “no puede ser
la naturaleza la culpable de los destrozos de edificios, calles, casas e
inundaciones, sino los seres humanos que construyen o viven en lugares donde la
naturaleza domina”. Espero no estar deformando o malinterpretando a Meyer pues
sólo me quedé con la idea que escuché, seguí trabajando en la cabeza y que
ahora me sirve de opinión.
2. Todos sabemos, desde el momento
que vivimos en un lugar, a qué estamos expuestos. Oaxaca, Chiapas, Guerrero, la
CDMX, pertenecen a la zona sísmica, montañosa, cercana al mar y todos los
fenómenos que produce; los puertos siempre están expuestos a las tormentas, a
los maremotos y a todo lo que los poderosos océanos producen; algunas regiones
de los EEUU siempre están viviendo en medio de los terribles tornados que
levantan con gran facilidad construcciones. Existen zonas de climas muy
extremosos que requieren cuidados especiales, así como zonas desérticas en las
que cae poca lluvia y se levantan enormes tolvaneras. Parece que los ciclos
geográficos nunca se mantienen estables por mucho tiempo.
3. Sabida la existencia de las clases
sociales y de la enorme desigualdad económica, política y cultural que los
separa, las clases más poderosa desde hace siglos y milenios han escogido los
continentes y países de mejores condiciones para vivir y los países más
abandonados, más inhóspitos, con los peores climas y peligros, se los han
dejado a los pueblos sometidos. Y lo más notable es que en cada país hay
regiones con más altos costos de las tierras que son seleccionados por los
hombres más ricos dejando que las regiones montañosas, pedregosas, áridas,
expuestas a fenómenos naturales destructivos sean ocupadas por los más pobres.
¿Es casual acaso que todos los sismos y terremotos dañen siempre a las familias
pobres?
4. En la república mexicana todos los
sismos, terremotos y huracanes destruyen en un 98 por ciento a familias que
viven en las regiones y las casas más miserables; a aquellas familias que construyeron
sus hogares en regiones peligrosas y las hicieron con materiales muy baratos.
¿Podrá demostrarse que el culpable es el “fenómeno natural” y no los hombres
que por necesidad, por carencias, construyeron en territorio sísmico o expuesto
a huracanes? Así que también los estragos que causan esos fenómenos de la
naturaleza son culpa del capitalismo, de la miseria, de las malísimas
condiciones en que durante muchos siglos ha vivido la humanidad. ¿Por qué esos
fenómenos apenas tocan a los sectores delas clases altas?
5. Por ello, la participación
reflexiva de Lorenzo Meyer me puso a meditar que también en el caso de los
sismos y de los huracanes pensamos como tontos culpando a dios o al diablo de
lo mucho que sufrimos sin darnos cuenta que siempre es el pueblo el que sale
dañado. ¿Por qué siempre son los mismos? Porque el pueblo sigue dormido por los
medios de información al servicio de los empresarios. No es que los
empresarios, los malos gobernantes y partidos políticos sean los impulsores de
los sismos y huracanes, pero es este sistema opresor capitalista y asesino, el
que obliga al pueblo a vivir en regiones, territorios y hogares sin un sistema
defensivo adecuado. Así que la batalla contra el sistema desigual está en todos
lados y que nadie quiera engañarnos. (19/IX/17)
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