24 de diciembre de 2020

PERIODISMO EN MÉXICO: INFORMAR PARA VIVIR, MORIR POR INFORMAR. LA IMPUNIDAD GANA 99% DE LOS CASOS


Por Unidad de Datos / SinEmbargo

De 2000 a 2020, México perdió más de un centenar de plumas que estuvieron al servicio de los desprotegidos. Sólo Afganistán y Siria –países en guerra– han registrado más muertes de periodistas. Con su partida, quedaron truncas investigaciones sobre el crimen organizado, la pobreza, el desvío de dinero público, el despojo de la tierra de pueblos originarios por empresas multinacionales, así como la devastación de playas, selvas y bosques. La impunidad se impuso sobre la tragedia. Hasta ahora, en más del 99 por ciento de los casos, no hubo culpables ni castigo.

Este reportaje forma parte de un proyecto de investigación colaborativo entre SinEmbargo.MX y DemocraciaAbierta. Cuenta con el apoyo de Justice for Journalists Foundation.

Ciudad de México, 18 de julio (SinEmbargo/DemocraciaAbierta).– El 1 de febrero de 2000, el periodista Luis Roberto Cruz Martínez, de la revista Multicosas, fue asesinado en Reynosa, Tamaulipas. El sospechoso del asesinato, Óscar Jiménez González, fue detenido y después, desapareció. Es la hora en que nada se sabe de él.

El 16 de mayo de 2020, el periodista Jorge Miguel Armenta Ramos, dueño de Grupo Editorial Medios Obson, que publicaba el diario El Tiempo, fue asesinado en Cajeme, Sonora. Salía de un restaurante cuando varios sujetos abrieron fuego con armas de distintos calibres en su contra. Es la hora en que nada se sabe de ellos.

Entre un asesinato y otro, ocurrieron otros 131. En medio de esa línea de tiempo, el 23 de marzo de 2017, Miroslava Breach fue asesinada a balazos cuando esperaba, a bordo de su camioneta, a su hijo Carlos para llevarlo a la escuela, en Chihuahua, Chihuahua, y el mediodía del 15 de mayo de 2020, Javier Valdez cayó acribillado a media calle, frente a Río Doce, el periódico que años antes fundó en Culiacán, Sinaloa.

Y es la hora que en 99.13 por ciento -según la organización Artículo 19 México- nada se sabe de los asesinos intelectuales ni de sus porqués.

Lo único que está claro es que la alta peligrosidad en México para ejercer el Periodismo tiene dos actores estelares: uno es la violencia desatada por la guerra en contra los cárteles de la droga y el otro es la impunidad. Los dos se pelean el protagonismo. Pero son codependientes.

¿Por qué nos pasó esto?

En la República mexicana, 11 entidades cuentan con leyes que crearon mecanismos de protección; dos tienen vínculos con el Mecanismo Federal de Protección generado en la Secretaría de Gobernación. Mientras, 11 estados tienen iniciativas sin aprobar y las restantes siete entidades no tienen propuestas de legislación.

Politólogos y periodistas hablan en torno a este fenómeno que en 20 años le arrancó a México más de un centenar de plumas que estuvieron al servicio de los desprotegidos. Sólo Afganistán y Siria –países en guerra– han registrado más muertes de reporteros. En México, a los periodistas los matan por una razón simple: hacer su trabajo. Es decir, contar que en este país se impusieron el crimen organizado, la pobreza, el desvío de dinero público, el despojo de la tierra de pueblos originarios por empresas multinacionales, así como la devastación de playas, selvas y bosques por grupos hoteleros y mineras. Pero no hay castigo. La decisión de denunciar ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) o las fiscalías locales es un viacrucis. El contexto siempre fue la displicencia, el estereotipo, la corrupción y la apuesta al olvido.

Quienes se fueron hace dos décadas, se han diluido en el tiempo. Buscar los rastros de un periodista muerto hace dos décadas lleva a sepulcros cubiertos de misterios. A los asesinatos, las autoridades no les dieron seguimiento, las familias se mudaron y los compañeros no desean hablar de algunos casos en particular.

https://www.sinembargo.mx/18-07-2020/3803754


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