Por Alejandro López Munguía -
10 diciembre, 2020.
Esta alianza política
electoral para postular candidatos a diputados federales principalmente, no se
puede analizar en blanco y negro, mucho menos bajo una sola perspectiva, aunque
en el càlculo político alguna ha de pesar màs que la otra. Y es que, ¡quien se
iba a imaginar algo asì hace tan solo unos meses!. El consejo político del PAN
aprobó hacer la alianza en 158 distritos electorales federales, el blanquiazul
encabezará 61, el PRI 53 y el PRD 44. Yucatán es de los estados que aceptó
entrar en esa alianza.
Vayamos al análisis
bajo tres perspectivas, la que corresponde a la de las dirigencias de los
partidos políticos (acuerdo entre cúpulas); la de los ciudadanos; y por último
la de los analistas.
Bajo la òptica de las
dirigencias partidistas (acuerdo entre cúpulas).
Es una jugada
“magistral”, si tomamos en consideración que frente a Morena, los tres partidos
políticos PRI – PAN – PRD, por sì solos no le compiten. Morena trae el 32% de
intención al voto, mientras que juntos consiguen el 36%.
El pendiente para los
partidos serà ver còmo le hacen para que sus militantes acepten votar por
candidatos que no son suyos. Serà interesante ver còmo un panista votarà por un
priìsta, o un perredista votarà por un priìsta. O un priìsta por un panista.
Hoy las militancias ya
no son corporativas. No votan por default. Votan a consciencia. Y eso es una
complicación muy seria para las dirigencias.
Otra complicación será
que las dirigencias opten por candidaturas que en realidad representen a los
militantes. Si èstos detectan imposiciones, la cosa se va a poner muy difícil
de solventar. Otro aspecto negativo será el hecho de que postulen candidatos ya
muy vistos y quemados, ya que el rechazo de la militancia será descomunal.
Bajo la òptica de los
ciudadanos.
Los ciudadanos de plano
no entienden estas alianzas electorales que contravienen las ideologías
partidistas. Lo ven como un recurso de quienes no desean quedarse fuera del
reparto “del pastel” y hasta “tienen miedo” de perder sus privilegios.
Es muy difícil para la
ciudadanía avalar la alianza de enemigos históricos como es el caso del PRI y
del PAN. Por tanto, las dirigencias tendrán que ser muy astutas e inteligentes
para seducir a los electores de la conveniencia de llevarla a cabo.
Sin embargo, no se ve
que las dirigencias posean los recursos para darle a la población razón alguna
que avale estas alianzas.
No se augura éxito
pleno, aunque si los electores perciben buen ànimo y espíritu de victoria es
posible que se animen a apoyar estas alianzas el dìa de la jornada electoral.
Con el electorado todo es posible, sobre todo, si el presidente AMLO o Morena,
cometen errores garrafales.
Bajo la perspectiva de
los analistas
Tenemos que esperar las
reacciones de la población y por ende, de quienes se sientan animados a votar.
Una alianza política electoral de este tipo nunca en la vida se había visto, y
no hay elementos previos que sirvan para realizar pronósticos.
Aventurarse a dar un pronòstico es muy irresponsable, aunque podemos hacer planteamientos que sirvan para ir dando pulso a los acontecimientos.
En primera instancia,
habrá que ver la reacción de las militancias. Si desde adentro y desde un
principio los partidos no encuentran el apoyo de sus militantes, la cosa
tenderà a fracasar. Lo mismo si en la sociedad se percibe un rechazo absoluto y
mayoritario.
No es común ver a
enemigos históricos hacer un frente para ganarle a otro. Claro que estábamos
acostumbrados a ver a King Kong enfrentarse a Godzilla, pero cuando apareció un
enemigo peligros ambos se unieron en un frente común y la población no lo vio
mal.
Vamos con tiento y
esperemos las primeras reacciones.
Por lo pronto parece
que en Yucatàn, Liborio Vidal sería el primer candidato de esa alianza PRI –
PAN – PRD contra el que ponga Morena en el I distrito federal. Y el que ya
empieza a sonar también, es Felipe Cervera Hernàndez para el V distrito también
federal.
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