Prácticamente resignados a que nunca volverán a ver a sus
hijos como el 8 de enero pasado, cuando se despidieron de ellos porque iban al
puerto de Veracruz, los padres de los 5 jóvenes de Playa Vicente desaparecidos
en Tierra Blanca a manos de policías estatales adscritos a la región VIII de la Secretaría de Seguridad Pública, dicen que sólo esperan una respuesta de las
autoridades que les digan cuál fue el último paradero conocido de los jóvenes,
aunque parece que ni la misma autoridad lo sabe. “Ya no tenemos ni una pizca de
esperanza de encontrarlos vivos”, dice la señora Carmen Garibo, mamá de Susana
Tapia Garibo, la joven de menos edad desaparecida cuando contaba con apenas 16
años, y lo mismo externan Dionisia Sánchez, madre de Mario Arturo Orozco Sánchez,
y José Benítez, padre de José Benítez de la O, junto con los padres de Alfredo
González Díaz y Bernardo Benítez Arróniz.
“Vamos a ver hasta qué porcentaje
vamos en el caso de nuestros cinco muchachos”, dice José Benítez, quien añade
que ya no tienen esperanzas de encontrarlos con vida, solo desean conocer qué
fue lo que pasó con ellos realmente. “Solo confiamos en Dios y lo que Él nos
haya destinado, eso es lo que queremos escuchar, pero sí queremos saber
realmente qué fue lo que pasó”, en tanto que la mama de Susana Tapia Garibo
resalta que “a estas alturas, lo que nos digan o lo que encontremos, creo que
es bueno”.
Pero aclara que “nunca vamos a aceptar el hecho, realmente no
esperamos ya gran cosa, lo que encontremos pensaremos que es la voluntad de Dios
y yo creo que con eso nos quedaremos. No estamos en paz, somos como muertos en
vida, pero de esta reunión esperemos saber o tener algo de nuestros hijos”.
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