Columna: Informe
Rojo
Entre
la piel y el cinismo anida el miedo. Es el que vive Javier Duarte, amagado con
cárcel y olvido, el regreso de lo robado —quizá lo que más le duele—, el
producto del saqueo a Veracruz, la promesa de Miguel Ángel Yunes de llevarlo a
prisión.
Bipolar
político, pasa el gobernador del tono terso al reto y la amenaza, de la oferta
de reconciliación al reclamo y el quejido, del sueño de la unidad de todos al
llanto y la victimización.
Transita
Javier Duarte por el desfase mental, emocionalmente arriba, emocionalmente
abajo, en la euforia y el desplome, en la concordia y en el temor a su futuro
en la soledad sin lo hurtado.
Pregonaba
el martes 7 que Veracruz requiere de la nobleza de los veracruzanos, de lo
mejor de todos, sumido el gordobés en su desgracia, hundido políticamente,
culpable de la derrota del PRI en la elección de gobernador y Congreso.
“Ahora
es tiempo de la reconciliación y de la unidad —decía con rostro de muerto en
vida, rodeado de la pandilla real—. Quiero convocar a todas las veracruzanas y
veracruzanos, independientemente de su filiación política, a mantener la unidad
y el trabajo en los meses por venir”.
Es el
llamado del cínico. Habla Javier Duarte como si emanara gobierno ejemplar, sin
un atropello, sin agraviar al débil, sin violar la ley, sin un despojo, sin
desviar miles de millones, engañando al gobierno federal, sin atropellar los
derechos de los que nada tienen.
Supone
el gordobés que así puede conmover, con palabras huecas, incitar al perdón,
atenuar sus culpas y borrar el chip de quienes por seis años aplastó.
No le
respondió Miguel Ángel Yunes, candidato ganador de la elección del 5 de junio,
en términos de paz. Le dijo el panista que la ley se aplica y que la justicia
va. Y que quien haya delinquido irá a prisión.
Entonces
Javier Duarte volvió a ser Javier Duarte. Despertó el tirano, su ira sin freno,
la soberbia del altivo y la rabia que nubla la razón.
Se
grabó en un video magistral, que describe al Javier Duarte sin oficio ni
tablas, negado su talento político, marrullero y rajón.
Despierta
el jueves 9 con un quejido mayor. Se victimiza Javier Duarte por los golpes de
campaña, asumiendo que la infamia está en Yunes azul, usada para desprestigiar
a un régimen que ha dado todo por Veracruz. Ajá.
Bandera
nacional, oficina de gobernador, recursos del estado, gesticula y actúa y
sobreactúa Javier Duarte para ventilar un asunto que le quita el sueño: el
aviso de que terminará sus días en prisión.
No
llama a Yunes Linares por su nombre. Ni falta hace. Es el destinatario de su
reclamo.
Dice
que Veracruz requiere de altura de miras, no de baladronadas ni amenazas. Reza
la versión oficial difundida por la Coordinación de Comunicación Social así:
“Mi
gobierno y mi persona fueron objeto de diversos cuestionamientos sin
fundamento, a costa del descrédito de las instituciones.
“Como
político y como Gobernador, entendí y respeté en todo momento a los partidos y
a sus candidatos; cumplí con mi responsabilidad institucional de no interferir
en el proceso electoral. Posterior al proceso, he escuchado los mismos ataques
y mentiras usados como arma electoral durante la campaña y ha continuado la
política de acusar sin pruebas, de denostar sin fundamento, y de agredir e
insultar a mi persona y a mi gobierno.
“Una
cosa es la propaganda electorera basada en la infamia y la acusación sin bases,
y otra muy distinta probar los dichos”.
Del
desvío de recursos del que lo acusa Yunes Linares y decenas de analistas,
pensionados, lideresas, asegura que “sólo existen en la mente tortuosa de quien
sí tiene denuncias formales por enriquecimiento ilícito y gravísimos
señalamientos por falta de probidad como persona”.
Ve
realidades intangibles, espejismo que autoengaña, acciones para crear
instituciones sólidas.
“Sé
bien —agrega— que la sociedad demanda trasparencia y honestidad de sus
gobernantes. Exige acabar con la impunidad”.
Y
desliza la amenaza el rufián. Suelta que promulgará el decreto que elimina el
fuero al gobernador. Y precisa que la Fiscalía General de Veracruz es autónoma
“con el fin de que la justicia no tenga ningún otro interés que hacer
prevalecer el estado de derecho y la ley, por encima de todo, ajena a todo
capricho y obsesión del gobernante en turno”.
Remarca
el tono, gesticula con soberbia Javier Duarte, olvidando que ha sido un pillo
el fiscal “Culín”, su amigo Luis Ángel Bravo Contreras, a su vez amigo de la
injusticia, fabricante de culpables, enemigo de la verdad, retorcido y malsano,
por demás infame, defensor de falsarios, que no repara en retener en prisión al
inocente y facilitarle la libertad al culpable. Véase el caso de Maryjose
Gamboa. Véase el del caso de Los Porkys de Costa de Oro. Véase la
criminalización de los periodistas asesinados. Véase la mala leche de ocultar
la suerte fatal de la niña Karime Alejandra para no empañar la cumbre de
senadores con Javier Duarte. A ese malandro le dio autonomía Javier Duarte.
Ajá.
“Veracruz
—chilla el desgobernador— no merece ser escenario de peleas callejeras, ni
terreno para venganzas políticas por afrentas imaginarias”.
Luego
apunta:
“Cada
quien es responsable de sus acciones y protagonista de su pasado y su presente,
y eso parece olvidarlo quien hoy agrede y vocifera. Hay quienes tienen un
pasado de corrupción y perversiones que tratan de ocultar tras un falso y
ridículo disfraz de vengador justiciero.
“Como
gobernante he estado sujeto al escrutinio y juicio de la sociedad. He valorado
la crítica que ha permitido avanzar y crecer a nuestro estado. No temo a los
que usan la violencia verbal para intimidar y ganar simpatías. A quien me debo
y tengo la obligación de responder es a la sociedad veracruzana y así lo he
hecho, y así lo seguiré haciendo”.
Le
responde Yunes Linares que no es él el aludido. Es el auditor superior de la
Federación, que detectó el desvío de 35 millones de pesos, o el portal
electrónico Animal Político, que evidenció el robo de 645 millones de pesos a
través de empresas fantasma.
Quizá
se trate, dice, de la denuncia que presentó en abril por el desvío de 3 mil
millones de pesos del erario público, enriquecimiento ilícito, y
simultáneamente la compra de propiedades en México, Estados Unidos y España.
Dice a
El Universal:
“El 1
de diciembre lo llamaré a cuentas (al fiscal) y esa denuncia debe estar ya
consignada y debe de haber órdenes de aprehensión contra los responsables.
Porque la autonomía llega hasta donde la ley lo permite. (El fiscal) es
autónomo para ejecutar las leyes no para violarlas. Si él viola la ley puede
ser removido y puede ser sujeto a proceso”.
Duarte,
precisa Yunes azul, deberá estar en la cárcel. Así lo exige el pueblo de
Veracruz, un pueblo agraviado, que ha sido saqueado por el actual gobernador y
su antecesor, maestro y encuerado, Fidel Herrera Beltrán.
“El
pueblo de Veracruz —refiere— quiere que se sancione a quienes se robaron el
dinero público, que vayan a la cárcel y se devuelva el dinero público”.
Diría
también que al que le debe preocupar el fuero a partir del 1 de diciembre es a
Javier Duarte. Ese día tendrá una morada en una prisión de Veracruz.
Qué
desfiguros los de Javier Duarte. Qué perverso quien lo asesora. Lo exhibe y lo
masacra. Pasa del discurso de la reconciliación al discurso de la amenaza, de
la oferta de unidad al reto de pandillero.
Así es
el miedo. Invade y se infiltra entre la piel y el cinismo. Así es cuando la ley
no se puede evadir.
Que
reserve su prisión.
Archivo
muerto
Votos
van y votos vienen, los suma Morena, los suma el PRI y los suma la coalición
PAN-PRD. De plácemes los morenistas al aumentar sus cifras y acariciar el
gobierno de Veracruz, según su aritmética, los tres puntos que decía su
candidato, Cuitláhuac García que lleva delante del panista Miguel Ángel Yunes,
luego que eran tres pero detrás del panista y finalmente .56 por ciento por
debajo del candidato de la coalición PAN-PRD. Suma votos Morena en el distrito
30, el Coatzacoalcos Rural, donde de 31,792 votos sube a 42,430. Le dan cuatro
distritos —Tantoyuca, Pánuco, Coatepec y Álamo— otros 14 mil votos a Héctor
Yunes, candiDuarte del PRI, que aparecían como votos nulos.
Festinan
en cambio los panistas-perredistas que en el distrito 16, Medellín, recuperaron
8 mil 600 votos; en Santiago Tuxtla, la cosecha panista fue de 5 mil más. En
Coatzacoalcos Urbano, Morena y su candidato a gobernador, Cuitláhuac García,
agregaron 5 mil votos que habían sido declarados nulos. Según el sitio
Regeneración, acumula 25 mil más a su causa. Sin embargo, de antemano advierte
Cuitláhuac que no reconocerá el triunfo de la derecha-izquierda pues “hubo un
pacto entre el PRI y el PAN para permitir la llegada Yunes Linares”.
¿Y la
guerra sucia, y las imputaciones de pederastia contra Yunes azul, y las
acusaciones de enriquecimiento, corrupción, ligas con el Chapo Guzmán, con Elba
Esther Gordillo? ¿Son parte del pacto? Y adelantó que no reconocerá el
resultado pues “la mitad de sus votos fueron comprados”. Hubo un mal conteo,
declarando nulos los votos que eran de Morena, de la coalición PAN-PRD, de la
coalición del PRI y sus satélites. Lo que nadie explica es dónde estaban los
representantes de cada partido a la hora del escrutinio, qué impugnaron, cómo
protestaron. O no estaban o les untaron la mano. Y los priistas se preguntan si
el argumento de los votos nulos, el fraude, el voto por voto, casilla por
casilla, estilo Peje, no habría sido contraproducente. Algo así como “salió
peor el recuento que la enfermedad”…
Dos
crímenes más. Son los de Lorena Conde Herrera y Juan Andrey Domínguez Lagunas.
Quizá el que va a detonar una vendetta es el de Lorena Conde, hija del delegado
regional de la Secretaría de Seguridad Pública en Tierra Blanca, Marcos Conde,
enjuiciado por la desaparición de cinco jóvenes de Playa Vicente a quienes sus
elementos detuvieron y entregaron al crimen organizado.
Lorena
Conde fue levantada y apareció envuelta en una cobija, torturada, asfixiada y
herida con arma punzocortante. Juan Andrey Domínguez era el jefe de escoltas
del alcalde priista de San Andrés Tuxtla, Manuel Rosendo Pelayo, hallado
también con huellas de tortura en un camino de aquel municipio. Es violencia
que alcanza a personajes cercanos al poder, Marcos Conde entre los favoritos
del “general” de cero estrellas, Arturo Bermúdez, secretario de Seguridad de
Veracruz, y Manuel Rosendo Pelayo, ex diputado local, priista, cercanísimo al
poder…
Ciudadanos
Unidos por Coatzacoalcos exige la salida del Mando Único Policial y la vuelta
de la Policía Municipal. Lanza su campaña social “Ya Basta”, leyenda estampada
en lonas que aparecen en miles de fachadas de hogares y que expresan el repudio
a un gobierno, el duartista, que abdicó a su responsabilidad en materia de
seguridad. Lanza su campaña recogiendo el sentir de miles que reclaman la pasividad,
indiferencia, complicidad y olvido de la autoridad ante el el fenómeno de la
violencia, agudizado por la impunidad que otorga el saber que si la
delincuencia avanza es por sus enredos con el aparato policíaco y judicial…
Publicado en Informe Rojo
Atrapado en el mundo de las letras y la
denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje
recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en
Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la
entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue
corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de
las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión,
y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la
Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con
el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos
Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas
veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe
Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia
aceptación entre la opinión pública.
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