En el periodismo la congruencia es una de
las virtudes que más debería cultivar el periodista. Sin congruencia no puede
haber moral, ni ética; sin congruencia no puede uno presumir de tener palabra.
La congruencia es una cualidad, es esa relación coherente entre lo que pensamos
y lo que actuamos; entre lo que decimos y lo que hacemos.
Hasta hace unas semanas el tuxpeño Bernardo Gutiérrez Parra,
ahora director de información de la Coordinación de Comunicación Social que
ahora preside Alberto Silva Ramos, se refería en estos términos sobre la
persona del gobernador: “Javier Duarte no es un cínico, sino un sujeto alejado
de la realidad que no percibe los problemas que hay en la entidad”; “Lo que
dije de Javier Duarte lo sostengo: es un sujeto que no percibe la realidad de
Veracruz; un gobernante acotado, acosado y golpeado (…) El Gobernador está tan
lleno de ansiedad que semeja un gato boca arriba tirando desesperados rasguños
en su afán por espantar los demonios de la inseguridad”.
Esto último lo publicó en su columna “Desde el café” el día 2 de
marzo de 2016. Un día después publicó lo siguiente: “¿Cómo puede hablar con
tanta ligereza? Si tuviera tantita vergüenza no daría a conocer este dato ya
que más de un tercio de esas escuelas no cuentan ni con lo más elemental como
aulas”.
El día 20 de marzo publicó: “Cuando el teatro de la sucesión se
le vino abajo a la dupla Duarte-Silva, el gobernador quedó en un patético
estado de indefensión”. En esa ocasión el título de su columna fue: “A Javier
Duarte que se lo lleve el diablo”.
Todavía hace menos de dos semanas publicó. “Dicen que no hay
peor ciego que aquel que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere
escuchar, y esto le viene como traje a la medida al gobierno federal que se ha
empeñado en sostener a Javier Duarte de Ochoa en la gubernatura de Veracruz, a
pesar de que es el peor activo que tiene el PRI y se ha convertido en un lastre
para el candidato Héctor Yunes Landa”.
Quiero aclarar que no es que esté yo al tanto de la columna de
este señor. No había leído ninguna, no es referencia como lo son otros de mejor
prestigio. Lo que pasa es que últimamente el portal Gobernantes.com, donde
publico desde hace varios años y con quien obtuve el Premio Nacional de
Periodismo, lo estuvo publicando y pues me encontré con sus estridentes títulos
que por supuesto me hicieron pensar que Gutiérrez Parra estaba tratando de
llamar la atención del gobernador. Al parecer obtuvo la atención de Alberto
Silva quien lo llamó a colaborar con él.
No escribimos esta nota para que el señor Gutiérrez Parra salga
de su puesto como jefe de Información de Comunicación Social; ahí está muy
bien, un “periodista” sin congruencia bien cabe en una dependencia sin
congruencia.
Lo que sigue será interesante, un sujeto que estuvo
despotricando en contra del gobernador, que lo llamó loco, que lo llamó
desvergonzado, que lo llamó cínico, que lo llamó lastre, que lo llamó el peor
activo para el candidato Héctor Yunes, cómo podrá lidiar con su trabajo que
requiere se hable del gobernador en términos completamente contrarios. Ahora
tendrá que decir que Javier Duarte es cuerdo, que tiene harta vergüenza, que es
decente, que es un flotador, un activo, un hombre delgado, lindo y hasta
generoso. Es más, lo tendrá que llamar gobernador, cuando hasta hace unas
semanas decía sobre el caso lo siguiente: “Este jueves el señor Javier Duarte
(se me hace muy hacia arriba decirle Gobernador)”.
Reza el dicho popular: “Cae más pronto un hablador que un cojo”.
Pero este se cayó desde un despeñadero, hacia el abismo de la incongruencia.
Después de esto, ¿quién le va a tener respeto?
Armando
Ortiz
aortiz52@hotmail.com
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