De Isabel Arvide • 01
de abril del 2016
México, 1 de abril.- Comenzó su sexenio con cadáveres
aventados a una avenida del puerto de Veracruz, mientras todas las autoridades
federales de seguridad se reunían. Millones de mexicanos debimos haber
entendido el mensaje. Y Javier Duarte tuvo que haber medido el problema.
No fue así.
O, tal vez, lo hizo a medias. Con la torpeza, la infinita miopía
que lo caracteriza. Porque durante su Gobierno concibió, con el talento de
Arturo Bermúdez a cargo, a la mejor policía del país. Y luego la destruyó, con
la impunidad que lo caracteriza.
Por eso, por su inmensa incapacidad, Duarte termina su Gobierno
crucificado en todas las leñas verdes a imaginar. Derrota que habrá que
acompañarlo el resto de la vida. Responsabilidad que no podrá eliminar de su
historia personal.
El Karma, si es que existe, habrá de cobrarle las muchas vidas inocentes
que no debieron perderse.
Resulta inconcebible, una estupidez extrema, que, habiendo preparado,
capacitado (que no es sinónimo), equipado a una fuerza policiaca de élite,
digna de obtener los mayores aplausos, “Fuerza Civil”, que tiene armamento
superior a varios ejércitos del mundo, no se haya depurado la policía estatal
y, menos todavía, las municipales.
La falta de dinero. O, si se prefiere, haberse “gastado” el dinero
en otros asuntos. Ese increíble desfalco que según algunos lo llevará a
la cárcel, impidió que se limpiara la casa, que los policías fuesen “corridos”,
fuesen apartados de la función pública por delincuentes.
Bermúdez tuvo, creo que tiene todavía, bajo su mando a dos mil policías
entrenados y confiables. Otros muchos miles son los peores policías del
mundo. Y su “jefe” no le da, dio a tiempo, dinero para echarlos a la calle.
Absurdo en extremo.
¿Lo quieren todavía peor? Porque esto solamente sucede en
Veracruz. El 35 por ciento de todos los policías, estatales y
municipales, están reprobados en sus exámenes de confianza, pero siguen en el
activo.
Es decir, inconcebible, que Duarte sabe que tiene más siete mil
efectivos que son criminales. O que, por decir lo menos, no tienen
capacidad o pueden probar su honestidad.
En Veracruz existe el mayor número de policías del país, después de la
Ciudad de México, en total 20 mil 420. De los cuales solamente el 10 por
ciento están en labores de oficina.
Que quede claro, fue a sabiendas.
La policía estatal, bajo el mando de Arturo Bermúdez, tiene 2 mil
hombres de excelencia. Con francotiradores, perros, caballos, lanchas,
helicópteros, vehículos blindados… como de película gringa. Hombres,
algunas mujeres, que tienen vocación, que han pasado todos los exámenes, que
trabajan más allá de cualquier horario. La “Fuerza Civil” que puede
detener amenazas terroristas, secuestros, o tener confrontaciones con cualquier
criminal.
Ejemplo nacional.
A su lado hay otros 16 mil policías. De los cuales 5 mil 142 son
corruptos. Operan al servicio de criminales. Son sicarios.
Es inmoral.
Y, que conste, no es responsabilidad de Bermúdez Zurita.
El gobernador decidió no “invertir” dinero en despedirlos, fuesen
estatales o municipales. De nada sirve que, en Papantla, esta semana, se
haya mandado a policías de “Fuerza Civil” a tomar el control, que se hayan
encarcelado 7 policías y su director por la desaparición de tres
muchachos. O que otro tanto haya pasado en Tierra Blanca después de que
secuestraron a cinco jóvenes para que los criminales los asesinaran.
Esta desidia es inaceptable.
No importa que el Gobierno de la República haya decidido “cubrir” a
Duarte, que no procedan las peticiones de juicio político, no podrá escapar de
la justicia.
Lo cierto es que ejemplifica la capacidad de destrucción que trae
aparejada la corrupción. Porque no hay otro motivo, corrupción en el manejo
de recursos que ha evitado que se cuente con dinero para despedir a los
criminales. Cuando se ha hecho, al mismo tiempo, el mayor esfuerzo para
profesionalizar a la policía.
El tema es el dinero. Que desapareció. Que no se sabe dónde fue a
parar. Que no permite depurar policías. Que no otorga ni siquiera
gasolina para las patrullas. El dinero que impide que haya seguridad en
Veracruz.
Dinero que muchos están ciertos se robó Javier Duarte. Y ahora que
pruebe en contrario…
Isabel Arvide
@isabelarvide
Estado Mayor MX
Periodista,
ha colaborado en los principales medios nacionales desde 1976. Recibió el
Premio Nacional de Periodismo en 1984, primera mujer en obtenerlo por opinión.
Es conocida por sus comentarios políticos críticos, ha publicado novela, poesía
erótica, crónica y entrevistas. Entre sus libros destacan, con más de diez
ediciones vendidas, “La Decisión Presidencial” y “Asunto de Familia”, ambos
analizando la corrupta relación entre Manuel Camacho, Carlos Salinas de Gortari
y Luis Donaldo Colosio. En “La Guerra de los Espejos” narra el conflicto armado
de Chiapas desde la visión de los cuarteles militares, editorial Océano,
noviembre de 1998. Por el mismo sello editorial publicó, en 1999, “La Sucesión
Milenaria” analizando el proceso electoral que llevaría a la derrota del PRI.
Fue la efímera directora del diario Summa, de la empresa Televisa, hasta el
primer día de diciembre de 1994, de donde salió por el encabezado: “Decepcionó
el Gabinete”. Hasta junio del 2000 escribió una columna política diaria para
Ovaciones. A partir de esa fecha colabora en el diario Milenio, así como en el
semanario del mismo nombre. Su columna diaria se publica en 15 periódicos de
provincia. Visite www.isabelarvide.com
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