Por
Armando Ortiz
Si en
algún momento nos quedaba alguna duda del papel que Alba Leonila Méndez habría
de desempeñar en esta elección, en la reunión que tuvo con los miembros de la
Apever, Asociación de Periodistas de Veracruz, nos lo dejó muy claro.
En su
intervención con esta agrupación de comunicadores reunidos la mañana del martes
en el restaurante La Gavia, la neopetista hizo un recuento de lo que ha sido se
trayectoria política, los esfuerzos que ha hecho por llegar al lugar en el que
se encuentra. Habló de su amistad con Felipe Calderón, el chaparro que se
atrevía a llamarla chaparra. Le guarda una gran devoción al expresidente
Calderón, y es que de no ser por Calderón, nos dijo Alba Leonila, su hijo
hubiera sido secuestrado. En su recuento de los hechos la expanista señaló que
un día estuvo con Calderón en la cama donde murió Carlos Castillo Peraza,
ideólogo panista al que ella le tiene mucha devoción. Alba Leonila relata de
manera fantástica que Calderón no pudo contener las lágrimas y lloró al
acordarse del político fallecido.
Difícil
de creer este último pasaje, pues fue público el despreció que Calderón mostró
en vida a Carlos Castillo Peraza. En una serie de cartas dirigidas a los medios
y publicadas en la revista Proceso, Castillo Peraza, afectado por los desplantes
de Calderón lo llamó: “Inescrupuloso, mezquino, desleal a principios y a
personas”. En esas mismas cartas el político yucateco dijo de Calderón: “me
pareció desconsiderado de tu parte no haber acudido a la cita de anoche, sin
siquiera haber avisado, y que me dolió y preocupó haberme enterado por boca de
subalternos menores que el presidente del partido salió de la oficina ‘muy bien
servido’”.
De modo
que a menos que Felipe Calderón haya llorado de remordimiento, o haya ido
completamente borracho (cosa muy posible), el cuento fantástico de Alba Leonila
no tiene sustento.
Pero lo
que mejor dejó en claro es el propósito que tiene en la vida la candidata del
Partido del Trabajo a la gubernatura de Veracruz, y es que se la pasó
denostando a Miguel Ángel Yunes Linares, a quien acusa de todas sus desgracias.
Miguel Ángel Yunes el hombre que la marginó del partido, el hombre que puso en
peligro a su familia; Miguel Ángel Yunes Linares el incongruente, el criminal.
En esta parte del cuento, Alba Leonila se puso como la caperucita roja y a
Yunes Linares lo puso como el lobo del cuento.
Por
supuesto la candidata del PT a la gubernatura de Veracruz no se iba a referir a
las muchas acusaciones que tuvo en su paso por la delegación de SEDESOL. En
2008 ocho se le acusó de vender pies de casa de manera fraudulenta a personas
de escasos recursos; en el negocio estuvieron sus hermanos, quienes también
participaron en el negocio de los pisos firmes, donde Alba Leonila se hizo de
millones de pesos para su cuenta.
En el
encuentro un impertinente periodista la interpeló: “Ya estamos cansados de que
nos digas que Miguel Ángel es el malo del cuento. Queremos que nos digas qué
piensas de Javier Duarte, del desfalcó y la condición en que deja al estado de
Veracruz”. Alba Leonila volteó a ver a Alberto Silva, quien se encontraba en
una mesa de enfrente; se turbó y dijo que ella está en contra de la impunidad.
No dijo más, estaba claro que su papel no es golpear a Duarte; a Javier no se
le toca ni con el pétalo de un improperio.
Armando
Ortiz aortiz52@hotmail.com
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