Tránsfuga del PRI, alfil de la
maestra Elba Esther Gordillo, polémico exdiputado, Miguel Ángel Yunes Linares
por fin es gobernador, tras años de obstinación. El jueves 1 rindió protesta.
Antes de hacerlo, pactó con dos duartistas y se atribuyó sus primeros logros,
que anunció ese día. Y reiteró su decisión de meter a la cárcel a sus
predecesores: el prófugo Javier Duarte y el también exgobernador Fidel Herrera,
a quienes acusa de corruptos. El antes “innombrable opositor” es hoy un
gobernador temido… pero también lo envuelve una cauda de denuncias.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Miguel
Ángel Yunes Linares es un hombre temido. Ahora más que nunca. El jueves 1 tomó
posesión, por fin, como gobernador de Veracruz. Para lograrlo, esta vez echó
mano de todos sus recursos. Sobre todo de su experiencia como Ministerio
Público (MP), juzgador fiscal e investigador policial.
Con esas herramientas tejió su
campaña política y mediática en contra de la corrupción sin precedentes del
ahora prófugo Javier Duarte de Ochoa. Para armar los expedientes contra el
exgobernador y sus cómplices, sacó lo mejor de su perfil de sabueso. Indagó,
interrogó, escudriñó en bases de datos nacionales e internacionales, viajó él
mismo al extranjero y operó en la prensa de cobertura nacional, electrónica,
televisiva e impresa.
Electo gobernador tras los comicios
del 5 de junio de este año, afinó la cacería contra los operadores de Duarte y
jugó con las complicidades del gobierno federal con el exmandatario.
Ante la dilación del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de validar su triunfo, el
13 de octubre amenazó con hacer “cimbrar” al país en cuanto jurara como
gobernador. “Cuando dé a conocer la corrupción de Duarte el país entero se va a
cimbrar”, amagó. A los pocos días, recibió el aval constitucional de los
magistrados electorales.
Saqueado Veracruz, eligió a quienes
perseguiría. No fueron todos los que estuvieron cerca de Duarte. A los
seleccionados, los mandó llamar con mensajes amables pero intimidatorios.
Cooperar o la aplicación de la ley fue su divisa antes de asumir el gobierno.
“Saben de lo que soy capaz”, se ufanó ante sus interlocutores.
La advertencia era innecesaria.
Muchos de ellos recordaron al exgobernador Dante Delgado encarcelado, entre
diciembre de 1996 y abril de 1998, cuando Yunes Linares era secretario de
Gobierno en la gestión de Patricio Chirinos (1992-1998). Eran los tiempos en
que el ahora gobernador del PAN todavía era priista. Se confrontó con Dante
Delgado y persiguió hasta meterlo a la cárcel, acusado de malversación de los
fondos del estado.
(Fragmento del reportaje que se
publica en la edición 2092, ya en circulación)
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