EDITORIAL El
insurgente
En el marco de la política
económica imperialista, el Covid-19 es la excusa perfecta del momento para
ocultar deliberadamente la magnitud y consecuencias de la crisis económica
mundial, fenómeno que se ha fraguado durante años en las entrañas de la
economía capitalista. Todas las medidas sanitarias que se toman en realidad
tienen un trasfondo económico, los organismos financieros internacionales
buscan subyugar aún más a las economías dependientes a través de nuevos
préstamos leoninos, en consecuencia, asegurar mayor dependencia política;
medidas anticrisis que son disfrazadas de combate a la pandemia del
coronavirus, la inyección de fondos económicos millonarios tiene el propósito
de evitar la quiebra de “empresas afectadas”, criterio donde prevalece el frío
cálculo económico por encima de la salud pública.
La creación, promoción y
difusión del pánico colectivo a través de los monopolios de la comunicación
emerge como política de gobiernos antipopulares o imperialistas, está fincada
en los principios de la guerra psicológica, de ella se benefician los
monopolios de los diferentes giros de la economía. En este marco, gobiernos
autoritarios ven en la presente coyuntura, el momento ideal para justificar
medidas eminentemente fascistas de control social y sometimiento de las masas
trabajadoras; Estados como el español, el alemán, italiano y norteamericano son
el claro ejemplo de la dictadura burguesa en el siglo XXI.
En México, medidas
de esta naturaleza no son nuevas, en el gobierno genocida de Felipe Calderón
Hinojosa se impulsaron supuestamente para combatir el virus AH1N1, una
disposición policíaco militar que buscaba ganar legitimidad por ser un gobierno
espurio. Hoy desde una posición reaccionaria se exige la implementación de
nueva cuenta de dichas medidas fincadas en la ignorancia y la psicosis social
que permitan preservar los intereses del capital y facilitar la sumisión de las
masas populares para que éstas no protesten por la precariedad de su
existencia, para evitar que adquieran consciencia de la agudeza de la crisis económica.
Agudización de la crisis económica y distractores mediáticos siempre van de la
mano, son promovidos desde el poder económico; cada administración de los
intereses burgueses administra las crisis económicas y políticas según los
intereses a los que responde, un gobierno que dice representar los intereses de
los más pobres, si acepta las exigencias de los monopolios y del capital
transnacional terminará de rodillas ante el imperialismo.
Hoy el Covid-19 deja
al descubierto una realidad que tiene décadas en México, el desmantelamiento
del sistema de salud pública y su privatización de manera velada. El pueblo
debe repudiar las medidas de aislamiento y “distancia social” porque entrañan
una medida profascista, promueven deliberadamente la indiferencia entre
hermanos de clase, con dichas medidas el único beneficiario es la oligarquía.
En una condición de adversidad para el pueblo, lo que debe imperar es la
solidaridad entre hermanos de clase, la unidad en torno al interés colectivo y
preparar la guerra del pueblo contra sus opresores. En un contexto de
agudización de la crisis económica, la precariedad de las masas y la anulación
de los derechos de salud, entre otros fundamentales para la existencia humana,
el pueblo debe tomar en sus manos la solución: recurrir al legítimo derecho de
tomar y hacer uso de las mercancías concentradas en los grandes centros de
acaparamiento burgués.
¡Por nuestros camaradas proletarios! ¡Resueltos a vencer! El
insurgente
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