07/01/2020
En un contexto en el que pueblos
indígenas, organizaciones y activistas han rechazado y cuestionado los
megaproyectos que en este sexenio de la 4° Transformación se han impuesto en
beneficio del desarrollo capitalista, López Obrador convocó a un “diálogo” con
los pueblos indígenas del Estado de México este 5 de enero para intentar
utilizarlos y contraponerlos a quienes los cuestionan.
Obrador “visitó” en Texcoco a los pueblos indígenas del Estado de México, bajo el discurso de conocer sus demandas y realidad. Entre consignas de lucha que se escucharon por parte de sectores importantes del movimiento indígena que se ha opuesto al neoliberalismo y al régimen priista llegó, dichos sectores acudieron con un posicionamiento conjunto certero e incisivo ante las lacerantes formas que impone el capitalismo en el estado, con el objetivo de posicionarse y ser escuchados.
Pero los pueblos no escucharon ninguna respuesta a sus reclamos sino la reiteración del discurso que mantiene desde campaña, en el que por ejemplo se habla de la entrega de tierras a las grandes mineras pero no se cancelan las concesiones, de la imposición de autopistas y megaproyectos en el pasado pero estos no se cancelan ni se busca restitución, se habla de la corrupción pero no se encarcela a los corruptos ni se le hace pagar a los empresarios todo lo robado.
Lo más grave del “diálogo” es que AMLO utilizó la presencia de los movimientos de pueblos indígenas en el Estado de México para dirigir su discurso contra los propios pueblos y organizaciones que lo han cuestionado “extrema izquierda que toma actitudes de los conservadores”, o revivir el discurso de la violencia y aquellos violentos que hoy no quieren el desarrollo.
En el fondo AMLO vino para poner en
tela de juicio las históricas luchas de las comunidades indígenas que hoy
cuestionan su Tren Maya, el corredor transísmico, el Proyecto Integral Morelos
y el conjunto de megaproyectos y políticas de continuidad neoliberal y
capitalista.
Su perspectiva de clase le impide ver que los que no reivindicamos sus formas hemos estado desde siempre luchando para sobrevivir, no en contra de uno u otro presidente sino haciendo frente a lo que de fondo nos despedaza, el sistema capitalista en todas sus fases. Y ante esta versión neokeynesiana con sus políticas de “bienestar” hemos de seguir oponiéndonos con movilización.
El evento de este 5 de enero se desarrolló en Texcoco, lugar donde el Grupo de Acción Política al interior de Morena desplazó a la militancia honesta y de base de ese partido en el Estado, para imponer acuerdos en los que las viejas estructuras del priismo y los intereses empresariales, se beneficiaron copando candidaturas y después de uno de los procesos electorales más cuestionados en el Estado de México permitieron sin mayor oposición que Alfredo del Mazo llegara a la gubernatura, hoy ese mismo grupo de origen oportunista y con vínculos priistas mantiene la hegemonía en el Edomex y con ello la toma de decisiones en función de sus intereses, basta ver la nula movilización de Morena contra el alza tarifaria o la continuidad del priismo que desde Morena llegó a las presidencias municipales en todo el Estado.
AMLO se sentó a lado del priista Alfredo del Mazo que acaba de imponer un aumento a la tarifa del transporte público y no expresó más que un discurso lleno de las mismas propuestas de campaña, de realce de logros que no resuelven de fondo las necesidades de los pueblos ni mucho menos se acercan a sus intereses pero que sobre todo mantiene el asistencialismo y paternalismo vulgar heredado por la casta a la que representa.
El discurso sobre el apoyo a las comunidades indígenas en un 97 por ciento que se encuentra próximo al cien por ciento es absolutamente falso, trae la generación de expectativas que ha funcionado en nuestro país para mantener la incertimbre y conformismo, que disfrazada de esperanza, ayudó durante mucho más de 40 años a controlar la inconformidad y el descontento social, coaduyudando a la marginación del pueblo trabajador, provocando que los partidos electoreros si, se beneficien de los recursos públicos, ya sea directamente o a través de sus empresas neoliberales, que son conducidas de la mano para la usurpación de los recursos naturales de las comunidades y los pueblos de México.
Los pueblos indígenas se encuentran desde siempre sumidos en la miseria, en el olvido y son utilizados a conveniencia en todo el país. Pero en el Estado de México ¿qué significa ser indígena? Al ser un espacio con absoluta proyección hacia la concentración de la industria los pueblos van convirtiendo su vocación económica hacia abandonar sus tierras y ser proletarios; en ese proceso también miles de indígenas se abocan al comercio informal, que a través del folklore y la denigrante caridad como medio de marketing, desgarra su esencia para ser absorbida por las necesidades de producción del sistema capitalista.
Bajo la cuarta transformación, los pueblos indígenas son y seguirán siendo objetos, piezas a acomodar para lograr mantener a salvo los intereses de los ricos. En estos momentos para afianzar la explotación de los recursos naturales y la apertura de vías de mercadeo que favorecen a grandes empresarios de la agroindustria, del turismo que terminara de objetualizar la cultura de nuestros pueblos para volverlos medios de consumo y a empresarios de infraestructura que recibirán concesiones como reparación del daño por la cancelación del NAICIM.
AMLO se ha jactado diciendo que desde hace 42 años ha trabajado con los pueblos indígenas a través de lo que fue el Instituto Nacional Indigenista, pero ¿qué mejorías tuvieron las comunidades en este periodo en el que fue digno representante del priismo? Ninguna. En cambio los ejercicios de poder popular como Cherán, las Juntas de buen Gobierno, las policías comunitarias, los movimientos por el acceso a la tierra, contra la minería, etc. han traído consigo beneficios reales. Dice que somos los que no creíamos que la transformación se daría pacíficamente, que por eso estamos “inquietos” y tiene razón, no creemos en la desaparición del neoliberalismo por decreto, no creemos en la separación del poder económico del poder político porque eso no existe, y estamos seguros de que la única forma de transformar la realidad no es a través de un “gobierno que trabaje para el pueblo”, sino a través de un pueblo que ejerza el poder.
Frente Popular Revolucionario
Partido Comunista de México Marxista-Leninista
Unión de la Juventud Revolucionaria de México
Unión de los Trabajadores de la Educación
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