Eduardo de la Torre
Jaramillo
Desde hace 35 años el país se
sometió a una serie de reformas político-electorales, y aún tenemos una
democracia de baja calidad, la cual está vulnerada por el poder económico;
empero, en esta ocasión la reforma política es sistémica, es decir, va
acompañada de la creación de otras nuevas instituciones y leyes secundarias,
algo que abordaremos en este artículo.
Esta reforma política todavía
se encuentra sujeta a una serie de negociaciones entre los partidos políticos
en el Congreso de la Unión, y hay que decirlo, fue uno de los 95 puntos del
“Pacto por México” (Apartado V, Número 3. Partidos Políticos y Elecciones, p.
20), donde el tema central es la creación de un órgano nacional electoral
propuesto por Acción Nacional y al que se sumó el PRD; y el cual tendrá efectos
secundarios como la desaparición de los órganos y de los tribunales electorales
locales; que por cierto son los primeros detractores de esta reforma, son estos
“depredadores de presupuestos”, quienes están alentados por sus gobernadores, y
que utilizan los argumentos del expresidente del IFE, José Woldenberg, los que
convirtieron en “dogmas de fe electoral”, aquel afirma que: “es una medida tan
drástica para aniquilar a los órganos locales electorales”, y donde sus contraargumentos
son: a) el abaratamiento de las elecciones no es suficiente y es “miope” esa
visión, y b) dizque no son autónomos ante sus gobernadores, y que eso es una
“generalización excesiva” (sic).
Retomando al defensor del status quoelectoral, hay que decir lo
siguiente: a) el sociólogo Woldenberg opina como abogado electoral, ya que el
ahorro presupuestal se sitúa en 4 mil millones de pesos o más, si eso no es una
realidad, pues entonces no es miopía sino daltonismo político, siguiendo con este
tema económico, los 32 órganos electorales locales gastan anualmente 7 mil 300
millones de pesos, más mil millones de los tribunales locales, lo que significa
que anualmente se erogan un total de 8 mil 300 millones de pesos, mientras el
IFE en un año no electoral gasta 11 mil millones de pesos, y cuando hay
elección, su presupuesto se eleva a 14 mil millones de pesos.
Continuando con la reflexión
anterior, puedo afirmar que: b) el sociólogo Woldenberg reflexiona desde la
nostalgia institucional, él al igual que Lorenzo Meyer, Mauricio Merino, Sergio
Aguayo, María Amparo Casar, Leo Zuckermann, Luis Rubio y otros intelectuales
pensaron que con la alternancia, la democracia per setomaba carta de naturalización en todo el país, y para su
sorpresa fueron apareciendo Roberto Madrazo, Víctor Cervera Pacheco,
posteriormente Ulises Ruiz, Mario Marín, Fidel Herrera, Humberto Moreira, Andrés
Granier, que abanderaron la “soberanía” de sus estados para enfrentar y
dinamitar al primer gobierno federal de la alternancia, y como en el panismo
fuimos muy liberales, y los “dejamos hacer y los dejamos pasar”, pues el
resultado en esos 12 años de alternancia fue la deformación del federalismo que
rápidamente se convirtió en feuderalismo, el cual anuló la división de poderes,
ya que ni el poder legislativo ni el judicial fueron independientes, después
los pocos órganos autónomos como los electorales, de derechos humanos, de
acceso a la información y hasta las universidades públicas fueron devoradas por
el poder político neocaciquil; por eso cuando se analizan las elecciones
locales desde el DF y en un pequeño cubículo, pues simplemente no se comprende el
diagnóstico local.
Por otra parte, para seguir
abundando en el tema: c) el sociólogo Woldenberg olvidó que de las 23
alternancias locales que se han producido en las diversas entidades de la
república no han sido producto de los órganos electorales locales como él
afirma, sino que antes del año 2000, donde había 14 estados gobernados por el
PAN y el PRD, primero fue por esa transición política centrípeta cuya fortaleza
fue el voto ciudadano, a lo que Mauricio Merino le denominó una “transición
votada”; sin embargo, al final de la segunda alternancia política, la única
forma de ganar una gubernatura en los estados gobernados por el PRI fue a
través de alianzas electorales entre el PAN y el PRD, basta recordar que Gabino
Cué ganó en la segunda vez que fue candidato, y esto porque a diferencia de lo
que cree el expresidente del IFE, los órganos electorales fueron los que
orientaban y controlaban una elección, basta recordar el caso veracruzano con
la actuación del IEV, quien le regaló los registros a los partidos políticos
locales comoal PRV (a quien los propios trabajadores de ese instituto político
hicieron y validaron las asambleas municipales), lo mismo pasó con el AVE y el PC;
o la función de los observadores electorales, que en realidad eran los
movilizadores (el 10% de los que estuvieron en el distrito urbano de Xalapa,
tenían como domicilio, el mismo del IEV); la elección ya no fue ciudadana, allí
están los integrantes de las mesas de casilla, que en el mismo distrito de
Xalapa Urbano, el 35% eran miembros del PRI. Es decir, en los estados, las
elecciones dejaron de ser libres y pasaron a ser controladas por los funcionarios
de gobierno, inclusive en el descaro de que un funcionario renunció temporalmente
a su puesto en la secretaría de finanzas para operar la elección en un edificio
de su propiedad que se localiza en la avenida Orizaba en la ciudad de Xalapa, y
después de la elección, regresó a su puesto como si hubiese tenido vacaciones
electorales.
Finalmente, el jefe del
feuderalismo, el actual gobernador del estado de México, Eruviel Ávila, afirmó
sobre el tema: “Se atentaría contra nuestra soberanía, contra
esa garantía constitucional que tenemos las entidades…”,de una gran ignorancia es quien
sostenga el argumento de la Soberanía, porque la organización de las elecciones
es una función técnica que nada tiene que ver con el ejercicio del poder
soberano de cada entidad, inclusive países como Brasil o Canadá tienen un
órgano nacional de elecciones, o ya para ridiculizar esos argumentos ¿qué acaso
la emisión de la credencial de elector, el padrón electoral o la asignación
deltiempo-aire de los medios en los estados, cuya responsabilidad es del IFE
atenta contra la Soberanía de las entidades?. No hay argumento válido ni
teórico ni políticamente para impedir la creación del INE;por eso los señores
feudales con esa nueva arquitectura electoral tienen
miedo de perder el control autoritario de las elecciones locales y quienes
están en esos puestos simplemente se aferran a sus huesos.
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