30 de noviembre de 2013

A UN AÑO DE GOBIERNO DE EPN. LAS SECUELAS, LA CATÁSTROFE ANUNCIADA



Boletín: Comunicado #1DMx  
A las y los ciudadanos de México y el mundo:

El 1 de diciembre  del 2012, Felipe Calderón Hinojosa transfirió el poder ejecutivo de México a Enrique Peña Nieto, en el marco de un proceso electoral duramente cuestionado por la sociedad, por ilegal e irrespetuoso con el sufragio de los ciudadanos, cobrando una vez más validez la ominosa expresión “haiga sido como haiga sido”. Esta entrega de la presidencia significó el “cambio” de una imposición a otra y la continuación de una agenda política contraria a los intereses comunes del pueblo mexicano. Dicha práctica antidemocrática ha permanecido a lo largo de varias décadas y ha profundizado la polarización entre el gobierno ya gente de a pie. Nosotros nos sumamos a las protestas que naturalmente despertó este atropello a los principios constitucionales.

La ausencia de representación ciudadana en el interior de las instituciones del Estado ha acumulado obstáculos para la existencia de la igualdad entre los individuos y el ejercicio de las libertades. Al borde de la desesperación, el pueblo respondió en contra de la toma de protesta de EPN aquel 1ro. De diciembre. Este día el gobierno cercó la democracia anticipando la confrontación popular que ellos mismos provocaron con lujo de violencia, las fuerzas del orden público mantenían cercado y blindado el Congreso de la Unión, en toda la periferia de San Lázaro se encontraban alistadas las fuerzas policiales para contener y disuadir cualquier intento de expresión del disenso, demostrando que su diálogo se establece de forma unidireccional a mano de la fuerza bruta y no de la razón y la convivencia democrática. Expresamos nuestro sentir colectivo de forma pacífica a lo largo y ancho de la República, acudimos a las embajadas de México en el mundo para mostrar nuestra indignación y recibimos muestras de solidaridad y apoyo en múltiples calles y plazas de la comunidad internacional que observaban perplejos los acontecimientos en el país. Sin embargo, la esencia autoritaria y represora que alberga el régimen político se hizo presente, doblegando y envileciendo las libertades políticas y los derechos civiles de los y las manifestantes que salieron ese día a ejercer en el más amplio sentido democrático su derecho al disenso y a la protesta. Por un lado, el Estado mostró a los manifestantes en los medios masivos de comunicación como vándalos, más aún, como criminales, pandilleros que dañaban “la paz pública”. Por otro lado, la fuerza pública fue empleada desproporcionadamente, según estaba ahí para mantener el orden, pero rompió el orden legítimo y el debido proceso en su actuar. Era clara su intención criminalizarnos y reprimirnos.

I. La doctrina de la represión

El 1 de diciembre #YoSoy132 marchó pacíficamente bajo el hashtag #1Dmx: marchamos para ejercer nuestro derecho a decir “¡basta!, ¡no más mentiras y engaños por parte de la clase política!”. Múltiples colectividades se sumaron a la convocatoria entre ellas el movimiento magisterial, organizaciones campesinas y populares, al igual que grupos anarquistas. La respuesta del gobierno fue reprimir, golpear, lesionar, desaparecer, torturar principalmente en el DF y Guadalajara. El saldo 107 detenidos, 14 compañeros aún enfrentan cargos. Se les imputaron causas por terrorismo y ataques al orden público e interés general. Ante la ofensiva de Televisa, Tv Azteca y del Estado para dar por hecho que los detenidos eran responsables de conductas penales, la Liga de Abogados 1˚ Dic. y el Comité Jurídico de Derechos Humanos de #YoSoy132, quienes junto con otros defensores de derechos humanos como el Comité Cerezo y abogados independientes, aportaron la ayuda necesaria para lograr la libertad de los injustamente detenidos. El apoyo de la ciudadanía fue decisivo para reunir los medios de prueba, además de ayudar económicamente para solventar los gastos. No obstante, varios procesos siguen abiertos y todavía hay presos secuestrados por el Estado criminal.

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