4 de noviembre de 2013

FRACASA EN VERACRUZ LA CRUZADA NACIONAL CONTRA EL HAMBRE

Fracasa en Veracruz la Cruzada Nacional contra el Hambre; ocupa el segundo lugar nacional de hambrientos, después del Estado de México.

San Andrés Tuxtla, está en la lista, pero no en las acciones gubernamentales

El investigador universitario, Rafael Arias Hernández, no se anda por las ramas al asegurar que en la entidad veracruzana hay hambre, marginación y pobreza extrema.
“Esto es, en el estado, hay poco más de uno de cada cuatro habitantes, en carencia alimentaria y  viene lo mejor”, expresó el integrante del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Veracruzana.
El economista, detalló que de acuerdo con informes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), del 2010 al 2012, aumentaron en más de 200 mil los veracruzanos con carencia alimentaria.
“Inicia 2013  con 2 millones 219 mil, casi 30%  de  veracruzanos, más los que se acumulen por  crisis internacional,  desaceleración nacional, baja de remesas, escasez y aumento de precios, así como desastres gubernamentales y naturales, como el aumento injustificado de deuda pública estatal y municipal”, afirmó.
Detalló que la medición y evaluación de Coneval, en Veracruz registra en carencia por acceso a alimentación, un aumento de 2 mil 17 millones en 2010, a  2 mil 219 millones en 2012, es decir 202 mil hambrientos más.
“Así que, al menos, habría que empezar por leer bien y completo. Ya que este tipo de detalles y otros más, aparentemente insignificantes, determinan o condicionan en muchas formas,  la pasividad y la inefectividad de las caras y cuestionadas políticas, programas y acciones de los distintos ámbitos de gobierno”, señaló.
Por ello, consideró que urge evaluar  la cruzada contra el hambre, así como revalorar el tradicional papel del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, los municipales y hasta la presencia de instituciones privadas.
“Evaluar importantes esfuerzos y cuantiosos presupuestos. No simular. Ni exagerar al cuestionar o  aprobar, al descalificar o auto alabar. En todo caso, temas como el hambre que, al fin y al cabo, son temas de vida y muerte de personas, exigen una actitud más responsable de funcionarios federales, estatales y municipales”, agregó.
Y es que advirtió que ahí están, aumentando los  más de dos millones de maestros del hambre y  anarquistas sin alimento.
Por lo que –consideró- atender y solucionar, no engañar, entretener, ni reprimir es importante.
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