1 de noviembre de 2013

JORGE SÁNCHEZ CARRASCO, ENTRE LA EVASIÓN GUBERNAMENTAL Y LA INDIGNACIÓN SOCIAL


Jorge Sánchez Carrasco, entre la evasión gubernamental y la indignación social

***Esta publicación es parte de las colaboraciones que a partir de ahora comenzarán a sucederse en nuestra página. Agradecemos mucho las participaciones que, luego de la convocatoria lanzada hace poco más de un mes, se integran a este proyecto de comunicación. En este caso Armando colaborará (por lo menos en principio) con una revisión de las noticias a partir de lo que se dice de ellas en distintos medios de comunciación. Las formas serán variadas, comencemos con esta primera publicación.***

Por Armando Martínez Orozco
Noticia esparcida desde Guaymas, Sonora, hacia toda la República Mexicana, su nombre llegó a los oídos de los medios y audiencias de todo el país con el hálito absurdo de la negligencia médica: José Sánchez Carrasco, el hombre de 38 años, quien antes de su muerte fue grabado y cuestionado (se declaraba jornalero), moriría un lunes 21 de octubre de 2013 afuera del Hospital General de Guaymas.

La página de internet de Radio Fórmula, informó que incluso Carlos Lorett de Mola, en su programa radiofónico Contraportada, entrevistó a Bernardo Campillo García, Secretario de Salud del Estado de Sonora. El enojo ya no sólo venía de los blogs que proponen un periodismo alternativo, de los usuarios de Youtube, de La Jornada, de la revista Proceso o del periódico El Universal.

Según Campillo, Carrasco llegó al Hospital General de Guaymas con un cuadro de deshidratación y desnutrición, y manifestaba intensos dolores de espalda. En una vena le pusieron suero, le entregaron analgésicos, le hicieron estudios de la sangre. Carrasco, en la versión de Campillo, se arranca todo aparato médico que invadía su cuerpo y huyó del hospital. Los trabajadores le rogaron que volviera y le llevaron alimento. Eso dijo Campillo.

Dossier Político, Excelsior, Uniradionoticias, Abecenoticias, expreso.com, razón.com.mx, y pare usted de contar, notificaban que tanto la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) de Sonora, la delegación en Guaymas del Instituto Mexicano del Seguro Social y el gobierno de Chihuahua han evadido sus responsabilidades con un argumento que únicamente omite una irresponsabilidad institucional: no hay pruebas de que Carrasco trabajara en el campo.

En un video hecho por un reportero de la página www.elchacoteo.com.mx y que ya circula por Youtube, se ve a Carrasco, en el suelo y afuera del mencionado Centro de Salud. Está tendido sobre una especie de saco de dormir como para acampar, encima lleva un poncho y afirma el haber nacido en Guachochi, pueblo de Chihuahua, pero aclara que fue criado en el municipio de Casas Grandes, en Sonora.

No tiene un padre; sí una madre, según expresa en la entrevista. Y una hermana, de nombre Juana, que vive en Casas Grandes. “Mi mamá está muy acabadita”, expresó. El doctor no lo quiso atender. “Ni siquiera habló conmigo”, añadió. “Nada más me dijeron: ‘quítese la ropa para que se te refresque’”. Cuando el reportero le preguntó que desde hace cuánto tiempo no comía, Carrasco se quitó la manta que lo abrigaba y mostró a la cámara un medio cuerpo de huesos. Dos noches esperó a que lo atendieran. “No puedo caminar, ya camino como viejito. Me canso”, dijo. Llevaba tres semanas sin comer. “Aquí tienes comida. Come”, le expresó el reportero.

Jornaleros agrícolas, uno de los grupos más olvidados: Sergio Aguayo

Uno de los grupos más olvidados y a uno de los que constantemente se les vejan sus derechos humanos en el país, desde Chiapas hasta Baja California y que incluso es una cuestión documentada ampliamente, son los jornaleros agrícolas, dijo el lunes 28 de octubre en Aristegui Noticias el columnista del periódico Reforma, Sergio Aguayo.

Preguntó Aguayo a Aristegui y al auditorio, mientras opinaba sobre la muerte de José Sánchez Carrasco, quien falleciera el lunes 21 de octubre afuera del Hospital General de Guaymas, si la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED) ha dicho algo o emitido algún comunicado para mostrar su posición acerca de este caso de negligencia médica. Y recordó que la CONAMED, en el 2012, recibió 27 millones de pesos.

La mayor parte de las burocracias en el país que defienden los derechos humanos, tienden a ser maestros de la evasión (Aguayo utilizó la palabra elevación) para no tocar los temas que los ponen en evidencia y aquellos que ilustran su falta de compromiso con las víctimas de algún suceso.

Rememoró que Raúl Ramírez Baena, presidente de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, y ex ombudsman de Baja California, hace ya tiempo, presentó un informe muy duro sobre la situación de los jornaleros agrícolas en México. Explicó en tal documento, cómo es que se violaban los derechos humanos en el Valle de San Quintín, en Baja California. Y es que, lo común en nuestro país, es que cuando existe alguien que se solidariza con los afectados, es despedido, afirmó.

En ese sentido, añadió, no debe sorprendernos que México repruebe en el examen universal de los derechos humanos. La noticia de José Sánchez Carrasco, comentó, es paradigmática: “Él es una víctima indefensa, no hubo ninguna institución pública que lo defendiera”, puntualizó.

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