31 de diciembre de 2010

Denuncian organizaciones indígenas hartazgo social contra las políticas públicas estatales

Orizaba, Ver.- La indiferencia del gobierno de Fidel Herrera para atender las demandas de los pueblos indígenas creó el hartazgo social contra las políticas públicas. “El hartazgo ciudadano tiene límite y ya estamos muy cerca”, advierte Julio Atenco Vidal, dirigente de la Coordinadora Regional de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica (CROISZ), y de paso considera que el actual gobierno estatal “no debe repetir la dosis de partidizar y unicolorear la praxis institucional o función pública y la administración del erario público”.

A través de un documento, el dirigente de esa organización hace un recuento de la forma en la que fueron tratados los grupos indígenas de la sierra de Zongolica a manos del gobierno de Fidel Herrera. “Fueron muchas las propuestas, análisis y reflexiones que en más de 100 reuniones de trabajo que tuvimos durante los últimos tres años. Ofrecimos a funcionarios públicos contribuir a modificar las causas estructurales de la pobreza; para acabar con el divorcio de la educación superior con la ciencia y el desarrollo con equidad y justicia fundamentamos nuestra propuesta de creación de un nuevo sistema de educación indígena autonómico, bilingüe desde el preescolar hasta la universidad y que esté asociada a un sistema de becas e internado”.

“Planteamos a las vías de comunicación del medio rural como un detonante del desarrollo local; insistimos en la participación ciudadana democrática verdadera y no simulada en los diagnósticos que den sustento a la acción institucional y a sus programas de gobierno y así eficientar la acción pública del gobierno”.

“Cuestionamos siempre respetuosamente pero con firmeza que el Estado veracruzano ha abandonado su papel de promotor del desarrollo desde el nivel local y comunitario, que ha abandonado su papel de organizador de los productores, ha abandonado su papel de organizador de las cadenas productivas de sus sistemas de producción y ha dejado a los productores y a los consumidores a merced de las mafias de coyotes”.

Unas primeras conclusiones de las reuniones de trabajo, allá por agosto del 2008, fue la necesidad de modificar las reglas de operación de varios programas que operan con fondos federales. De hecho, refiere que se llegó a un acuerdo de tener reuniones de trabajo para hacerles propuestas concretas a los diputados federales veracruzanos, pero las reuniones no se realizaron y los diputados estaban sólo preocupados por las elecciones del 2010.

“Todo fue inútil. Fuimos escuchados, pero no atendidos”

Sin embargo sí reconoce que hubo apoyo de una sola dependencia estatal: “El único que sí hizo eco de nuestra invención, la estufa ahorradora de leña denominada “Kaltzintli” fue el ingeniero, Juan Humberto García. También respaldó institucionalmente nuestro proyecto para la creación del Centro de Capacitación, Formación y Experimentación Silvícola, pero al mismo tiempo estúpidamente este proyecto fue bloqueado –hasta impedir su construcción– por el último director del Patrimonio del Estado de apellido Flores, tipo lambiscón con su padrino político, faccioso, burócrata sin escrúpulos y sin idea alguna sobre el asunto del desarrollo”.

Atenco Vidal, además, hace un repaso en materia de justicia: “En relación con el caso del asesinato de nuestra hermana Mayor Ernestina lamentamos la opacidad del gobierno y de su instrumento para garantizar la negación del derecho a la información de los veracruzanos que malamente se denomina IVAI. El gobierno del estado a pesar de contar con todas las pruebas que demuestran la existencia de un artero crimen, prefirió ocultar las pruebas y negociarlas con el gobierno federal”.

Nuestra lucha, aclara, demanda la presentación pública de todas las pruebas en manos del gobierno estatal para demostrar la existencia de un brutal crimen. Para nosotros el caso de Ernestina no está cerrado, apenas se abrirá y para ello nuestra demanda de justicia tiene su curso a nivel federal, ya que nuestro gobierno veracruzano nos traicionó y se alió a los asesinos. De no funcionar la justicia federal apelaremos a la justicia internacional.

Además, revela que en el año 2005, en reunión solemne del Pacto de Gobernabilidad, nuestra organización a través del gobierno municipal nahua de Soledad Atzompa, le entregamos a Fidel en su propia mano una propuesta de reforma constitucional que garantizaría dos derechos fundamentales: el reconocimiento de los Pueblos Indígenas como Sujeto de Derecho Público, y el derecho a conservar y portar oficialmente nuestra Identidad Étnica. Fidel le entregó la propuesta a los partidos representados en el Congreso local a través de Margarita Guillaumín. En el año 2008 reiteramos nuestra propuesta ante Fidel y ante el nuevo Congreso local, pero después de tres años de silencio los dos Poderes del Estado finalmente hicieron caso omiso de nuestra propuesta, y actuando como “Estado” la “perredista” Guillaumín y la hermana nahua priísta Bernardina Tequiliquihua, le dieron curso a una propuesta de Fidel para crear una nueva burocracia indígena que simule atención a las demandas indígenas para que nada cambie en la condición de segregación racial y opresión política que impone a los Pueblos Indígenas el Estado mexicano en su versión veracruzana.

Atenco Vidal propone cómo se pudo haber llegado a enriquecer la Ley Indígena: “Para llegar a conseguir la anuencia indígena los ex legisladores debieron haber informado previa y suficientemente sobre sus malas intenciones; luego debieron haber pactado con los Pueblos Indígenas un tiempo razonable para que sus comunidades, autoridades y liderazgos analizaran aquellas aviesas intenciones –en y por los medios y procedimientos tradicionales que se dan los propios pueblos indígenas–, y fijaran una postura”.

“Llegado el plazo, los legisladores –acudiendo ellos a las instancias de participación y decisión propias de los Pueblos Indígenas– dialogarían y llegarían a un acuerdo en dos capítulos: el primero sería sobre el contenido de la propuesta legislativa revisada, corregida y aumentada si fuese necesario, y el segundo capítulo expresaría explícitamente los términos de su anuencia para que el Congreso acuerde la reforma que hubieren convenido conjuntamente la Comisión de Diputados y los Pueblos Indígenas. Esto se llama Diálogo y Democracia, tan lejos e inalcanzable por ahora”, lamenta.

Finalmente, demanda que el nuevo gobierno asuma acciones concretas y reales para atender los reclamos de los pueblos indígenas.

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