Pedro Echeverría V.
1. En 1964 gobernó sus últimos 11 meses el presidente López Mateos del PRI; el máximo dirigente del PAN era Christielb Ibarrola, el presidente del Partido Popular Socialista era Lombardo Toledano y el Secretario General del Partido Comunista Mexicano era Martínez Verdugo. Se decía que el PRI era el partido del Centro porque jugaba por la derecha sirviendo a los empresarios y al imperialismo yanqui y, al mismo tiempo jugaba con la izquierda autocalificándose de la “izquierda atinada” y coqueteando con el gobierno cubano. Al mismo tiempo que votaba en la OEA apoyando a Cuba revolucionaria, recibía fastuosamente en México, en visita presidencial, a Kennedy y esposa. Por ello el PAN, por la derecha; el PPS por la izquierda oportunista y el PCM, por la izquierda “oficial” no registrada, declaraban que el gobierno era democrático.
2. Desde 1962 López Mateos determinó entregar 20 diputados al PAN, 10 diputados al PPS y 5 diputados al Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (formado por viejitos generales que informalmente eran del PRI). El PCM, que luchaba por una “Revolución Democrática de Liberación Nacional”, aunque no tenía registro, no estaba lejos en sus aspiraciones por entrar al parlamento, pues participaba con candidato presidencial del FEP: Danzós Palomino compitiendo con Díaz Ordaz del PRI y González Torres del PAN. Sólo los partiditos y grupos radicalizados de izquierda estaban plenamente convencido de la necesidad de una revolución violenta y radical en México –se vivía el ejemplo de Cuba y de más de seis países con guerrillas- y que la “revolución democrática de liberación nacional” planteada por el PCM y el MLN de Lázaro Cárdenas y Lombardo eran oportunistas.
3. ¿Qué ha cambiado en el campo de los partidos después de 50 años? El “centrista” PRI caminó hacia la derecha empresarial y a partir de 1982 se entregó totalmente (firmando) al FMI, al BM y a la política norteamericana. Perdió desde entonces cualquier posibilidad de engañar al ala progresista iniciando más de tres décadas de políticas neoliberales. El PAN a partir de ese año comenzó a negociar con los gobiernos del PRI porque “éste estaba aplicando su programa privatizador” y quería quitarle su clientela empresarial. El PPS desapareció como partido al fundarse el PRD, pero le heredó a éste la vieja posición de Lombardo Toledano que decía que el PRI contaba con presidentes nacionalistas y patriotas. Me queda absolutamente claro que el PRD actual se parece mucho más al PPS de Lombardo y al Partido Socialista de los Trabajadores de Talamantes.
4. Forzando un poco las cosas encuentro que el PCM de los sesenta y setenta podría ser semejante al partido de López Obrador: a) en su esfuerzo por diferenciarse del oportunismo de la llamada izquierda, b) por la falta de registro y su búsqueda desesperada de él, c) por ser partidario de los procesos electorales, d) por reivindicar el pacifismo, e) por carencia de subsidios evidentes. El PPS de Lombardo –así como hoy el PRD y el PAN- llegó a ser un vergonzoso apoyo del PRI; por el contrario el PCM –así como hoy AMLO- cuidó mucho mantener su independencia. La izquierda radical en aquellos años estaba conformada por unos 30 organismos pequeños, así como hoy; la diferencia es que jóvenes universitarios y politécnicos –por lo menos desde 1968- mantienen su independencia.
5. Hace 50 años se manifestaba el antimperialismo yanqui en todas las corrientes de la amplia izquierda, incluso entre priístas e intelectuales; en los hechos sólo el PAN defendía al gobierno gringo. Hoy –quizá por ser México un país conquistado e invadido por los EEUU- se puede demostrar que casi nadie se manifiesta contra él. La realidad es que es inexplicable ese silenciamiento a pesar que desde 1982 determina el FMI –de manera total- sobre la política nacional. Fue tan grande el “antimperialismo en los sesenta y setenta” que un sector del gobierno, del PRI, los intelectuales, el PPS, el PCM, basaban su política en la crítica hacia los EEUU. Incluso la corriente espartaquista encabezada por Revueltas, González Rojo y Rousset, vieron que la crítica “antimperialista” sustituía la crítica “al enemigo principal: la gran burguesía mexicana que cada día se fortalecía”.
6. La política del PRI actual es idéntica a la que ha puesto en práctica a través de la historia. La política de los pactos con partidos, sindicatos, organizaciones empresariales y sociales, pertenece a su naturaleza como partido de la revolución burguesa mexicana. La posición centrista es la que le pertenece, pero a partir de 1982 –con la adopción del neoliberalismo y la privatización- se hizo muy igual al PAN. La vergüenza total fue el oportunismo del PRD que –al igual que el lombardismo- se entregó con manos y pies atados. Cuahtémoc Cárdenas parece estar de acuerdo con él, Ebrard le hace algunas críticas y otros conocidos permanecen en su interior por estrategia política u oportunismo. El lópezobradorismo, como lo fue en su momento el PCM, se mantiene en la independencia y en el juego de la negociación como condición de supervivencia ante un enemigo brutal. ¿Pasaron 50 años sin darnos cuenta? (20/X/13)
pedroe@cablered.net.mx
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