LA OCSS HACE EL RECUENTO DE LOS
EJECUTADOS POR EL GOBIERNO
María Teresa Jardí
Y así, gota a gota, los
encargados de aplicar el sistema neoliberal, que a la mexicana, por si no fuera
bastante canalla el capitalismo, aquí se aplica. Y, gota a gota, la
Organización Campesina de la Sierra del Sur de Guerrero contabiliza cada día
más detenidos desaparecidos, ejecutados extrajudicialmente, torturados y
encarcelados injustamente.
Contra OCSS se aplica el
terrorismo desde 1995 cuando se dio la desaparición forzada de Gilberto Romero
Vázquez, en Atoyac, acontecida en el mes de mayo de ese año y cuando miembros
de la OCSS se trasladaban a realizar un mitin a Atoyac, para pedir la
presentación con vida de Gilberto, la policía enviada y al servicio del
entonces criminal “gobernador” del estado de Guerrero, Rubén Figueroa, emboscó
y disparó contra las camionetas masacrando a 17 campesinos miembros de la
OCSS.
Miguel Angel Mesino
Mesino, hermano de Rocío y ex preso político, fue asesinado el 18 de septiembre
de 2005 por disparos de rifles de asalto AK-47 y una pistola calibre 9
milímetros en pleno centro de Atoyac, Guerrero.
Y Rocío Mesino Mesino
fue asesinada, apenas, el sábado pasado, 19 de octubre de 2013, en la población
de Mexcaltepec, municipio también de Atoyac de Alvarez, de la región de la
Costa Grande, del estado de Guerrero.
Rocío era la actual
dirigente de la Organización Campesina de la Sierra Sur. Fue ejecutada por dos
sujetos que viajaban en una motocicleta. Uno de ellos descendió y le disparó
varias veces en el momento en que supervisaba la construcción de un puente. Una
vez que cayó, el asesino volvió a dispararle en la espalda. El agresor amenazó
a los que presenciaron el hecho con matarlos “si intentaban algo”.
Tras el asesinato se
registró una intensa movilización de militares y policías quienes “intentaron
localizar a los atacantes”, sin lograrlo.
La OCSS agrupa a más de
cinco mil jornaleros, campesinos e indígenas, con los que, gota a gota, los
operadores del sistema del Estado fallado —en que se ha convertido al Estado
mexicano— están acabando.
No es el único
caso.
Hace unos meses Arturo
Miranda decía que cuando la justicia se vuelve sorda, muda y ciega se evidencia
la responsabilidad del Estado en los crímenes, cuando el asesinato del también
luchador social Raymundo Velázquez Flores, dirigente de la Liga Agraria
Revolucionaria del Sur Emiliano Zapata (Larsez), fundada por Genaro Vázquez
Rojas y Antonio Sotelo Pérez; asesinato que se sumaba al del compañero Arturo Hernández
Carmona y preguntaba y ahora ¿quién sigue? Rocío Mesino es la respuesta.
Hay crímenes
imperdonables y en ese rubro se ubican los de los luchadores sociales. Peña no
tiene ya ni siquiera el pretexto que tenía su criminal antecesor Felipe
Calderón de que “se estaba luchando contra el narcotráfico”. Demostrada la
farsa y evidenciada la limpia que de pobres en México de manera impune se
aplica, Peña va a pasar también como genocida a la historia de la ignominia.
Escuchar a los que exigen mano dura nunca es una buena idea. Y si bien se le
puede reconocer el intento al menos de hacer menos hondo el abismo entre ricos
y pobres por lo que toca a los impuestos. Su deseo de venganza sigue presente y
no hay error más grande que satisfacer ese deseo que lo enloda todo. El Estado,
para no ser considerado fallado, pasa por garantizar el derecho a la vida de
todos sus habitantes y en particular la de los luchadores sociales, incluso
porque en el caso de los que se destacan como luchadores la responsabilidad de los
gobernantes pasa incluso por la de brindar protección (medidas cautelares) a
los que se tornan en vulnerables debido a la lucha a favor de otros aún más
vulnerables. El de Rocío es otro crimen de Estado y acumular crímenes de Estado
nunca es una buena idea.
Más allá de que no hay
totalitarismo que sea suave. El historiador Tariq Ali se equivoca. En México el
totalitarismo va camino de imponerse de la peor de las maneras. La represión
contra líderes sociales va camino de convertirse también en regla del sistema
que a la mexicana se aplica.
FUENTE: http://www.vozdelaprole.com
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