24 de octubre de 2013

RUMBO A UN NUEVO AUTORITARISMO

Rumbo a un nuevo autoritarismo
LA OCSS HACE EL RECUENTO DE LOS EJECUTADOS POR EL GOBIERNO
 María Teresa Jardí
Y así, gota a gota, los encargados de aplicar el sistema neoliberal, que a la mexicana, por si no fuera bastante canalla el capitalismo, aquí se aplica. Y, gota a gota, la Organización Campesina de la Sierra del Sur de Guerrero contabiliza cada día más detenidos desaparecidos, ejecutados extrajudicialmente, torturados y encarcelados injustamente.  
Contra OCSS se aplica el terrorismo desde 1995 cuando se dio la desaparición forzada de Gilberto Romero Vázquez, en Atoyac, acontecida en el mes de mayo de ese año y cuando miembros de la OCSS se trasladaban a realizar un mitin a Atoyac, para pedir la presentación con vida de Gilberto, la policía enviada y al servicio del entonces criminal “gobernador” del estado de Guerrero, Rubén Figueroa, emboscó y disparó contra las camionetas masacrando a 17 campesinos miembros de la OCSS. 
Miguel Angel Mesino Mesino, hermano de Rocío y ex preso político, fue asesinado el 18 de septiembre de 2005 por disparos de rifles de asalto AK-47 y una pistola calibre 9 milímetros en pleno centro de Atoyac, Guerrero. 
Y Rocío Mesino Mesino fue asesinada, apenas, el sábado pasado, 19 de octubre de 2013, en la población de Mexcaltepec, municipio también de Atoyac de Alvarez, de la región de la Costa Grande, del estado de Guerrero. 
Rocío era la actual dirigente de la Organización Campesina de la Sierra Sur. Fue ejecutada por dos sujetos que viajaban en una motocicleta. Uno de ellos descendió y le disparó varias veces en el momento en que supervisaba la construcción de un puente. Una vez que cayó, el asesino volvió a dispararle en la espalda. El agresor amenazó a los que presenciaron el hecho con matarlos “si intentaban algo”. 
Tras el asesinato se registró una intensa movilización de militares y policías quienes “intentaron localizar a los atacantes”, sin lograrlo. 
La OCSS agrupa a más de cinco mil jornaleros, campesinos e indígenas, con los que, gota a gota, los operadores del sistema del Estado fallado —en que se ha convertido al Estado mexicano— están acabando. 
No es el único caso. 
Hace unos meses Arturo Miranda decía que cuando la justicia se vuelve sorda, muda y ciega se evidencia la responsabilidad del Estado en los crímenes, cuando el asesinato del también luchador social Raymundo Velázquez Flores, dirigente de la Liga Agraria Revolucionaria del Sur Emiliano Zapata (Larsez), fundada por Genaro Vázquez Rojas y Antonio Sotelo Pérez; asesinato que se sumaba al del compañero Arturo Hernández Carmona y preguntaba y ahora ¿quién sigue? Rocío Mesino es la respuesta. 
Hay crímenes imperdonables y en ese rubro se ubican los de los luchadores sociales. Peña no tiene ya ni siquiera el pretexto que tenía su criminal antecesor Felipe Calderón de que “se estaba luchando contra el narcotráfico”. Demostrada la farsa y evidenciada la limpia que de pobres en México de manera impune se aplica, Peña va a pasar también como genocida a la historia de la ignominia. Escuchar a los que exigen mano dura nunca es una buena idea. Y si bien se le puede reconocer el intento al menos de hacer menos hondo el abismo entre ricos y pobres por lo que toca a los impuestos. Su deseo de venganza sigue presente y no hay error más grande que satisfacer ese deseo que lo enloda todo. El Estado, para no ser considerado fallado, pasa por garantizar el derecho a la vida de todos sus habitantes y en particular la de los luchadores sociales, incluso porque en el caso de los que se destacan como luchadores la responsabilidad de los gobernantes pasa incluso por la de brindar protección (medidas cautelares) a los que se tornan en vulnerables debido a la lucha a favor de otros aún más vulnerables. El de Rocío es otro crimen de Estado y acumular crímenes de Estado nunca es una buena idea. 
Más allá de que no hay totalitarismo que sea suave. El historiador Tariq Ali se equivoca. En México el totalitarismo va camino de imponerse de la peor de las maneras. La represión contra líderes sociales va camino de convertirse también en regla del sistema que a la mexicana se aplica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario