Por Noé Zavaleta/
Una cuadrilla de militares con sus uniformes verdes olivos sella cada uno de
los accesos al Palacio Legislativo, la visita del Secretario de la Defensa
Nacional (Sedena), Mauricio Cienfuegos Cepeda hizo cambiar los
protocolos de acceso al Congreso Local, antes ya relajados pues los diputados ya
van de salida, aparatoso dispositivo de seguridad en el salón de plenos y en las
escalinatas para impedir que ningún objeto o ser extraño se le acercará al
segundo comandante supremo de las fuerzas armadas, Mauricio
Cienfuegos, quien ostenta el poder castrense, sólo por debajo del
ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto.
La Sexagésima Segunda Legislatura y el Poder Ejecutivo rindieron
reconocimiento al Heroico Ejército Mexicano en su siglo de existencia, el
“apapacho gubernamental”
consistió en inscribir con letras de oro –sí, una vez más-, la palabra
centenario, como adedum a la palabra Ejército Mexicano y las palabras honor y
lealtad por México.
Develación de placa del gobernador, Javier Duarte y del
propio titular de la Sedena, Mauricio Cienfuegos, la prensa al corral y sólo los
fotógrafos de la Sedena y los de comunicación social con derecho a moverse con
toda libertad por el recinto de sesiones.
El apapacho hubiera sido incompleto si el gobierno de Veracruz no entregará
la presea “medalla
Veracruz” –objeto metálico creado en tiempos de Fidel Herrera
Beltrán-, en donde el mandatario, Javier Duarte agradeció a la comunidad
castrense el ayudar a generar un ambiente de estabilidad y confianza ante
cualquier adversidad.
“Los elementos del Ejército siempre
estarán dispuestos a colaborar y dar todo por cada familia mexicana y de
Veracruz, su presencia permanente en el estado es garante de paz
social”, presumió Javier Duarte.
Por su parte, Mauricio Cienfuegos destacó que el
reconocimiento representa un signo paterno porque refrenda más la confianza de
la sociedad hacia las fuerzas militares.
“Este acto constituye un reconocimiento de valor inconmensurable para todos
nuestros integrantes, ya que representa un aliciente para seguir cumpliendo con
entereza todas las misiones que le encomienda la Patria”.
En los pasillos del Palacio Legislativo en cada puerta, cada acceso, en cada
esquina del estacionamiento legislativo, integrantes de la Sedena mantenían una
vigilancia sigilosa de quien entraba y quien salía.
En el perímetro de la avenida Encanto, Ferrocarril Interoceánico,
Lázaro Cárdenas y alrededores se prohibió el estacionamiento. El sitio
tenía que quedar despejado para el arribo de los mandos militares.
En el acto protocolario, el evento transcurrió sin sobresaltos, sobre el
micrófono y las bocinas del Congreso Local sólo se escuchaban una loa de
gratitudes mutuas entre el gobierno de Javier Duarte y el de la
Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena), además del respaldo
irrestricto al gobierno de Enrique Peña Nieto y su política de seguridad
regional.
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