8 de enero de 2016

¡DUARTE, RATERO!: JUBILADOS

 
 Por: SILVIA NÚÑEZ HERNÁNDEZ
Odilia Salcedo tiene 72 años. Es maestra, es jubilada de la Secretaría de Educación Veracruz, luego de 30 años de servicio magisterial. Digna docente, la cual recibió reconocimientos por parte del mismo gobierno derivado de su carrera magisterial. A ella, jamás le cruzó por la cabeza, que en su vejez tendría que “mendingar” a un gobernante corrupto, lo que por ley, le corresponde.

“Me indigna en serio, saber que nos traten como unos pordioseros, cuando dedicamos gran parte de nuestras vidas a la docencia (…) Por mis aulas pasaron muchas generaciones de niños (…) Hoy me pregunto, quienes hayan sido maestras de Javier Duarte, se les debe de caer la cara de vergüenza, porque no les aprendió nada (…) Tengo ganas de contestarle al mequetrefe de Flavino Ríos; él sale con una estupidez del tamaño de su corrupta forma de vida (…) Decir que son nuestros hijos quienes tienen que cargar con nosotros, como si el pagarme mi pensión fuera una gratificación del gobierno y no su obligación establecido por ley, al que tengo derecho, no necesito que nadie, absolutamente nadie cargue conmigo. Por eso trabajé 30 años, Flavino, para no ser la carga de nadie” acusa la mujer con aspavientos y gesticulaciones que aluden al enojo que le provoca el fraude que el gobierno estatal ha orquestado en su contra y en miles de maestros veracruzanos.

Odilia Salcedo es una de las maestras golpeadas por órdenes de Flavino Ríos Alvarado y de Javier Duarte de Ochoa. A ella, varios policías la encapsularon, la arrojaban como marioneta de un escudo a otro y se burlaban a carcajadas, la ofendían y la humillaron a placer. “Te juro que lo recuerdo y me dan ganas de llorar, sentir como unos infelices te tratan como basura (…) Me gritaron barbaridades, me ofendieron hasta el cansancio (…) Yo no lloré ahí, les gritaba que eran unos cobardes, que cómo era posible que nos hicieran esto, que todo se paga en esta vida y que quería ver como Bermúdez los pisoteaba como ahora ellos intentaban hacer nosotros (…) Fueron minutos, pero yo sentí que fueron horas, mis mismos compañeros fueron a liberarme de la prisión que me tenían, compañeros más jóvenes les propinaron unos golpes en la espalda a dos de ellos y ahí se propinaron golpes muy fuertes de ambos bandos (…) Cuando me sacaron, me llevaron de lado de las escaleras de la catedral y me senté en un escalón y no podía parar de llorar (…) Lloré de impotencia, pero no por los golpes, sino porque deseé con toda el alma tener a Javier Duarte y Flavino Ríos enfrente mío para darles una cachetadas por malditos (…) Pero los cobardes se esconden, nunca dan la cara, porque son unos gusanos” dijo colérica la maestra.

Odilia Salcedo, fue golpeada con puños, con escudos. A otros les tocó recibir toques eléctricos en la Plaza Regina Martínez el 23 de diciembre del 2015. El gobierno jamás sintió culpa alguna, al contrario los culpó de la barbarie a lo que fueron objeto. Javier Duarte ni se preocupó. Él se encontraba tomando unas placenteras vacaciones en Ixtapa Zitahuatejo, lugar en donde tiene una propiedad valuada en millones de pesos y que seguramente dicho inmueble, debió haberlo comprado con el dinero que hoy los pensionados exigen o tal vez de los proveedores a los que no ha pagado, de los hoteleros, de la Universidad Veracruzana, de las bursatilizaciones, de los préstamos bancarios, de los becarios a los que abandonó en el extranjero, a los trabajadores de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, a los cuales nunca les pagaron o de los miles de veracruzanos que han sido literalmente robados por el gobernante en turno, abanderado del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El día de ayer, el senador del Partido Acción Nacional (PAN), Fernando Yunes Márquez, presentó un punto de acuerdo para sancionar penalmente a policías que agredieron a pensionados y jubilados. “La policía estatal y la fuerza civil actuaron en contra de ellos por orden del gobernador del estado, el pretexto fue que habían provocado a la autoridad. Su provocación fue exigir lo que les corresponde, exigir pacíficamente el fruto de tanto años de trabajo, su provocación fue atreverse a alzar la voz y buscar que se les pague lo debido”, afirmó.

En mi opinión, Yunes Márquez en su “punto de acuerdo” debió exigir la destitución de Arturo Bermúdez Zurita, de Flavino Ríos Alvarado y de Javier Duarte de Ochoa. Quienes son realmente los principales agresores, no tan sólo de los jubilados, sino de los estudiantes universitarios que fueron brutalmente golpeados con sujetos que forman parte de la misma Policía Estatal y Fuerza Civil. Pero estos sujetos no se mandan solos. Reciben órdenes y por lo tanto, son a los altos mandos, jefes o gobernante a los que se les debe de aplicar juicio político de manera inmediata y no proponer puntos de acuerdos “tibios” en el pleno.

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