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Fuente: NOTIVER
Para los especialistas en
salud, el mal del puerco es una enfermedad que se caracteriza por una
sensación de pesadez y somnolencia, en términos coloquiales
por “un bajón” de energía producto de alteraciones en el sistema
nervioso, ocasionado por la ingesta inmoderada de grasas… Pero para un grupo de
reporteros, columnistas y periodistas, particularmente hostigados,
amenazados, y agredidos en distintas formas por el gobierno estatal, esta
enfermedad, esta especie de mutación del mal del puerco que hemos
desarrollado en los últimos años, tiene un origen completamente diferente
al consumo de lípidos.
En muy pocas ocasiones
quienes escribimos (incluso en el mismo medio) o quienes compartimos la
misma visión e idéntica pasión por este oficio, tenemos la oportunidad de
saludarnos, de convivir, de compartir desde los más gratos momentos que
la vida nos regala, hasta las más amargas experiencias que el Duartismo
nos ha hecho pasar por considerarnos “opositores al sistema”, por
el simple hecho de denunciar cada quien en su estilo, los abusos, los excesos,
los vicios , y las injusticias, que a diario se cometen en este estado.
Hace apenas un par de semanas
pudimos coincidir varios, y después de conversar un buen rato, de
escuchar las dramáticas anécdotas de cada uno, llegamos a la conclusión
que esta sensación de cansancio, de hartazgo, que esta pesadez más del alma que
del cuerpo, que este “bajón” de energía, y que esta alteración en el sistema
nervioso que nos mantiene en constante alerta, podía ser diagnosticado como una
especie del mal del puerco aunque nada tuviera que ver con la ingesta de
grasas. Más bien este se deriva de la constante ingesta de canalladas… De
todas y cada una de esas bajezas que nos hemos tenido que “tragar” por años,
simplemente porque nuestras estructuras morales no están diseñadas para la
genuflexión que el Gobierno de Javier Duarte exige.
¿Por qué le cuento esto? Muy
simple, porque creo que esta enfermedad del alma no es relativa a un gremio,
sino que se ha extendido hasta casi todos los sectores de la sociedad como una
epidemia que es urgente visibilizar, antes que termine por arrebatarnos hasta
el último ímpetu. Empresarios, obreros, maestros, campesinos, estudiantes, amas
de casa, profesionistas, la padecen también sin darse cuenta y de ahí los
comentarios que inundan las redes sociales o las sobremesas… “No esto no va a
cambiar” “No para que hacemos o decimos algo, para que nos maten también a
nosotros” “No a este estado ya se lo llevó el carajo” “El gobierno a comprar
votos y la gente por necesidad a venderlos ¿así cuándo? Etcétera,
etcétera, etcétera.
Pues no, por ahí no va. De
esa epidemia hay que curarse a como dé lugar, porque gracias a ella es que estamos
como estamos, y si lo seguimos permitiendo terminará por devorarnos mientras
que los que nos enfermaron, cada vez más sanos y con más ganas… de
chingar desde luego. Más confiados que nunca en que con las triquiñuelas basta
para perpetuarse en el poder porque este pueblo aletargado será incapaz de
rebelarse de manera masiva en las urnas. Falta poco para las elecciones,
por lo tanto el trabajo será irse curando y ayudar al de junto a curarse
también de un mal que ni siquiera sabe que lo aqueja… el terrible, el
devastador, el despiadado, MAL DEL PUERCO.
Vaya desde este espacio mi
cariño, solidaridad, gratitud y mi más profunda admiración para quienes es un
honor llamar compañeros, porque de cada una de sus columnas sigo aprendiendo
sobre valor, dignidad, y sobre todo sobre el difícil arte de curarse así mismo
de dicho mal… Aurelio Contreras, Armando Ortiz, Mussio Cárdenas, Claudia
Guerrero, Sandra Segura, Andrés Timoteo, Lourdes López, Verónica Danell, Edgar
Hernández, Carlos de Jesús Rodríguez, un abrazo siempre, y a seguir luchando
porque el contaminador principal, promete que el mal del puerco nos ha de
perseguir hasta el último día de este sexenio… AMEN.
“Los Malditos”…
Si alguien sabe lo que es la
injusticia, la impotencia, las vejaciones, el dolor de perderlo todo una y otra
vez por el simple de hecho de ser un periodista crítico, aguerrido, y valiente,
es Jesús Lemus, autor de “Los Malditos”. Un libro que ayer
compartió con periodistas veracruzanos a invitación de Carlos de Jesús
Rodríguez, Director General del portal informativo pionero en el estado
Gobernantes.com. Durante un par de horas Lemus narró fragmentos de tres
años de injusta reclusión en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, en
donde compartió celda con personajes clave de la historia moderna de nuestro
país por lo que en su momento representaron: Caro Quintero, Beltrán Leyva,
Mario Aburto (acusado del asesinato de Colosio), El Gato (cómplice del Chapo
Guzmán) el lugarteniente del “Lazca”, el “Mochaorejas”, y muchos más.
A los mexicanos las autoridades
nos han dicho que ellos son “los malditos”, y puede ser que en muchos casos
tengan razón, el problema es que lo que no nos dicen, es que
también “los benditos”, los que están el poder, pueden ser mil veces más
criminales, más sanguinarios y más despiadados, que los que mandaron a encerrar
cuando ya no sirvieron a sus intereses.
La historia de Lemus, quien
durante muchos años se desempeñó como Director del periódico “El tiempo
de la Piedad” en Michoacán, y a quien su línea editorial llevara a ser acusado
por las autoridades locales de vínculos con el crimen organizado (¿le
suena familiar? Que pinche falta de imaginación de los gobernadores, a todos al
parecer es lo único que se les ocurre para justificar asesinatos o agresiones a
periodistas incómodos), lo llevaron a vivir el infierno de la
prisión.
Después de tres años y de
ser su propio abogado luego que asesinaran a los primeros tres que lo
defendieron, logró que la justicia federal lo absolviera… Pero mientras, en
cada noche que el dolor repta por los barrotes de la celda, en cada amanecer en
el que la desesperanza entume el alma y en cada atardecer en el que la
incertidumbre te carcome, Jesús Lemus documentó los testimonios de la
“selección nacional del crimen”… Gente en su mayoría, con más
humanidad y sobre todo con códigos de ética más firmes (y en este punto
solo quienes lo vivimos podríamos coincidir) que los gobernadores, procuradores
y jueces, que ahí los encerraron, y eso convierte a “Los Malditos” en una
obra de lectura obligada.
Muchas gracias por compartirla con
nosotros. TW @maryjosegamboa
PD. Conclusión del show de ayer… Va Héctor Yunes. Y dos, de pena ajena el correo que envía el Gobernador a través de los de siempre diciendo que como lo quiere el Presidente. ¡De pena ajena!
Fuente: NOTIVER
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