7 de enero de 2016

EL MAL DEL PUERCO…

IMAGEN TOMADA DE GOOGLE
Fuente: NOTIVER
Para los especialistas en salud,  el mal del puerco es una enfermedad que se caracteriza por una sensación de pesadez y  somnolencia,  en términos coloquiales por  “un bajón” de energía producto de alteraciones en el sistema nervioso, ocasionado por la ingesta inmoderada de grasas… Pero para un grupo de reporteros, columnistas y  periodistas, particularmente hostigados, amenazados, y  agredidos en distintas formas por el gobierno estatal, esta enfermedad, esta especie de mutación  del  mal del puerco que hemos desarrollado en los últimos años,  tiene un origen completamente diferente al consumo de  lípidos.

En muy pocas ocasiones  quienes escribimos (incluso en el  mismo medio) o quienes compartimos la misma visión e idéntica pasión por este oficio,  tenemos la oportunidad de saludarnos, de convivir, de compartir  desde los más gratos momentos que la vida nos regala,  hasta las más amargas experiencias que el Duartismo nos ha hecho pasar  por considerarnos “opositores al sistema”,  por el simple hecho de denunciar cada quien en su estilo, los abusos, los excesos, los vicios , y las injusticias,  que a diario se cometen en este estado. 

Hace apenas un par de semanas pudimos coincidir varios,  y después de conversar un buen rato, de escuchar las  dramáticas anécdotas de cada uno, llegamos a la conclusión que esta sensación de cansancio, de hartazgo, que esta pesadez más del alma que del cuerpo, que este “bajón” de energía,  y que esta alteración en el sistema nervioso que nos mantiene en constante alerta, podía ser diagnosticado como una especie del mal del puerco aunque nada tuviera que ver con la ingesta de grasas.  Más bien este se deriva de la constante ingesta de canalladas… De todas y cada una de esas bajezas que nos hemos tenido que “tragar” por años, simplemente porque nuestras estructuras morales no están diseñadas para la genuflexión que el Gobierno de Javier Duarte exige. 

¿Por qué le cuento esto? Muy simple, porque creo que esta enfermedad del alma no es relativa a un gremio, sino que se ha extendido hasta casi todos los sectores de la sociedad como una epidemia que es urgente visibilizar, antes que termine por arrebatarnos hasta el último ímpetu. Empresarios, obreros, maestros, campesinos, estudiantes, amas de casa, profesionistas, la padecen también sin darse cuenta y de ahí los comentarios que inundan las redes sociales o las sobremesas… “No esto no va a cambiar” “No para que hacemos o decimos algo, para que nos maten también a nosotros” “No a este estado ya se lo llevó el carajo” “El gobierno a comprar votos y la gente por necesidad a venderlos ¿así cuándo?  Etcétera, etcétera, etcétera. 

Pues no, por ahí no va.  De esa epidemia hay que curarse a como dé lugar, porque gracias a ella es que estamos como estamos, y si lo seguimos permitiendo terminará por devorarnos mientras que los que nos enfermaron, cada vez  más sanos y con más ganas… de chingar desde luego. Más confiados que nunca en que con las triquiñuelas basta para perpetuarse en el poder porque este pueblo aletargado será incapaz de rebelarse de manera masiva en las urnas.  Falta poco para las elecciones, por lo tanto el trabajo será irse curando y ayudar al de junto a curarse también de un mal que ni siquiera sabe que lo aqueja… el terrible, el devastador, el despiadado, MAL DEL PUERCO. 

Vaya desde este espacio  mi cariño, solidaridad, gratitud y mi más profunda admiración para quienes es un honor llamar compañeros, porque de cada una de sus columnas sigo aprendiendo sobre valor, dignidad, y sobre todo sobre el difícil arte de curarse así mismo de dicho mal… Aurelio Contreras, Armando Ortiz, Mussio Cárdenas, Claudia Guerrero, Sandra Segura, Andrés Timoteo, Lourdes López, Verónica Danell, Edgar Hernández, Carlos de Jesús Rodríguez, un abrazo siempre, y a seguir luchando porque el contaminador principal, promete que el mal del puerco nos ha de perseguir  hasta el último día de este sexenio…  AMEN. 

“Los Malditos”…
Si alguien sabe lo que es la injusticia, la impotencia, las vejaciones, el dolor de perderlo todo una y otra vez por el simple de hecho de ser un periodista crítico, aguerrido, y valiente, es Jesús Lemus,  autor de “Los Malditos”.  Un libro que ayer compartió con periodistas veracruzanos a invitación de Carlos de Jesús Rodríguez, Director General del portal informativo pionero en el estado Gobernantes.com.  Durante un par de horas Lemus narró fragmentos de tres años de injusta reclusión en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, en donde compartió celda con personajes clave de la historia moderna de nuestro país por lo que en su momento representaron: Caro Quintero, Beltrán Leyva, Mario Aburto (acusado del asesinato de Colosio), El Gato (cómplice del Chapo Guzmán) el lugarteniente del “Lazca”, el “Mochaorejas”, y muchos más. 
A los mexicanos las autoridades nos han dicho que ellos son “los malditos”, y puede ser que en muchos casos tengan razón, el problema es que lo que no nos dicen, es  que  también “los benditos”, los que están el poder, pueden ser  mil veces más criminales, más sanguinarios y más despiadados, que los que mandaron a encerrar cuando ya no  sirvieron a sus intereses. 

La historia de  Lemus, quien durante muchos años se desempeñó como  Director del periódico “El tiempo de la Piedad” en Michoacán, y a quien su línea editorial llevara a ser acusado por las autoridades locales  de vínculos con el crimen organizado (¿le suena familiar? Que pinche falta de imaginación de los gobernadores, a todos al parecer es lo único que se les ocurre para justificar asesinatos o agresiones a periodistas incómodos),  lo llevaron a vivir el infierno de la prisión.   


Después de tres  años y de ser su propio abogado luego que asesinaran a los primeros tres que lo defendieron, logró que la justicia federal lo absolviera… Pero mientras, en cada noche que el dolor repta por los barrotes de la celda, en cada amanecer en el que la desesperanza entume el alma y en cada atardecer en el que la incertidumbre te carcome, Jesús Lemus documentó los testimonios de la “selección nacional del crimen”…  Gente en su mayoría,  con más  humanidad y sobre todo con códigos de ética más firmes  (y en este punto solo quienes lo vivimos podríamos coincidir) que los gobernadores, procuradores y jueces, que ahí los encerraron, y  eso convierte a “Los Malditos” en una obra de lectura obligada.   

Muchas gracias por compartirla con nosotros. TW @maryjosegamboa

PD. Conclusión del show de ayer… Va Héctor Yunes.  Y dos, de pena ajena el correo que envía el Gobernador a través de los de siempre diciendo que como lo quiere el Presidente. ¡De pena ajena!

Fuente: NOTIVER

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