Luis Ortiz Ramírez / Los estudiosos del poder saben que el poder no se posee, este simplemente se ejerce, este puede ser ejercido por una institución o por un individuo. Hace muchos años, Michel Foucault sostenía esta tesis. Este filósofo francés sostiene que el poder es una relación: todos lo ejercemos y todos lo padecemos. Sin embargo dentro del sindicalismo magisterial mexicano, no hay un equilibrio de poder, es curioso, pero la balanza siempre se ha inclinado hacia el líder, se da un binomio arbitrario de control y sometimiento vergonzoso.
El SNTE como garante y defensor del maestro ha sabido venderse como quijote ante la violación del derecho, ha engañado a muchos, sin embargo en la realidad, siempre ha sido un aparato de control sujeto a las directrices del Estado, ha logrado tener sometido por más de varias décadas a los maestros mexicanos.
El líder sindical en su pleno ejercicio del poder, somete al magisterio para que este solo pueda reaccionar como cordero pascual y acepte las Reformas y acuerdos que se pongan enfrente, no importa que estos trastoquen sus derechos laborales, lo que interesa es que el maestro se conduzca y obedezca sin chistar, entre menos conozca de leyes y derecho laboral mejor, de esta manera se le puede vender el discurso de la “unidad” (entiéndase por control, o disciplina).
En este tenor los maestros mexicanos son una especie de cheque al portador para los líderes sindicales, esta vieja estirpe sabe que este valioso documento endosado y firmado en cualquier momento lo pueden canjear por diputaciones plurinominales o puestos privilegiados en los gobiernos locales, el sometimiento magisterial y supuesta “unidad” que han logrado los líderes magisteriales les han otorgado grandes prebendas.
La relación perversa con los grupos de poder político y empresarial, ha permitido que los líderes magisteriales lleguen a amasar fortunas incalculables. Esta relación “intima” también les permite tener varias propiedades, colecciones de automóviles clásicos y último modelo, residencias y algunos, han logrado pagarle a su progenie viajes a lugares exóticos.
Total, el límite para gastar de un líder sindical, solo se lo impide su parca imaginación. Los amarres abajo del agua dan ganancias pingues a los líderes magisteriales, algunos han llegado a ser gobernadores de su propio estado. Otros son deslumbrados por el poder de manera que en muchas ocasiones sacrifican a la familia, sus principios y la poca dignidad que les queda.
El magisterio, como un corderito de leche se encuentra aletargado, apenas comienza a estirar los brazos y dar el último bostezo para poder levantarse de un sueño que lo ha mantenido durmiendo y le ha impedido poder darse cuenta que su protector lo ha vendido al mejor postor gubernamental.
No se sabe hasta cuándo los maestros seguirán en silencio como los recentales. Es cierto que las manifestaciones y protestas son deslumbrantes, pero el verdadero cambio se debe de dar en cada maestro, solo de esta manera el maestro podrá ser un verdadero agente del cambio y dejar de ser, parte de una masa magisterial que no tiene rumbo ni objetivo. Algunos ya están despertando y rompiendo el silencio a pesar de la opresión y agobio de Directores y Supervisores afines al poder de papel del SNTE.
Sin embargo, lo peor de todo es que algunos maestros saben que son vendidos y traicionados, y a pesar de ello guardan silencio por un conformismo barato o por una cobardía convenenciera. Como las rémoras pegadas al tiburón estas se adhieren al cuerpo del depredador y solo se conforman del alimento que sobra, como son, los cambios de adscripción, direcciones, supervisiones, plaza para la esposa y el segundo frente, ese es el precio que algunos delegados congresistas han aceptado, dejando de lado una verdadera democratización sindical. Esta, todavía se encuentra lejos, muy lejos.
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