La sola mención de Namiko Matzumoto Benítez como probable sustituta de Luis Fernando Perera Escamilla al frente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos ha propiciado el rechazo unánime de representantes de asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales (ONG) e instancias defensoras de derechos civiles, y si bien es cierto que hay por lo menos otros dos presuntos aspirantes -Rafael Ortiz Castañeda y Enrique Córdoba del Valle-, se cree que la señora Matzumoto Benítez ya tiene la “bendición” de Javier Duarte de Ochoa para asumir el cargo, luego de que Perera Escamilla ha dicho que “por cuestiones personales” no buscará la reelección, aunque su ineficiencia en el cargo fue más que notoria y por eso queda fuera. Opiniones como las de Patricia Ponce Jiménez, del Grupo Multisectorial; Araceli González Saavedra, del colectivo Equifonía; Daniela Griego Ceballos, integrante de la Red Cívica Veracruzana (Recive), y la periodista Norma Trujillo Báez, defensora de los derechos de los comunicadores veracruzanos, coinciden en señalar que el trabajo de Perera Escamilla dejó mucho que desear, y la señora Matzumoto Benítez ha fracasado rotundamente como secretaria ejecutiva de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), pues nada ha hecho para realmente defender a los comunicadores amenazados. “No inspira confianza", es el consenso general entre los entrevistados, y quien asuma la titularidad de la CEDH “debe generar confianza y tener un buen prestigio profesional y moral y conocer la disciplina jurídica, una persona solidaria, sensible y con un liderazgo excepcional, además de ser imparcial”.
Por eso, señalan “no metemos las manos al fuego ni
por ella ni por ninguno de los candidatos, no apoyamos a ninguno; no los vamos
a apoyar”. Araceli González Saavedra, coordinadora de Equifonía, es más
directa, y señala que Namiko Matzumoto Benítez “ha jugado un papel de
condescendencia ante el Gobierno del Estado, por lo que no es apta para ocupar
un puesto como ese; no ha exigido que se garantice la seguridad de los
periodistas en los casos donde no solo ha habido agresiones sino asesinatos. La
suya, es una propuesta que no es viable y que además no favorecería a que
mejoren las condiciones en el estado de Veracruz respecto a la vigilancia del
cumplimiento de los derechos humanos”.
En términos similares se pronuncia
Daniela Griego Ceballos, quien dice que el papel de la señora Matzumoto “es
cuestionable, pues no se vio una defensa del gremio periodístico, y
consideramos que tampoco es una opción considerando lo que está viviendo
Veracruz, con el mayor número de agresiones y muertes de periodistas. La
postura de Recive por un lado es no a la reelección de Perera y tampoco es
opción Namiko”. Finalmente, la periodista de La Jornada Veracruz, Norma
Trujillo Báez, sostiene que “en tanto siga existiendo un estrecho vínculo entre
Derechos Humanos a nivel estatal y el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, este
siempre impondrá a quien va a dirigir la CEDH”, y luego de señalar que no
conoce la trayectoria de Ortiz Castañeda y Córdoba del Valle, en el caso de
Matzumoto Benítez “es lamentable que busque el puesto cuando en los hechos no
ha hecho algo real en defensa de los periodistas”, y añade que “sería
preocupante que una persona como ella llegara a ocupar la presidencia porque si
fue a un sector reducido al que no le pudo dar muestra de la capacidad para
resolver los problemas, en la CEDH se abarcan más aspectos”. Insiste finalmente
que la labor de Namiko en la CEAPP ha dejado mucho que desear “al no garantizar
la vida y la integridad de los periodistas, dado que desde su creación, hace
tres años, los crímenes y agresiones no han cesado.
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