Columna: Fuera de Foco |
El día de hoy el periodista “prestigiado”
Ricardo Ravelo Galo arribó al estado de Veracruz para hacer la presentación de
su “grandioso” libro. En su discurso, aseguró que la Secretaría de la Defensa
Nacional (SEDENA) le entregó a Javier Duarte de Ochoa una lista con los nombres
de 20 periodistas que presuntamente están en nóminas del crimen organizado.
Como es la costumbre de este periodista, no ofrece los nombres de los supuestos
coludidos ni pruebas, haciendo sentir que su comentario se encuentra bastante
bien pagado por el gobierno estatal y con ello, le ofrece una importante
oportunidad para que no tan sólo los asesinatos de periodistas perpetrados en
la entidad bajo el gobierno de Duarte queden impunes, sino le brinda una
preciosa oportunidad para que la prensa siga siendo pisoteada y también
asesinada.
Como
siempre y es costumbre del periodista “prestigiado”, es abrir la boca sin
brindar prueba alguna de su dicho. Como lo hizo con los 17 colegas asesinados
en la administración de Javier Duarte a quienes aseguró que estos habían sido
matados por sus “relaciones” con el hampa. En verdad no entiendo como las
familias de los periodistas asesinados no emprendieron demandas legales en
contra de Ricardo Ravelo Galo por difamación. Quién acusa, tiene que demostrar,
no es hablar por hablar.
Ahora
le exijo como periodista, que Javier Duarte de Ochoa exponga y haga pública esa
lista que según Ricardo Ravelo tiene en su poder para que la autoridad federal
haga su respectivo trabajo sobre ella e investigue a esos que se encuentran
“coludidos”. También exigimos a la Secretaría de la Defensa Nacional que
interponga una denuncia formal ante la Procuraduría General de la República
(PGR) sobre la información “confidencial” que tiene sobre alrededor de veinte
nombres de periodistas que se encuentran cobrando directamente de los Zetas,
del Cártel de Jalisco Nueva Generación entre otros grupos criminales. De no
hacerlo, estarían siendo cómplices de los grupos delictivos y también de esos
periodistas que supuestamente él, le dan servicio y cobran con el hampa.
Ahora
tanto la Sedena como Javier Duarte de Ochoa –al enviar a su emisario a
calumniar a colegas- tienen que presentar pruebas contundentes sobre su dichosa
lista. De no hacerlo, estarían incurriendo una grave falta e inmoralidad
–cobardía primordialmente- pero sobre todo, es casi un acto natural que quienes
se encuentren afectados directamente por la calumnia que arrojó Ravelo Galo en
contra de la prensa veracruzana, las demandas por daño moral por parte de
los afectados y agredidos, se harán efectiva en contra del “prestigiado”
periodista, en contra de la Sedena y primordialmente en contra del gobernador
del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa.
Bastante
carga tenemos los periodistas en Veracruz por la situación de inseguridad en la
que nos encontramos padeciendo, que nos parece inaceptable la apreciación
–porque cuando no se exponen pruebas, eso son- del “prestigiado” periodista. No
abona en nada al periodismo y tampoco a la liberta de expresión; mucho menos,
al derecho de los ciudadanos de permanecer informados.
A poco
le gustaría a Ricardo Ravelo que yo afirmara –con el afán de calumniarlo como
él lo hace con la prensa en Veracruz- que su libro fue subsidiado por el
gobierno del estado, o por Erick Lagos Hernández o por algún otro politiquillo
de pacotilla que integra este mal gobierno, con la única intención de
desacreditar su esfuerzo. ¿Verdad que se molestaría mucho? ¿Verdad que
inmediatamente respondería aclarando que su libro lo hizo con un verdadero
esfuerzo personal y no por fines lucrativos? ¿Verdad que diría que él realizó
su “obra” por decisión propia y no porque le pagaron en el gobierno de Javier
Duarte para manchar la memoria de los periodistas asesinados y tampoco para
justificar el asesinato de más colegas en Veracruz? ¿Verdad que se molestaría
mucho que uno dijera a él siempre escribe por encargo y con muchos billetes por
delante?
La
difamación molesta mucho. Él sabe el gran esfuerzo que implica construir una
imagen apegada a la ética e intentando ser una persona recta y
congruente, para que sin el menor recato periodístico, venga otro
“prestigiado” colega venga pisotear el nombre, que por años se ha construido.
Y
mientras que Ravelo Galo pisoteaba a placer a la prensa en Veracruz, Artículo
19 expuso en su informe 2015: M.I.E.D.O. –miedo, impunidad, estado, democracia,
opacidad- que el periodismo ha convertido en una actividad de “alto
riesgo”, principalmente, en 2015, donde las entidades que más agresiones
registraron a nivel nacional fueron Veracruz y la Ciudad de México, con 67 cada
uno, seguido de Guerrero con 56, Puebla con 38 y Oaxaca con 35.
En esos
estados “el ejercicio del periodismo se ha convertido en una actividad de alto
riesgo y en donde resaltó que el ataque a las mujeres comunicadoras se ha
incrementado”
Un
ejemplo reciente es la amenaza directa que le hicieron a la periodista, Lourdes
López luego de que publicara en su cuenta de Twitter: “Y si electores, el OPLE
le regalará la candidatura independiente a Juan Bueno Torio. A cuenta de todos
nosotros. #Veracruz @INEMexico” y en donde una “usuaria” de nombre mary
@mary10432241 –método que utilizan los trolls- le expuso: “@lulureportera En
estos tiempos los reporteros no aprenden yo que tu calladita te ves más bonita
tienes pruebas”.
Ahora,
Juan Bueno Torio tendrá que aclarar ésta situación, porque al parecer gente de
su equipo está hostigando a los periodistas y hasta les arroja amenazas
directas. Realmente imperdonable.
P.D. Le
agradecemos luego entonces a Ricardo Ravelo Galo por el ambiente hostil en el
que deja sumida a la prensa de Veracruz. A esa crítica, a esa incómoda para el
gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
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