Eirinet Gómez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 1º de marzo de 2016, p. 26
Martes 1º de marzo de 2016, p. 26
Xalapa, Ver.
Más de dos años de impunidad han
transcurrido desde la desaparición forzada de Gibrán Martiz Díaz, popular
cantante del programa televisivo La Voz México, y dos jóvenes
que lo acompañaban, uno de ellos menor de edad, a manos de agentes de la
policía estatal de Veracruz, el 7 de enero de 2014, en esta ciudad.
Ante el incumplimiento del gobierno de
la entidad para atender en su totalidad las recomendaciones que la Comisión
Nacional de Derechos Humanos (CNDH) le hizo por peritajes deficientes,
diligencias mal hechas y pistas sin investigar, el padre de Martiz Díaz llevara
el caso a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
Doce días después de que fueron
privados de la libertad, los restos de Martiz Díaz y de uno de sus acompañantes
fueron encontrados en el kilómetro 98 de la carretera Huatusco-Conejos, en el
centro del estado. El tercer joven continúa desaparecido.
En junio pasado, la CNDH emitió la
recomendación 14/2015 al gobierno de Javier Duarte de Ochoa y en ella puso en
evidencia la participación de la policía estatal en la desaparición de los
muchachos, así como la negligencia de la fiscalía para investigar el caso.
Señaló peritajes defectuosos, diligencias mal elaboradas y pistas sin indagar.
En ese entonces, Efraín Martiz Aguirre,
padre de Gibrán, celebró la recomendación del organismo y la consideró un
primer paso para alcanzar justicia. El gusto se diluyó pronto.
Ocho meses después de la emisión de la
recomendación, a través de una solicitud de información, la CNDH respondió que
la administración del priísta Duarte de Ochoa sólo ha cumplido de manera parcial con
los planteamientos del organismo.
Efraín Martiz, quien tuvo que exiliarse
de México tras las amenazas recibidas mientras investigaba por cuenta propia lo
ocurrido con su hijo, lamentó que los mayores atrasos se encuentren en el
ámbito jurídico de la indagatoria.
En la recomendación de la CNDH, lo
principal era el tema legal, que se corrigiera el desvío de la investigación,
pero a estas alturas no se ha hecho nada, dijo en una conversación a través de
Skype.
De la recomendación 14/2015 se
desprenden puntos como los siguientes: se exige a la Fiscalía General del
Estado, a cargo de Luis Ángel Bravo Contreras, perseguir el delito de
desaparición forzada; detener a los policías implicados en el caso e iniciar
procedimientos contra los funcionarios de esa dependencia que actuaron de forma irregular en
la integración del expediente.
El padre del concursante de La
Voz México lamenta que estas especificaciones no se hayan cumplido. Los
siete policías implicados en la desaparición de mi hijo fueron soltados.
Pagaron fianzas de 5 mil pesos y quedaron libres. A esos agentes no los han
detenido ni los han indiciado por desaparición forzada.
En otro apartado de la recomendación,
la CNDH pidió a la fiscalía veracruzana seguir la pista de que tras la
desaparición de Gibrán, su teléfono móvil fue localizado –a través de señal
satelital– en las instalaciones de la academia de policía de El Lencero, en el
municipio de Emiliano Zapata.
El cantante Gibrán David Martiz Díaz fue hallado muerto en el tramo
carretero Huatusco-Conejos, en Veracruz, la noche del 19 de enero de 2014Foto
tomada de Facebook
“La prueba de que el teléfono celular
de mi hijo estuvo en la academia de policía –se hicieron dos llamadas, el 8 y 9
de enero desde la academia– la aporté yo, y no ha sido investigada”, sentenció
Efraín Martiz.
En la recomendación, la CNDH pidió a la
Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a cargo de Arturo Bermúdez Zurita,
sancionar a los policías involucrados en el caso y capacitar al personal de la
institución para evitar que se repitiera lo ocurrido con Gibrán Martiz.
No lo han hecho. Él (Bermúdez Zurita)
ha desatendido todas las especificaciones de la recomendación de la CNDH, acusó
el padre de la víctima.
Cuando los tres jóvenes fueron
desaparecidos, el fiscal general del estado era Amadeo Flores Espinoza, actual
dirigente del Partido Revolucionario Institucional en el estado.
Ante la opinión pública, el gobierno de
Veracruz ha aparentado el cumplimiento de la recomendación. El pasado 22 de
enero, la Secretaría de Gobierno estatal emitió un comunicado en el que informó
que daba cumplimiento a la recomendación 14/2015, al entregar una compensación
económica a la familia de Gibrán Martiz.
Efraín Martiz aseguró que la reunión
entre las autoridades del estado y los representantes de la familia fue
desvirtuada. Es imposible que se tratara de una indemnización por la
desaparición forzada de Gibrán, porque todavía no hay un dictamen judicial que
diga que fue el Estado el que incurrió en la desaparición de mi hijo, y por
tanto no hay un instrumento legal para llevar a cabo una indemnización,
explicó.
Aclaró que la entrega del dinero
referido en ese informe sólo fue el reintegro de los gastos de desplazamiento,
abogados y pago de investigadores privados que hizo la familia para indagar por
su cuenta el caso de Gibrán. El pago está previsto en la Ley de víctimas;
se solicitó y fue lo que se cubrió, pero no es una indemnización por lo de
Gibrán, puntualizó.
Para Efraín Martiz lo más grave en la
desatención de la recomendación y la simulación de su cumplimiento es que continúan
los casos de desaparición forzada en Veracruz, como el de cinco jóvenes de
Tierra Blanca, el 11 de enero pasado.
“Si el titular de la SSP actúa con la
arrogancia y la soberbia para no atender la recomendación de la CNDH, los
policías ven así al jefe, y dicen ‘si mi jefe es así, yo también”’, expresó.
Si (los mandos) no corrigen a sus
elementos, no se apegan al respeto a los derechos humanos, no se depura a los
cuerpos policiacos, los casos de desaparición forzada seguirán sucediendo en
Veracruz, agregó.
Efraín Martiz lamenta que ahora sean
otros padres los que lloran a sus hijos como él lo ha hecho con Gibrán. Dice
que para padres como él el único consuelo es que algún día se haga justicia.
Esto es como una guerra, y en una
guerra se ponen hijos, hermanos, tíos, padres; mueren muchas personas, pero si
al final de esa guerra logramos vencer, valió la pena la muerte de ellos para
que haya un cambio, un golpe de timón. No se trata de revanchismo ni de hacer
una cacería de brujas. Necesitamos renovarnos, queremos justicia.
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