27 de enero de 2014

EL CINISMO POLÍTICO Y LA VALENTÍA SOCIAL

Silvia Núñez Hernández

Columna: Fuera de Foco

Veracruz –el estado- se ha dividido notoriamente en palpables entidades que se contraponen unas con otras. Sectores muy notorios donde los protagonistas son la sociedad misma y la clase política. Los gobernantes son indudablemente los más privilegiados, pues activamente se dedican a despilfarrar a manos llenas los recursos públicos, actualmente, con un indignante cinismo. Mientras tanto los ciudadanos sufren en carne propia, la inseguridad y la falta de oportunidades por las inminentes alzas provocadas por la reforma financiera del gobierno federal.
Los propietarios de los medios de comunicación y periodistas “a modo”, son parte fundamental para la clase política, pues mantienen un evidente contubernio al “cacarearle” cualquier simpleza del gobernante en turno. Los simpatizantes de los partidos políticos, realizan una de las más cruciales tareas para quienes se interesan por un puesto de elección popular, pues son el ejército que les llena mítines políticos y así lograr posicionar al “candidato” en cuestión, son también quienes se organizan, para acarrearles a las urnas, los sectores más vulnerables para que viertan su voto a favor a cambio de raquíticos pagos económicos, una torta, un refresco, una camiseta y su respectiva gorra.
La corrupción en los tres niveles de gobierno, ha invadido de tal forma a la sociedad, que existe una descomposición realmente dolorosa y dolosa. La sociedad pensante, diariamente evidencia la incapacidad del gobierno para brindar las soluciones necesarias del resquebrajamiento en el que se encuentra tanto el país como los estados. Pero a este grupo del poder no les interesa en lo absoluto brindar soluciones, pues su principal tarea es buscar la forma de continuar desviando cada centavo a sus cuentas personales, de vivir en la opulencia, y demostrar que son quienes mandan al no tocarse el corazón en contra de sus “enemigos” –así ven a los que los critican- al concentrarles todo el “aparato gubernamental” si es necesario, con tal de seguir disfrutando de las “comodidades” que el “pinche poder” les otorga –citara Fidel Herrera Beltrán, ex gobernador del estado-.
Ante tales hechos, la descomposición a causa de la corrupción predominante en la clase política, ha originado que gran parte de la sociedad se vea afectada por su falta de compromiso. Los “beneficiados del poder” han disfrutado -por décadas- de su estrecha relación con los grupos delincuenciales; por lo tanto, no les conviene erradicar el cáncer que mantiene en jaque a la sociedad. Luego entonces, es justificable como tanto el gobierno municipal, estatal, federal, los cuerpos policíacos y nuestro sistema de justicia, permiten y toleran, todos los atropellos que ejecutan quienes delinquen en nuestro país. Su tarea es volverse ciegos ante el derramamiento de sangre en el país; es una sociedad bien conformada.
Los grupos de autodefensa son una realidad. El hartazgo social ha contribuido que los sectores “vulnerables” se hayan organizado y se encuentren actuando en contra del crimen organizado y narcotraficantes, exponiendo al ridículo nacional e internacional al gobierno de Enrique Peña Nieto, a los gobernadores de todas las entidades federativas y a todos sus presidentes municipales.
Los legisladores federales –cámara alta y baja- y locales, desesperados han vertido declaraciones realmente desafortunadas para intentar minimizar el problema de la inseguridad en el que se encuentra nuestro país. Un ejemplo lo puso el senador priísta, José Yunes Zorrilla, quien se refirió a la incapacidad del Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita y sus colaboradores en el estado de Veracruz, y justificó los hechos delictivos en nuestro estado, argumentando que la situación no es “privativo” del territorio veracruzano sino es un tema de descomposición nacional.
Respuesta en verdad ridícula, pues sea nacional o no, es un problema latente que nuestro estado está padeciendo y que por ende, demuestra la falta de competencia de quien se encuentra encargado de la seguridad en los 212 municipios, de las comunidades y los ejidos que conforma la entidad.
La negación ya no es una salida recurrente por parte de quienes se encuentran llevando el ejercicio de los tres niveles de gobierno en nuestro país y en los estados. El problema los ha rebasado, y ahora, los brotes de genuinos grupos de autodefensa que afloraron -primero en un estado cómo Michoacán y luego en otros estados- ha logrado brindarle a la sociedad la valentía y agallas -de los diferentes estados entre ellos, Veracruz- para tomar justicia con sus propias manos.
Hartos de los delincuentes, la sociedad se ha armado de valor y ha ejecutado grupalmente acciones de defensa en contra de los malhechores. Por ello, oímos como en un café, en una tienda de conveniencia, en una central de autobuses, los ciudadanos ha preferido arriesgar sus vidas al golpear y detener a los hampones, pues simplemente, las fuerzas del orden conformadas por parte de las corporaciones policiacas, la Secretaría de Marina y el Ejército Mexicano, son ineficientes y poco efectivas.
Mientras que el legislador priísta, Yunes Zorrilla pretende defender lo “indefendible”, por otro lado, otros sectores alertan sobre el problema de seguridad en los diferentes medios de comunicación local y las redes sociales. No se puede tapar el “sol con un dedo” y mentir ya no es una salida recurrente.
La incompetencia militar y policial 
El comandante de la Sexta Región Militar, Genaro Fausto Lozano Espinoza, dice que el problema de seguridad en el país, no es una solución ni militar, ni policíaca, ni judicial; dijo que en todos deben de contribuir para “construir México”. Declaración imprecisa y antiética, pues sabemos que la situación en el que se encuentran el país a causa del control del crimen organizado, es por la corrupción en cada uno de los poderes, pero principalmente, en el judicial, quien se encuentra cobrando millonarias ganancias al dejar “trabajar” las plazas a los grupos delincuenciales. Por lo tanto, ese interés económico en el que han operado por décadas, los hace ciegos e incompetentes.
Cómo es posible que digan estar trabajando y haciendo “esfuerzos” para desarticular al crimen organizado, ¿Cuando saben cómo operan y sobre todo, en donde se encuentran?
Continúan pretendiendo darle “atole con el dedo” a la sociedad, sin comprender que en este momento están desnudos y nadie les cree ninguna declaración que emiten a través de sus medios de comunicación comprados. El “modus operandi” por parte de quienes viven enquistados en el poder, se encuentra evidenciado y desgastado. Ya no convencen en lo absoluto, por lo tanto, ya indigna su retrograda forma de gobernar.
El sector empresarial formal e informal, así como las cámaras empresariales –Canaco por ejemplo- se dicen amenazados por el hampa. Diariamente las redes sociales reportan como una persona desaparece. Mientras tanto el discurso de quienes están a cargo de desarticular a los grupos delincuenciales, insisten que las acusaciones son injustas por parte de la sociedad, pues están haciendo todo su “esfuerzo” para limpiar nuestro estado y el país.
El comandante de la Sexta Región expresó:
"En los casi 45 años de servicio que tengo siempre he tenido esta convicción y mis soldados lo tienen estamos dispuestos y no es discurso ni porque está en los reglamentos, no es la ocasión, es pasión por servir a este país, sin descanso con amor y hacer todo lo que esté al alcance para ayudar a la sociedad, por eso buscamos esta proximidad social que nos ayuda mucho para poder interactuar con muchos de ustedes".
Al parecer, la “pasión” y el “amor” de él y sus muchachos no han brindado los resultados necesarios al ser evidentemente incompetentes con relación a la eficiencia que han demostrado los grupos de autodefensa que están brotando en el país.
Al menos para el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo del municipio de Veracruz (Canaco-Servytur), Belgio Amaya Rizo, la ineficiencia de la autoridad es evidente al declarar que es urgente que el gobierno estatal y federal refuercen las acciones en materia de seguridad, pues de no hacerlo, los problemas saldrán a flote brevemente, debido que la población ya tenido que defenderse por cuenta propia para evitar ser asaltada. 
No es para menos la alerta, sólo basta revisar todos los medios informativos locales –portales, rotativos, noticieros de radio y televisión- en cada uno de ellos, el tema central es informar sobre la inseguridad en el estado.
Declaraciones de personajes incrustados en el propio gobierno, ponen en evidencia –sin quererlo- la falta de proeza por parte del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita y la activa participación de los elementos a su cargo en la delincuencia organizada o lo que sería peor, la prueba que dichos supuestos policías, realmente son los mismos delincuentes vestidos de policías con la anuencia del actual titular.
Misma historia en la que prevalecieron las delegaciones de Tránsito, quienes también fueron evidenciadas como activos secuestradores al participar  en “levantones”, como el ejecutado en contra del administrador de la Aduana Marítima de Veracruz, Francisco Serrano Aramoni en junio del 2009 y que fue captado por las cámaras de Apiver.
Las desafortunadas acciones del procurador General de Justicia en el estado, Amadeo Flores Espinosa, quien trata de “limpiarle” la incapacidad de Bermúdez Zurita al pagar en los diferentes medios de comunicación, periodistas y columnistas “a modo”, campañas de desprestigio en contra de las víctimas de un secuestro que terminaron en un desafortunado asesinato por parte de la delincuencia organizada.
Existen hechos contundentes que demuestran como los elementos del cuerpo policíaco, han ejecutado acciones delincuenciales, cómo el perpetrado en contra del joven cantante de la Voz México, Gibrán David Martiz Díaz y su adolescente amigo, pero desafortunadamente la autoridad lo niega y los protege. Hasta el momento, los nombres de los siete policías detenidos jamás han sido notificados por parte del procurador ante los diferentes medios de comunicación, acción que pone en “tela de juicio” nuevamente a la autoridad.
Con tal actitud de no hacer público las caras y nombres de los delincuentes policías, pone en riesgo nuevamente su credibilidad. Resulta extraño que no existiera una presentación formal por parte de la Procuraduría General de la República (PGR) de los policías secuestradores, por tratarse de un delito del orden federal. Podemos aludir que todo es parte de una gran mentira. 
La ficción ha hecho presa a las autoridades, pretendiendo que los ciudadanos se “traguen la píldora”, de lo que dicen, como si fueran merecedores de toda nuestra confianza y credibilidad. Para su infortunio, los veracruzanos están hartos de las mentiras que cada día son más ridículas y poco efectivas.

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