23 de enero de 2014

¿SERÁ VERACRUZ OTRO MICHOACÁN EN BREVE?/ PIEDRA EN EL ZAPATO


Lilia Baizabal

por Lilia Baizabal
La obtención de seguridad que persigue la creación del Estado es bien planteada  por los teóricos contractualistas. Uno de los exponentes esThomas Hobbes, quien afirma que el hombre en su estado de naturaleza (anterior al Estado) vivía en un estado de guerra en el que no existía ley, por el contrario, era una lucha constante de todos contra todos.
Por ello, mientras el hombre viva sin un poder común que los atemorice a todos, se encuentra en una condición llamada de guerra.
Para Hobbes, cuando los pactos se respetan y se llevan a cabo, hay justicia. La inclinación de pactar lleva a los individuos a convenir un contrato, lo que implica la renuncia de todos los derechos que poseían en el estado de naturaleza para otorgárselo a un soberano que a cambio les garantiza el orden y la seguridad.
Condenable el asesinato del joven cantante David Gibrán Martiz Díaz
Condenable el asesinato del joven cantante David Gibrán Martiz Díaz
Pero qué sucede cuando el estado falla en el principal cometido de garantizar y salvaguardar la seguridad de los individuos. Qué sucede cuando quien tiene el uso legítimo de la fuerza para preservar la supremacía de paz y seguridad, no cumple.
Evidentemente, el Estado de derecho se pone en tela de juicio cuando el marco de legalidad es francamente rebasado con toda impunidad por la creciente delincuencia.
En este sentido, el Estado mexicano continúa fuertemente cuestionado ante su falta de capacidad para combatir el crimen organizado y, en específico, al narcotráfico, poniendo, de alguna manera, en entredicho su facultad para brindar seguridad, estabilidad y orden a la población mexicana.
Lo anterior resulta verdaderamente preocupante. Y no extrañan casos como el de Michoacán donde ante la ineficacia de las autoridades locales y federales para ofrecer seguridad a los ciudadanos, es la misma población que organizada creó las autodefensas.
Condenable que el gobierno federal haya autorizado a soldados, disparar a la misma población. Cuando intentaron desarmarlos sin éxito, militares dispararon a mansalva contra hombres, mujeres y niños. Murieron más de 3 personas. Como siempre, las cifras fueron maquilladas.
Cobardes los soldados que disparan contra gente inocente. Esa  gente que les dio la cara y cuyo único delito solo fue tener armas en su poder para defenderse contra quienes tienen 7 años extorsionándolos, robándolos, lesionándolos, humillándolos, abusando de mujeres y niñas sin que ninguna autoridad les hubiese podido dar una respuesta fue asesinada a quema ropa.
Pero los líderes de los grupos criminales que mantienen a Michoacán al borde de una guerra civil, continúan libres. Gozando de absoluta y total impunidad gracias a los jefes policiacos, militares que en 7 años no han querido detenerlos. Imagínense por qué.
Qué sucederá en Veracruz de continuar incrementándose los hechos de inseguridad. Podría no estar lejos una situación como la de Michoacán si las autoridades siguen cruzados debrazos ante el nuevo brote e incremento de los hechos delictivos.
Muy lamentables continúan siendo los hechos de inseguridad. Nadie se explica por qué en los últimos meses la delincuencia continúa recobrando espacios que se supone, habían sido recuperados tras el operativo “Veracruz Seguro” con la presencia de las fuerzas federales a través de elementos de la marina y el ejército mexicano.
El secuestro y asesinato del joven Gibran David Martiz Díaz y su amigo Luis Sergio Hernández Martínez, es un hecho que debe condenarse de manera enérgica. Ninguna autoridad parece tener la capacidad o voluntad política para frenar la ola de hechos delictivos que continúan creciendo como la espuma.
No conforme con que las familias se enfrentan a la pérdida de sus seres queridos. Todavía tienen que conocer las campañas de desprestigio. Pareciera que a los responsables de la Procuración de Justicia, les convienen esos  argumentos “creados” a propósito para justificar su inacción de investigar y actuar.
Situación que resulta verdaderamente preocupante. Al menos desde la perspectiva ciudadana, de seguirse agravando la inseguridad, nos estaríamos encaminando hacia un proceso de involución social en el que los ciudadanos se verían cada vez más en la necesidad de defenderse y hacerse justicia por propia mano.
No queda lejos el estado de barbarie. Aunque Veracruz no es Michoacán todavía,  va para allá rápido, veloz. Los ciudadanos deben salir de la conformidad e indiferencia ante hechos como los de Gibrán y otros muchos casos de chicos y chicas desaparecidas, levantadas, pensando que algo similar,  no les sucederá.
Queda para la memoria colectiva el sumar voces para que la familia de Gibrán David Martiz pueda recibir la justicia que se merece. Y que la memoria del joven cantante quede inmaculada. Mientras no se demuestre lo contrario. El joven es inocente de todo lo que se le acusó a través de las redes sociales.
Nada justifica que desde el poder, algún funcionario inepto, ya agarró maña de desprestigiar a las víctimas para simple y sencillamente no responsabilizarse de la mediocridad, corrupción y complicidad con que se siguen manejando la mayoría de las dependencias responsables de la seguridad, de la procuración y administración de justicia en el estado de Veracruz. ¿Hasta cuándo?.
Si quieren que hablen bien de Veracruz, trabajen para lograrlo señores funcionarios.
Pero en los hechos, los delincuentes operan con tranquilidad por la terrible impunidad que los funcionarios permiten en todos los niveles. La delincuencia comete atracos porque sabe que no tendrá consecuencias penales.
La indiferencia y complicidad de la mayoría de los funcionarios en todos sus niveles que reciben enormes cantidades de dinero de las mafias, los hace ciegos y sordos ante el enorme problema que cada día cobra niveles inimaginables.
La impunidad es y seguirá siendo el principal incentivo para que la delincuencia continúe cobrando víctimas y sembrando el caos, miedo e incertidumbre.
Si quieren que hablen bien de Veracruz, trabajen para lograrlo señores funcionarios. Sus malas acciones permiten hasta ahora,  que continúen incrementándose hechos que siguen revelando todo lo contrario a lo que dicen en sus entrevistas, comunicados o foros.
¡Pobre Veracruz!.
FUENTE: PLUMAS LIBRES 

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