‘El
Buen Fin’ es publicitado como una campaña para ‘reactivar’ la economía y
ofrecer grandes descuentos al consumidor, pero en realidad esconde un lado
mucho más oscuro.
‘El Buen Fin’, ese programa conjunto entre el gobierno
mexicano y las empresas de retail desde la
administración de Felipe Calderón, ha sido severamente criticado desde sus
inicios. En lo que constituye una adaptación a la mexicana del Black Friday de
los Estados Unidos, en el Buen Fin, según la publicidad oficial, se pueden
hallar grandes descuentos en artículos de consumo duradero, como electrónicos,
electrodomésticos, juguetería, ropa y artículos para el hogar, y además con los
llamados ‘Meses sin intereses’, un esquema de pagos diferidos en tarjetas de
crédito, es posible comprar primero y pagar después.
La realidad, sin embargo, es muy distinta. En redes sociales han
sido exhibidos precios alterados e irreales. Una creencia generalizada es que
las grandes cadenas de venta al público utilizan el ‘Buen Fin’ como medio para
sacar de las bodegas la mercancía vieja, de saldo, descompuesta o
descontinuada, a fin de prepararse para las ventas de diciembre. Otra creencia
es que de la poca mercancía de línea que venden, la mayoría sufre un incremento
de precio para que, al llegar el ‘Buen Fin’ se le deje al mismo precio de antes
y parezca que hay un descuento. En todo caso, el ‘Buen Fin’ ha fallado en su
objetivo de emular el gran frenesí del ‘Black Friday’ de Estados Unidos: no se
ven verdaderos descuentos, ni filas de consumidores esperando la medianoche.
Solamente se ven interminables vouchers de consumo, que se pagan a 1 o 2 años y
muchas reclamaciones por cargos indebidos a fin de mes. En otras palabras, el
consumidor siempre ha sido el origen de las quejas.
Por si esto fuera poco, ahora hasta los mismos empresarios han
elevado sus criticas hacia la campaña. En días recientes, el presidente del
Consejo Coordinador Empresarial de Veracruz, Jesús Castañeda Nevárez, calificó
al ‘Buen Fin’ de un simple y llano engaño. Y explicó cómo funciona, en
declaraciones a la agencia Imagen del Golfo.
El empresario indicó
que el principal objetivo de ‘El Buen Fin’ es inducir a los ciudadanos a
realizar compras con tarjetas bancarias, para que las compras grandes puedan
ser fiscalizadas por el SAT, a fin de cobrar mayores impuestos. El empresario
indicó que, cuando Hacienda logra detectar que las compras realizadas son
mayores al salario declarado, se produce una discrepancia fiscal cuyo resultado
es invariablemente una deuda fiscal.
“Lo que el SAT quiere saber es que te compras, en cuanto te lo
compras y al cotejar con tu salario declarado, te van a salir con que gastaste
más de lo que ganas y que entonces les debes”, explicó.
El empresario indicó que esta búsqueda de la bancarización de la
economía constituye un ‘abuso’ y que el SAT ha implementado el ‘Buen Fin’ como
una estrategia para ello, incluyendo la entrega de premios a quienes realicen
varias compras durante el ‘Buen Fin’, pero siempre en pagos con tarjeta de
crédito, lo que a largo plazo desencadenará una fuerte crisis económica.
La mejor alternativa es evitar realizar compras innecesarias,
especialmente si se va a pagar con tarjeta de crédito, y en caso de adquirir
algún artículo, pagarlo con ahorros o con dinero que posea uno en el momento,
jamás usar los ‘meses sin intereses’ o los pagos diferidos, y limitar al mínimo
o evitar por completo el uso de tarjetas de crédito. Recordar que muchas veces
los ‘maravillosos descuentos’ no son tan espectaculares, y que en enero y
febrero es cuando se pueden encontrar los mayores descuentos, una vez
finalizada la época navideña.
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