Rúbrica
Por Aurelio Contreras Moreno
Este fin de semana, Javier Duarte de Ochoa
reveló en toda su magnitud su condición como gobernante y como ser humano, y lo
que esto le ha significado al estado de Veracruz los últimos cinco años.
El
viernes 23 de octubre, el gobernador de Veracruz acudió a la ciudad de Orizaba,
recién declarada “Pueblo Mágico” por la Secretaría de Turismo federal, para
grabar spots para su quinto informe de labores. Fue acompañado por su esposa y
sus tres hijos, con quienes subió al teleférico y al cerro del Borrego para,
con una estampa de “unidad familiar”, invitar a visitar el estado.
Al
terminar, Duarte y su esposa Karime Macías Tubilla fueron encarados por la
señora Araceli Salcedo, madre de la joven Fernanda Rubí Salcedo Jiménez, quien
lleva tres años desaparecida, sin indicio alguno de su paradero.
“Bienvenido
señor gobernador al pueblo mágico, donde desaparecen a nuestros hijos”, le dijo
Araceli Salcedo a Javier Duarte, mientras le mostraba un cartel con la ficha de
búsqueda de su hija.
Los
reclamos de la madre afligida no fueron razón suficiente para que el gobernador
de Veracruz y su esposa, quien ostenta el cargo de presidenta del DIF estatal,
detuvieran su paso por un instante para escucharla y atenderla, como es su
obligación. Para más, ambos esbozaron una sonrisa burlona, que indignó aún más
a la mujer que reclamaba desesperadamente justicia. Duarte la instó a acudir a
la Fiscalía General del Estado y a entenderse con su titular.
“El
Fiscal es lo mismo que ustedes, pura corrupción. Ríase, ríase. Que no le toque
a su familia, porque el día que le toque, en este pueblo mágico, va a ver lo
que se siente sufrir, no ver a su hija desde hace tres años con dos meses,
señor. Lo felicito por su pueblo mágico”, alcanzó a decir Araceli Salcedo antes
de que Javier Duarte y Karime Macías la dejaran atrás.
De este
penoso episodio de dolor por la ausencia de justicia y de infinita indolencia
de quien dice ejercer la autoridad en este estado, quedó constancia visual a
través de un video que fue publicado en el portal del diario El Mundo de
Orizaba. En minutos, se volvió viral en las redes sociales y fue retomado por
medios de comunicación de la capital de la República. Hasta la noche de este
domingo, llevaba un millón 252 mil 764 reproducciones, así como una condena,
unánime y severísima, lapidaria, contra Javier Duarte de Ochoa.
La
respuesta del responsable de las instituciones del estado de Veracruz se dio en
los términos que acostumbra, dos días después. Un pasquín propiedad de un
fallido ex candidato del PAN a la alcaldía de Córdoba, que en un principio era
crítico del régimen de Duarte –hasta que se provocó un autoatentado y le
encontró “el modo”–, publicó como titular principal, con una nota sin firma,
que la joven Fernanda Rubí Salcedo Jiménez estaba “ligada a los Zetas”, y
aludiendo supuestamente a la investigación de la Procuraduría General de la
República sobre el caso –sin presentar el número de averiguación–, afirmó que
la chica era “novia” de Rafael Lucio Hernández López, alias “El Lucky”, antiguo
jefe de esa banda criminal en la región de Córdoba, quien fue aprendido en
diciembre de 2011 por elementos de la Marina.
Y para
que no quedara duda de la autoría del libelo, se incluyó como “tip” otra
infamia: “ninguna madre de una hija normal, se iba a esperar tres
años para irle a gritar al Gobernador. Obvio que es mandada por los
adversarios políticos de Duarte. Sin embargo, el Gobernador es el principal
responsable en garantizar la seguridad de sus ciudadanos, pero si la hija era
la amante del líder de plaza de los delincuentes, que ahora no exija justicia”.
La
criminalización de las víctimas ha sido una práctica recurrente durante el
sexenio de Javier Duarte. Lo ha hecho sistemáticamente con los periodistas
asesinados y con cualquiera que se atreva a reclamarle justicia por la absoluta
ineptitud del régimen para brindar seguridad a la población.
Con
este caso, al criminalizar por encargo, a través de un libelo infame –porque ni
siquiera tuvo el valor de hacerlo de frente–, a una de las víctimas de su
desastroso gobierno, Javier Duarte no sólo ha rebasado los límites de la falta
de humanidad. También violó la ley.
En el
artículo 5 de la Ley General de Víctimas, se establece como uno de los
principios a aplicar el de No Criminalización, bajo estas premisas: “las
autoridades no deberán agravar el sufrimiento de la víctima ni tratarla en
ningún caso como sospechosa o responsable de la comisión de los hechos que
denuncie. Ninguna autoridad o particular podrá especular públicamente sobre la
pertenencia de las víctimas al crimen organizado o su vinculación con
alguna actividad delictiva. La estigmatización, el prejuicio y las
consideraciones de tipo subjetivo deberán evitarse”.
Obvio
que eso no le importa a un gobernante acorralado por sus propias pifias y
corruptelas, y a quien “se le olvidó” incluir en su libelo que tras ser
capturado, “El Lucky” señaló como uno de sus enlaces con el Gobierno de
Veracruz a un funcionario al que sólo identificó con el apellido de “Lagos”. ¿Le
suena?
Tienen
la memoria muy corta, inversamente proporcional a su monumental miseria,
política y humana.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
tomado de https://xalapaenlanoticia.wordpress.com/
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