Der ser ciertas las
afirmaciones de 14 testigos protegidos, las suposiciones de innumerables
víctimas de secuestro y extorsión, las investigaciones a uno y otro lado del
río Bravo, la calificación de la revista Forbes como una de las «10 personas
más corruptas de México», o la propia convicción del pueblo veracruzano, que
aún lo recuerda como «el Z-1», o protector del cártel de Los Zetas,México envía
a Barcelona como cónsul a un auténtico representante de lo que hoy es su
Estado.
Miembro de pura cepa del gobernante Partido Revolucionario
Institucional (PRI), gobernador del estado de Veracruz entre el 2004 y el 2010,
elcónsul Fidel Herrera llegará el lunes a ocupar la Casa Muley Afid, el
palacete que alzó Josep Puig i Cadafalch en el paseo de la Bonanova y que un
cónsul muy distinto, el poeta Sealtiel Alatriste, convirtió en delegación
mexicana para Catalunya y todo el norte de España. «Hay muchos mexicanos allá,
el nombramiento ha sido recibido con mucho entusiasmo», dijo el exgobernador
antes de partir a Barcelona.
Exilio
de Lujo
No será cónsul general, sino de carrera. Así, su nombramiento no
tuvo que pasar la aprobación del Senado. «Para Veracruz es bueno que Fidel
Herrera esté lejos, tras el terrible daño que ha hecho al estado su gobierno y
su herencia», dice un medio veracruzano. Otro señala en su editorial: «Al
exgobernador Fidel Herrera le construyeron un exilio de lujo necesario para
acabar con su proclividad a internarse en asuntos de Estado». El propio
Herrera, de 66 años, ironizó: «No lo veo como un exilio. Hoy existen Blackberry
y Whatsapp, la aldea global me permite estar conectado». También dijo: «Yo solo
quiero que le vaya bien a Veracruz».
Fidel Herrera dejó en el gran estado del Golfo de México una
deuda pública de casi 600 millones de euros y se despidió de Veracruz amparado
por una agencia ilegal que trató de lavar su imagen y atacar a sus enemigos en
la televisión y las redes sociales. Pero en la memoria popular queda el rastro
de sangre y el auge de los secuestros y extorsiones que perlaron su mandato,
sobre todo en el puerto de igual nombre de ese estado oriental, punto
estratégico en el tráfico de cocaína y drogas sintéticas a EEUU y Europa.
Reuniones
y fiestas turbias
Cuando todo el estado de Veracruz estaba aún lleno de letreros
rojos de campaña que solo decían «Fidel», se formó una especie de «consejo de
gobierno o junta gerencial» de los narcotraficantes del Golfo denominado La
Compañía, que llegó a dominar las rutas del trasiego de drogas a lo largo del
este del país.
Al menos 14 testigos protegidos, excolaboradores del entonces
gobernador, han detallado las varias reuniones y fiestas de Herrera con capos y
jefes de plaza de los narcos y han explicado cómo optó por apoyar a Los Zetas
cuando, a finales del 2008, dejaron de ser el brazo armado del cártel del Golfo
para convertirse en el grupo más temido del país.
La narcoguerra dentro del que era el estado modélico de México
convirtió al gobernador en el Z-1, tanto en las calles veracruzanas como en las
redes sociales, donde esa equiparación fue trending topic. Tampoco resulta
Herrera una oveja negra: su sucesor al timón de Veracruz, Javier Duarte, ha
cuadriplicado la deuda pública y engrandecido los regueros de sangre.
Bajo su mandato ha medrado el cártel ahora más poderoso, el
Jalisco Nueva Generación, que se presentó en Veracruz como los Matazetas, y han
sido asesinados, desaparecidos o ahuyentados más periodistas que con su
antecesor.
Con
información de Elperiódico.com
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