El académico e investigador presenta 'El mito de la transición democrática', una análisis sobre la política mexicana
El académico mexicano John Ackerman, |
El cubículo de poco más de seis metros cuadrados de John Ackerman se sitúa al fondo de uno de
los pasillos del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. A la
entrada espera un alumno que le busca para una asesoría de tesis y en la pared
cuelga una vieja fotografía del Congreso mexicano durante una sesión solemne
encabezada por Luis Echeverría. La Constitución de México indica que el
presidente se compromete a "guardar y hacer guardar" las leyes del
país. El juramento termina con un solemne: "Y sí así no lo hiciere, que la
Nación me lo demande". El académico asegura en su nuevo libro, El mito de la transición democrática (Temas de hoy,
2015), que, tras 12 años de gobiernos encabezados por el conservador Partido
Acción Nacional y el regreso del PRI en 2012, a la democracia mexicana, en el
mejor de los escenarios, le queda mucho recorrido por delante. Y la Nación,
además, la demanda.
"Hemos pasado por una transición fallida y estamos en retroceso. En
las presidencias de Vicente Fox y de Felipe Calderón (2000-2012) había un
control, pero no como el que hay ahora", alerta. Además, afirma, la
esperanza que nació el 2 de julio de 2000 en muchos mexicanos cuando Fox se
convirtió en presidente después de 70 años de hegemonía priísta acabó por los
suelos. "Los Ejecutivos panistas no hicieron nada para cambiar el sistema
de poder en México". Asegura, además, que el poder empresarial que, en su
opinión, mantuvo al PAN en el poder durante 12 años ahora respalda a candidatos
independientes. En concreto, al más visible de todos:Jaime Rodríguez Calderón El
Bronco, el recién electo gobernador de Nuevo León, al norte de
México y uno de los más prósperos del país.
El Bronco refleja un hartazgo de la ciudadanía
hacia la clase política que no es exclusivo de México
"El Bronco es una reedición mala de Fox", afirma tajante.
"Y refleja un hartazgo de la ciudadanía hacia la clase política que no es
exclusivo de México. Se ha manifestado en España, con Podemos; en Grecia, con
Syriza y en otros casos ha virado a la derecha, como en el caso de Francia, con
Marine Le Pen y EE UU, con Donald Trump". Explica que el fastidio de la
ciudadanía hacia la clase política (los partidos políticos mexicanos son la
institución menos respetada del país) puede devenir en un movimiento que, en su
opinión, se basa en discursos y no en hechos.
El Bronco, en su
opinión, "refleja un descontento profundo en la sociedad de Nuevo León y
que puede ser además contagioso a México. Representa una manifestación
electoralista".
¿En populismo? Ackerman salta ante la afirmación. "No. Me niego a
usar esa palabra. No la uso en el libro". El presidente Enrique Peña Nieto
advirtió en su discurso ante la Asamblea General de la ONU sobre "los
riesgos del populismo", lo que analistas políticos mexicanos interpretaron
como un ataque frontal a Andrés Manuel López Obrador, el dos veces
candidato presidencial, con quien Ackerman es frecuentemente relacionado.
- ¿No le llama la atención el poder sobre las palabras que tiene el
discurso presidencial?, se le pregunta.
- "Sí. Es evidente que hay una intención en las palabras. De hecho,
es en lo que más cuidado hay. Porque, ¿qué partido más populista hay si no es
el PRI?".
"Plutarco
Elías Calles quiso ser el Perón mexicano"
Ackerman ha mantenido una carrera de investigador, académico y
columnista con una inclinación por la izquierda, que no se preocupa un segundo
por disimular. Su cercanía con Andrés Manuel López Obrador le ha ganado
críticos y, afirma, hasta amenazas de muerte a través de las redes sociales.
Pero en el libro, y en la entrevista, Ackerman reconoce que el movimiento que
el dos veces candidato a la presidencia de México encabeza, Morena, tiene el enorme
reto de "no convertirse en otro más de los partidos que forman el sistema
mexicano". Se muestra entusiasmado frente al futuro del partido, que
ha conseguido un histórico triunfo en la capital mexicana en las elecciones intermedias
de junio y le arrebató el control de la Asamblea del DF al Partido de la
Revolución Democrática, que mantenía en la capital su principal bastión. Pero
reconoce que México no es el DF. "Si Morena no se abre a los movimientos
sociales, como el de Ayotzinapa, está perdido".
Ackerman alerta del poder acumulado por los
gobernadores mexicanos a lo largo de los gobiernos panistas
Y sobre el centralismo, que había permanecido imperturbable en México
durante los años, Ackerman alerta del poder acumulado por los gobernadores
mexicanos a lo largo de los gobiernos panistas. "Los gobernadores locales
se mantienen en este poder". Recuerda, además, que en nueve de los 31
estados mexicanos el PRI no ha soltado el poder: Colima, Durango, Coahuila,
Hidalgo, Quintana Roo, Campeche, Veracruz, Tamaulipas y la cuna del presidente
Peña Nieto, el Estado de México. "Muchos de los miembros del gabinete son
de estos estados y para ellos la oposición no es una cuestión ideológica: ni
siquiera existe en el imaginario político. México vive bajo una lógica
feudal".
Recuerda también
los orígenes del PRI, que califica como un "maximato". Asegura que su
fundador, Plutarco Elías Calles,
"quiso ser el Perón mexicano, pero el sistema político acabó
expulsándolo". ¿Por qué? "Porque México es único a su manera",
responde con una sonrisa irónica.
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