9 de octubre de 2015

“EL BRONCO ES UNA REEDICIÓN DE FOX”

El académico e investigador presenta 'El mito de la transición democrática', una análisis sobre la política mexicana

El académico mexicano John Ackerman,

El cubículo de poco más de seis metros cuadrados de John Ackerman se sitúa al fondo de uno de los pasillos del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. A la entrada espera un alumno que le busca para una asesoría de tesis y en la pared cuelga una vieja fotografía del Congreso mexicano durante una sesión solemne encabezada por Luis Echeverría. La Constitución de México indica que el presidente se compromete a "guardar y hacer guardar" las leyes del país. El juramento termina con un solemne: "Y sí así no lo hiciere, que la Nación me lo demande". El académico asegura en su nuevo libro, El mito de la transición democrática (Temas de hoy, 2015), que, tras 12 años de gobiernos encabezados por el conservador Partido Acción Nacional y el regreso del PRI en 2012, a la democracia mexicana, en el mejor de los escenarios, le queda mucho recorrido por delante. Y la Nación, además, la demanda.
"Hemos pasado por una transición fallida y estamos en retroceso. En las presidencias de Vicente Fox y de Felipe Calderón (2000-2012) había un control, pero no como el que hay ahora", alerta. Además, afirma, la esperanza que nació el 2 de julio de 2000 en muchos mexicanos cuando Fox se convirtió en presidente después de 70 años de hegemonía priísta acabó por los suelos. "Los Ejecutivos panistas no hicieron nada para cambiar el sistema de poder en México". Asegura, además, que el poder empresarial que, en su opinión, mantuvo al PAN en el poder durante 12 años ahora respalda a candidatos independientes. En concreto, al más visible de todos:Jaime Rodríguez Calderón El Bronco, el recién electo gobernador de Nuevo León, al norte de México y uno de los más prósperos del país.
El Bronco refleja un hartazgo de la ciudadanía hacia la clase política que no es exclusivo de México
"El Bronco es una reedición mala de Fox", afirma tajante. "Y refleja un hartazgo de la ciudadanía hacia la clase política que no es exclusivo de México. Se ha manifestado en España, con Podemos; en Grecia, con Syriza y en otros casos ha virado a la derecha, como en el caso de Francia, con Marine Le Pen y EE UU, con Donald Trump". Explica que el fastidio de la ciudadanía hacia la clase política (los partidos políticos mexicanos son la institución menos respetada del país) puede devenir en un movimiento que, en su opinión, se basa en discursos y no en hechos.
El Bronco, en su opinión, "refleja un descontento profundo en la sociedad de Nuevo León y que puede ser además contagioso a México. Representa una manifestación electoralista".
¿En populismo? Ackerman salta ante la afirmación. "No. Me niego a usar esa palabra. No la uso en el libro". El presidente Enrique Peña Nieto advirtió en su discurso ante la Asamblea General de la ONU sobre "los riesgos del populismo", lo que analistas políticos mexicanos interpretaron como un ataque frontal a Andrés Manuel López Obrador, el dos veces candidato presidencial, con quien Ackerman es frecuentemente relacionado.
- ¿No le llama la atención el poder sobre las palabras que tiene el discurso presidencial?, se le pregunta.
- "Sí. Es evidente que hay una intención en las palabras. De hecho, es en lo que más cuidado hay. Porque, ¿qué partido más populista hay si no es el PRI?".
"Plutarco Elías Calles quiso ser el Perón mexicano"
Ackerman ha mantenido una carrera de investigador, académico y columnista con una inclinación por la izquierda, que no se preocupa un segundo por disimular. Su cercanía con Andrés Manuel López Obrador le ha ganado críticos y, afirma, hasta amenazas de muerte a través de las redes sociales. Pero en el libro, y en la entrevista, Ackerman reconoce que el movimiento que el dos veces candidato a la presidencia de México encabeza, Morena, tiene el enorme reto de "no convertirse en otro más de los partidos que forman el sistema mexicano".  Se muestra entusiasmado frente al futuro del partido, que ha conseguido un histórico triunfo en la capital mexicana en las elecciones intermedias de junio y le arrebató el control de la Asamblea del DF al Partido de la Revolución Democrática, que mantenía en la capital su principal bastión. Pero reconoce que México no es el DF. "Si Morena no se abre a los movimientos sociales, como el de Ayotzinapa, está perdido".
Ackerman alerta del poder acumulado por los gobernadores mexicanos a lo largo de los gobiernos panistas
Y sobre el centralismo, que había permanecido imperturbable en México durante los años, Ackerman alerta del poder acumulado por los gobernadores mexicanos a lo largo de los gobiernos panistas. "Los gobernadores locales se mantienen en este poder". Recuerda, además, que en nueve de los 31 estados mexicanos el PRI no ha soltado el poder: Colima, Durango, Coahuila, Hidalgo, Quintana Roo, Campeche, Veracruz, Tamaulipas y la cuna del presidente Peña Nieto, el Estado de México. "Muchos de los miembros del gabinete son de estos estados y para ellos la oposición no es una cuestión ideológica: ni siquiera existe en el imaginario político. México vive bajo una lógica feudal".

Recuerda también los orígenes del PRI, que califica como un "maximato". Asegura que su fundador, Plutarco Elías Calles, "quiso ser el Perón mexicano, pero el sistema político acabó expulsándolo". ¿Por qué? "Porque México es único a su manera", responde con una sonrisa irónica.

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