Siendo miembro de la Sección 32 del SNTE, la maestra María Alejandra Vera Quiroz esperaba que su delegación sindical la apoyara, pero no fue así. El secretario general de la Sección 32 Juan Nicolás Callejas Roldán estaba al tanto del problema suscitado entre Manuel Pérez Quintana y la maestra Alejandra Vera Quiroz. Callejas Roldán antes de tener algún cargo en el sindicato fue maestro de aula en la misma escuela donde la maestra Vera Quiroz laboraba. Se conocen muy bien. Cuenta la maestra que Callejas Roldán hasta fue novio de su hermana cuando los dos eran muy jóvenes. El día de la muerte de su padre María Alejandra Vera Quiroz escuchó, de boca de su padre, el exhorto de que los asuntos relacionados con su plaza de docente los viera con Callejas Roldán, a quien consideraba su amigo:
«Él te va a ayudar a resolverlos»
le dijo el padre moribundo. Pero Callejas Roldán, a pesar de la cercanía de trabajo y tal vez afectiva, no le ayudó en nada. Antes bien es Juan Nicolás Callejas Roldán quien ha solapado a muchos acosadores nada más porque forman parte del Equipo Político; esa cofradía que tiene en su poder a la Sección 32 del SNTE. Fue Callejas Roldán el que puso a Manuel Pérez Quintana en la supervisión de zona 05; ha sido Callejas Roldán el que ha solapado no sólo a éste, sino a otros miembros del Equipo Político.
Ante la desesperación de ver que toda la fuerza del Equipo Político estaba en su contra por haber denunciado por acoso sexual a Pérez Quintana, la maestra Vera Quiroz acudió al maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo. De buena fuente supo que cuando Callejas Arroyo se enteró del problema, como un sabio cacique magisterial que es, ordenó de inmediato que arreglaran el problema de la maestra sin perjudicarla; sin embargo, tal vez porque ya lo ven viejo, tal vez porque creen que con un solo ojo no los ve, lo tiraron a loco y continuaron con el acoso.
El día 21 de agosto la maestra recibió un documento firmado por Gerardo Ávalos Aguirre, director de la Escuela Secundaria Técnica 128, en donde le informaban que quedaba “sin efecto alguno su “comisión” al cargo que venía desempeñando, como coordinador de Actividades Académicas en ese plantel educativo. Esto sucedió apenas dos días después de que la maestra ampliara su denuncia, agregando en ella los nombres de las personas que se prestaron al complot en su contra.
En adelante la siguieron amedrentando, diciéndole que si no retiraba la denuncia por acoso sexual en contra de Pérez Quintana iba a ser cesada definitivamente. La maestra cayó en estado de grave depresión. Después de 28 años laborando y por haberse atrevido a denunciar a un acosador iba a ser cesada de su trabajo. Por causa de esas depresiones pidió licencia médica. Pues a los acosadores no les importó la salud de la maestra Vera Quiroz pues teniendo licencia médica le seguían llegando las llamadas de acoso y las denuncias.
Finalmente, y después de que Tirso Ánimas le llamara por teléfono para darle la “última oportunidad” de retirar la denuncia, María Alejandra Vera Quiroz, después de 28 años de labor magisterial fue cesada el 7 de octubre de 2015.
Anteriormente a la maestra le habían citado el 11 de agosto para que se presentara a las oficinas de laSubdirección de Escuelas Secundarias Técnicas, para responder por los señalamientos en su contra hechos por los, C. Prof. Gerardo Dávalos Aguirre (director actual de la Técnica 128), Epifanio Mariano Márquez, Prof. Ángel Justino Galván Moral, secretario de Trabajos y Conflictos de la delegación de la escuela; por cierto este es el sujeto que dentro de sus funciones estaría defender a los maestros de los abusos del patrón.
A la maestra se le acusaba de «actos en detrimento y perjuicio de los signantes; propiciar, incitar, ypermitir, violencia en contra de sus jefes, compañeros, padres de familia, y alumnos; desobedecer, sin causa justificada las ordenes de sus superiores; haber propiciado la ruptura del clima de armonía laboral en la escuela Sec. Téc. Inds. 128». La facultad legal para levantar actas circunstanciadas sobre incidencias laborales, recae en Juan Montero Utrera, subdirector de Escuelas Secundarias Técnicas, según el Acuerdo 042/2003, publicado en la Gaceta Oficial del Estado.
Montero Utrera pudo haber servido de conciliador, pero no lo hizo, antes bien se prestó al juego de Manuel Pérez Quintana, su compañero en el Equipo Político. Además de esta andanada de acusaciones existen otras de usurpación de funciones, desacato, y malos tratos a sus compañeros de parte del director y los firmantes.
Sobre esto último, del maltrato a los alumnos, cabe señalar que la maestra María Alejandra Vera Quiroz ha reunido una serie de cartas firmadas en las que padres de familia exalumnos de la Escuela Secundaria Técnica 128, le muestran su aprecio y solidaridad.
Llama la atención la carta de una madre de familia que durante su juventud cursó los tres años en la Técnica 128, donde sus hijos también cursaron los tres años de educación secundaria. La madre de familia, de quien omitimos el nombre por razones obvias, dice lo siguiente:
«La maestra tienen muy buena relación tanto con los alumnos como con los padres. Yo he tenido muy buen trato y yo la he ayudado en asuntos de la escuela ya que nosotros formamos y conseguimos instrumentos para la que ahora es su banda de música».
María Alejandra Vera Quiroz, contrario a lo que se dice que propicia «la ruptura del clima de armonía laboral en la escuela» tiene el apoyo de los maestros que laboran en la Técnica 128. En un documento firmado por 32 maestros, los firmantes señalan que observaron «inexactitudes y señalamientos equivocados» en contra de la maestra. Los maestros agregan que ellos no tienen queja alguna de su trabajo al tiempo que disienten que exista “imposibilidad laboral” en ese centro de trabajo.
Finalmente María Alejandra Vera Quiroz acudió al líder magisterial Juan Callejas Roldán. En un documento entregado a la Legislatura y fechado el día 12 de octubre, Vera Quiroz dice a Juan Nicolás Callejas Arroyo:
«Distinguido maestro Callejas, ya me quedé sin trabajo como Usted Ordenó a Juan Montero Utrera que lo hiciera, quizás ya todos estén a gusto mientras yo estoy sin comer y bajo tratamiento médico; tenga usted por seguro que me verá morir de hambre en la explanada de Plaza Lerdo para que queden conformes todos los que me atacaron en la escuela. Y si es cierto que usted los defiende y no permite que sean castigados conforme a la ley,respeto su decisión, ya que de todos modos para mí USTED SEGUIRÁ SIENDO MI GUÍA MAGISTERIAL».
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