Desde hace cientos de años a los mexicanos se nos tratan como borregos, todos sabemos que los ovinos eran salvajes y que esos animalitos han sido domesticados por sus amos, pues así nos han tratado como individuos domesticados por el sistema político, porque así conviene a los que tienen el poder político y económico de este país.
Llegaron los españoles en el siglo XV, madreando a los originales de este país, nuestros pueblos férreos defensores de su costumbres y lengua fueron agredidos, sus mujeres mancilladas, su territorio invadido por los que se pensaban al principio que eran sus dioses, No, claro que no eran sus dioses, era una cultura europea que venía a reventarlos y a fregar a estas tierras de nuestros ancestros. Pero el autóctono defendió con fuerza su autonomía, su hogar, entonces, iniciaron el proceso de domesticación por la vía de la imposición de una religión. El miedo del más allá, los encierros en calabozos y los regalos, ablandaron la situación.
Esto viene en relación porque hace unos días en un acto masivo en el estado de guerrero, al menos 200 militantes del PRI, en su mayoría indígenas, presentaron síntomas de intoxicación por ingesta de alimentos.
Lamentable que mediante acarreos utilicen a indígenas para llenar actos públicos, con la torta y el refresco, en descomposición. ¿En dónde queda la dignidad del individuo?... Esto es lo que caracterizara a los eventos públicos de los partidos políticos y candidatos, mediante argucias y engaños atraen a sus seguidores. Aprovechándose de la situación económica de la gente y de las necesidades.
Mediante promesas, regalos y el alimento del día, nos domestican. Mientras existan condiciones materiales injustas, mientras existan premisas suficientes para doblegar la voluntad del individuo. A.M.R.
Por Aristeo Menéndez Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario