28 de febrero de 2012

Sedena no abrirá investigación sobre muerte de Ernestina Ascencio: Croiz


EL EJÉRCITO ASUMIÓ UNA POSTURA QUE DESPUÉS DESMINTIÓ. PRIMERO ADMITIÓ QUE PUDO HABERSE TRATADO DE UN ATENTADO PERPETRADO POR SUS ELEMENTOS Y QUE ESTABAN INVESTIGANDO, SIN EMBARGO EN EL SEGUNDO BOLETÍN DESMIENTE AL ANTERIOR Y DICEN QUE HAY ELEMENTOS CONTRARIOS AL EJÉRCITO QUE PODRÍAN SER LOS CAUSANTES DEL CRIMEN. ELLOS SE PLEGARON A LOS DICTADOS DE FELIPE CALDERÓN: ERNESTINA MURIÓ NATURALMENTE ¦ FOTO PERSEO BERNAL.

FERNANDO INÉS CARMONA
Soledad Atzompa, Ver.- La muerte de Ernestina Ascencio Rosario, indígena nahua originaria de la congregación de Tletalzinga en este municipio, sirvió para que el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán presionara a Felipe Calderón y canjeara la liberación de dinero federal, “que se utilizó en las elecciones de 2007”, por la convalidación de “la muerte natural”, de lo que los indígenas aún llaman “asesinato de la hermana Rosario”. Ahora y pese a la oferta de reabrirlo, la Sedena reafirma, “el caso está cerrado y no se reabrirá”.
Hasta febrero de 2007 la indígena Ernestina Ascencio era inexistente, mediáticamente, nadie sabía de su existencia en la congregación de Tetlalzinga en esta sierra. Una presunta violación masiva, a manos de la milicia con su consecuente fallecimiento, la hizo salir del anonimato y a la vez permitió que incluso familiares y líderes sociales, presuntamente lucraran con el fallecimiento.
El primer beneficiado del asesinato, considera Julio Atenco Vidal, dirigente de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Sierra de Zongolica (Croisz) y en ese entonces director de Obras Públicas del ayuntamiento de esta localidad indígena, “fue Fidel Herrera Beltrán”, a quien el entrevistado califica como un político pragmático que obtuvo dinero federal para las elecciones de 2007 negociando los hechos. Fidel Herrera es un profesional electoral”.
No obstante, reconoce que tras los hechos el ex gobernador sí fue sincero “o al menos eso es lo que creíamos en un principio, me sorprendió porque se mostraba sincero en cuanto a respaldar la lucha por que se hiciera justicia”, narra.
Pero primero Fidel me pidió que le garantizara que en esta parte de la sierra no había guerrilleros, quería la certeza que no estábamos protegiendo a la guerrilla a cambio de que el gobierno del estado encabezaría, con firmeza, defender hasta donde fuera necesario el caso. Él se comprometió a mantenerse firme en que se hiciera justicia.
“Esa actitud la reconocí incluso ante medios de comunicación nacionales. Con Carmen Aristegui, con Javier Solórzano, incluso él en una de las entrevistas al aire me preguntó si en verdad creía en la sinceridad de Fidel Herrera, le respondí que sí porque hasta ese momento había sido congruente y mientras lo sea merece una estrellita, cuando se actúa correctamente hay que reconocer sea quien sea”, dice.
Desafortunadamente, lamenta, Fidel Herrera es un político muy pragmático y cuando él dialogó con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que nos da la impresión fue la emisaria de Felipe Calderón, cambió su actitud”.
Otra de las muestras de presunta sinceridad que tuvo Fidel Herrera, fue el 15 de abril de 2007 al convocar a una reunión en uno de los salones de palacio de gobierno, a una comisión plural de diputados locales y federales para detallarles el caso. Ahí los médicos forenses se explayaron con sus informes y nos aseguraron que en el caso de Ernestina Ascencio estaban frente a un crimen.
“No sabemos por qué, nunca quiso asumir la equidad de género”
Ahí se aportaron las pruebas, se dio un informe pormenorizado, pero la única que mostró desconfianza fue la entonces diputada federal y ahora alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales, “no sabemos por qué nunca quiso asumir la equidad de género, de defender a otra mujer, ni siquiera por sensibilidad. Ella aceptaba la tesis que presentó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos: muerte natural”.
A partir de ahí Fidel Herrera cambió la postura. “Tres meses después se reúne con el que era presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, José Luis Soberanes y afirma que entre el dictamen de la CNDH y la postura del gobierno del estado no había diferencia sustantiva”.
“¡Cómo chingados no la había! Claro que sí, porque aquí se sostiene que era un crimen y la CNDH dice que era muerte natural. Ese era el aviso que Fidel Herrera y Felipe Calderón ya habían pactado.
“De hecho, el 19 de abril la hipótesis de la CNDH es la postura oficial del gobierno del estado y cuando Fidel Herrera la hace suya a través de los medios de comunicación, se le liberan los recursos económicos, todos aquellos que no habían llegado y los que estaban retenidos”.
Ese dinero, presume, se ocupó en la elección de 2007. Fidel Herrera compró votos, personal de tiempo completo para operar las elecciones porque él es muy profesional en términos electorales. Él tuvo muchos recursos, nos traicionó para tener recursos económicos y electorales. En esas elecciones el PRI recuperó la mayoría del Congreso local y de las alcaldías del estado.
Sedena y sus cambios de comunicados
Horas después de los hechos, recuerda, el Ejército asumió una postura que después desmintió. Primero admitió que pudo haberse tratado de un atentado perpetrado por sus elementos y que estaban investigando, sin embargo en el segundo boletín desmiente al anterior y dicen que hay elementos contrarios al Ejército que podrían ser los causantes del crimen. Ellos se plegaron a los dictados de Felipe Calderón: Ernestina murió naturalmente.
Primer comunicado que el cuartel Miguel Hidalgo emite
La misma tarde de los hechos admite la acusación y promete que se estaba investigando. Minutos después de haberlo entregado a los reporteros locales, los soldados reciben la orden de pedirle a los reporteros el anterior comunicado para canjearlo por otro en donde se acusa a grupos delictivos, “que usando ropa de color verde” pudieron haber sido los culpables de los hechos.
Caso cerrado: Sedena
A cinco años de los hechos, este fin de semana se cumplieron, la Secretaría de la Defensa Nacional reafirmó: el caso no se reabre.
Esta postura contradice a la oferta que en septiembre de 2011 se nos hizo en la ciudad de Boca del Río de analizar la posibilidad de reabrir el caso. En noviembre de ese mismo año nos notificaron que el caso no se reabriría. El aparato jurisdiccional ya había dictaminado al respecto. La respuesta da por hecho que el caso está cerrado, eso contradice a la supuesta voluntad del Ejército de dialogar con la sociedad civil. No se trata de un crimen de un animal o de un daño al medio ambiente, se trata de un ser humano y de la acción del Estado mexicano frente a este crimen.
En el Estado mexicano, considera, “pareciera que hay una razón de Estado para que este crimen quede en la impunidad. La justicia es un mito, está controlado por la corrupción e impunidad. El caso de Ernestina Ascencio es emblemático del Ejército frente a la mujer indígena, de la injusticia que impera en el país, es un caso que la Croisz no va a abandonar.
Médico forense temió ser agredido
Pero este caso implicó a otras personas. El médico forense Juan Pablo Mendizábal Pérez tuvo que resguardar información, no sé dónde, en caso de sufrir un atentado.
Él sigue en la misma tesis, hasta ahora él tiene elementos que están en custodia por si le pasaba algo. Tiene información que acumuló donde demuestra la existencia de violación y crimen, lo tuvo que poner en custodia.
Familiares beneficiados; pueblo, inconforme
“Si tú le preguntas a la gente sobre el sentir, ellos te dicen que no creen en lo que dijo Felipe Calderón, que se trata de una injusticia. El caso Ernestina está latente, hay organizaciones sociales como la Croisz que la defienden.
En contraste, los hijos sí se beneficiaron. Les mejoraron su casita, les dieron dinero, al parecer vía Renee Huerta, entonces dirigente de la Croiz, alrededor de 100 mil pesos a cada quien.
Sin embargo, no todos los familiares asumieron la compra de conciencia, “las hijas no están de acuerdo, pero por costumbre no hablan de lo que ellas sienten”.
Hay otros familiares, como los sobrinos nietos, cuñados que no están de acuerdo, ellos se mantienen firmes en la demanda de justicia y en ello se sustenta nuestra lucha”.
Los hijos directos “no cambiaron su forma de vida, a los hermanos mayores Julio y Francisco, les financiaron un taller de carpintería, pero lo que sí les cambiaron fue su forma de ser, ahora son soberbios, déspotas, toman mucho y ofenden”.
“Hace un año supimos que uno de ellos estaba molesto porque desde el gobierno del estado ya no les querían dar más dinero y estaba dispuesto a hablar, me imagino de cómo los centavearon pero ya no sabemos nada de ello”, señala.
Hoy Ernestina Ascencio, sepultada en el panteón de Tletalzinga está abandonada. Ni una flor aparece en ella, pese a que se cumplieron cinco años de su muerte.

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