Por todo ello, nuevamente, hacemos responsable al Estado mexicano de
todas las consecuencias de estos ataques y acusaciones en nuestra contra, así
como de cualquier ataque en contra de la integridad física o psicológica de
todos los integrantes y colaboradores del Comité Cerezo México.
A las organizaciones de derechos humanos
A las organizaciones sociales
A todas y cada una de las personas solidarias y amigas de nuestra organización
A las organizaciones sociales
A todas y cada una de las personas solidarias y amigas de nuestra organización
El 10 de enero del año en curso fue publicado un comunicado donde, para
nuestra sorpresa, no sólo somos mencionados, sino que somos víctimas de una
serie de señalamientos infundados en contra de nuestra organización de derechos
humanos Comité Cerezo México. Tal documento afirma lo siguiente:
“hacemos público la serie de amenazas y hostigamiento que hemos recibido de varias de las personas que reconocemos son parte de la Brigada Multidisciplinaria, Comité Cerezo y Coordinación. Conocemos sus estrategias y hemos recibido sus golpizas anteriormente, pero esta vez estamos dispuestxs a responsabilizarlxs por si algo nos sucede a nosotrxs y al espacio.”
Vale la pena decir que tal comunicado parece ser una respuesta a la carta que firmó el área de
Cultura del Comité Cerezo, en conjunto con otros artistas solidarios.
Es importante que todos sepan que en dicha carta expresamos nuestro desacuerdo
por la afectación al trabajo cultural que se llevaba a cabo en el Auditorio Ché
Guevara de la UNAM como consecuencia de la toma violenta que ocurrió en este
espacio el día 19 de diciembre del año pasado. Es importante precisar que no
sólo el trabajo del área de Cultura se vio afectado, en tanto que existen otras
actividades que realizamos con diversas organizaciones sobre los temas de
desaparición forzada y estrategias de represión en México, la situación de la
prisión por motivos políticos y los derechos humanos como una herramienta para
desnudar las políticas de criminalización del derecho humano a la protesta que
lleva a cabo el Gobierno del Distrito Federal, mismas que se han visto
afectadas e interrumpidas debido a tal toma.
Como siempre lo hemos hecho, debido a las razones ya expuestas,
utilizamos nuestro derecho a manifestar lo que pensamos e hicimos público
nuestro sentir con respecto al detrimento que significaba el cierre del
Auditorio Ché Guevara para este tipo de actividades.
Desafortunadamente, ante nuestro posicionamiento a favor de las
actividades que aumentan la capacidad de los defensores de derechos humanos y
de luchadores sociales y apuestan al trabajo coordinado y solidario, nos
encontramos con estas difamaciones lamentables. El Comité Cerezo México considera que
este ataque aumenta el grado de riesgo en el que nos encontramos. A
continuación explicaremos por qué.
Es claro que acusar al Comité Cerezo México de amenazar y hostigar, e
incluso de haber golpeado a persona alguna es una mentira que surge de la
necesidad del Estado mexicano de, nuevamente, deslegitimar nuestro trabajo de
derechos humanos. Desde nuestra interpretación de los hechos nos encontramos
ante una nueva embestida por parte del Estado, tal embestida repite, de fondo,
la estrategia con la que en los 12 años que tenemos de existencia se nos ha
atacado, aunque cambia un poco en su forma.
Para muchos de ustedes es bien sabido que somos una organización que, en
su surgimiento, fue (y en algunos casos sigue siendo) estigmatizada como
“fachada de un grupo insurgente”. Con tal estrategia discursiva el Estado
intentó aislarnos del movimiento social y de derechos humanos como una
respuesta a la denuncia de la injusta detención y tortura de tres de los
hermanos Cerezo Contreras y Pablo Alvarado Flores. Tal argumento no sólo fue
utilizado para evitar que hubiera solidaridad con respecto a este caso, sino
para justificar las amenazas de muerte y el hostigamiento y vigilancia que
desplegó el Estado en nuestra contra como respuesta al hecho de que afectábamos
claramente sus intereses al develar la impunidad con la que actuaban.
Es cierto que con el paso del tiempo y gracias al trabajo que hemos
realizado, la artimaña por medio de la cual deseaban aislarnos y atacarnos
perdió efectividad. Actualmente muchas organizaciones de defensa de los
derechos humanos y de las organizaciones sociales han ido reconociendo el
verdadero carácter de nuestro trabajo, la solidaridad de muchas otras personas
nunca nos ha abandonado y gracias a todo ello pudimos demostrar que tales
señalamientos no eran más que mentiras por medio de las cuales se nos atacaba
de manera sistemática. Sin embargo esa estrategia de estigmatización se ha
repetido una y otra vez en nuestra contra.
En los 7 años que llevamos con medidas cautelares por parte de la CIDH
hemos enfrentado diversas campañas orquestadas por agentes del Estado, en cada
una de ellas se nos acusa, de manera irrisoría y hasta contradictoria, unas
veces de guerrilleros (gente contraria al Estado), otras de paramilitares
(gente al servicio del Estado), algunas más de asesinos o de violentos o, como
en esta ocasión, de golpeadores y de que realizamos hostigamientos y amenazas.
La intención siempre ha sido clara para nosotros y quienes apoyan nuestro
trabajo, por medio de ese tipo de señalamientos que el Estado despliega (pero
que reproducen medios de comunicación y algunas otras personas) tratan de
desprestigiar nuestro trabajo de defensa de los derechos humanos, tratan de
poder convencer a cada uno de los que nos apoya y conoce de que no somos
defensores de derechos humanos con el objetivo de estigmatizarnos ante la
sociedad, de sembrar la duda para así poder criminalizarnos y judicializarnos
o, lo que es más probable en este contexto mexicano, ejecutarnos
extrajudicialmente o desaparecernos de manera forzada sin que se pueda acusar
al Estado de haber atacado a una organización de derechos humanos o, lo que es
lo mismo, sin que el Estado enfrente un alto costo político.
Para nosotros es necesario afirmar que los hechos hablan por sí mismos,
cada uno de los actos y acciones que hemos venido realizando en nuestro
esfuerzo por acompañar al pueblo organizado en su lucha por defender sus
derechos humanos muestran no sólo la falsedad de cada una de las difamaciones
de las que hemos hablado, sino el hecho de que nuestro actuar afecta
directamente los intereses del Estado, por lo que es evidente que es éste quien
tiene interés en dañar no sólo nuestra imagen, sino nuestra integridad física y
psicológica.
Como todos ustedes saben, el año antepasado fuimos reconocidos con el Premio Alemán de la Paz de
Aquisgrán 2012; actualmente somos convocantes del Premio Nacional en Derechos
Humanos Don Sergio Méndez Arceo; somos parte de la Red Nacional de
Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos;
somos parte de la Campaña Nacional Contra la Desaparición Forzada; somos parte
de la coordinación del trabajo que realiza la mesa de guerra sucia del Tribunal Permanente de los Pueblos
Capítulo México. Otras actividades que hemos realizado en el pasado
y que han terminado son la capacitación de documentación de violaciones a los
derechos humanos y acompañamiento de la Comisión de Derechos Humanos del
Movimiento de Paz con Justicia y Dignidad, ese mismo acompañamiento realizamos
con el Comité Jurídico y de Derechos Humanos del Movimiento #YoSoy132.
Es importante decir que hemos documentado permanentemente desde el 2002
los casos de presos
por motivos políticos en México y desde 2008 los casos de ejecución
extrajudicial y desaparición
forzada en contra de defensores de derechos humanos y
luchadores sociales en México, gracias a este trabajo hemos publicado varios informes sobre violaciones
graves a los derechos humanos y la lógica y estrategia con la que estas ocurren.
Además, desde el año 2002 y hasta la actualidad nos acompañan las Brigadas Internacionales de Paz,
organización que apoya a defensores de derechos humanos amenazados de muerte;
además desde el año 2006 algunos miembros de nuestra organización tienen medidas cautelares de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos por amenazas de muerte en
nuestra contra. Con respecto a esto, cabe recordar que uno de los puntos
tratados ante la Secretaría de Gobernación fue que ningún funcionario podía
acusarnos de ser una “fachada de un grupo insurgente” si no probaba dichas
acusaciones, ante esa imposibilidad, a partir de ese año, ningún funcionario ha
mentido sobre nuestro trabajo públicamente, sin embargo ahora enfrentamos esas
mismas descalificaciones que son realizadas por otros actores que, a su
servicio, lo han hecho en tanto que sólo repiten, cambiando la etiqueta con la
que se nos estigmatiza, las mimas mentiras, rumores y especulaciones del
Estado. Con estos otros actores nos referimos a dos o tres periodistas, y, las
más de las veces, a “gente anónima”. Consideramos que el uso de este tipo de
actores se encuentra dentro de la lógica de preponderar el uso de la
aquiescencia para cometer violaciones a los derechos humanos. La aquiescencia
implica que el Estado utiliza a civiles para cometer las violaciones a los
derechos humanos debido a que de esa forma es casi imposible demostrar que quien
comete tales acciones es el mismo Estado por medio del disfraz de particulares.
Es este el trabajo que le es incómodo al Estado mexicano. Las falsas
acusaciones de las que somos víctimas actualmente no son más que otro intento
dentro de los muchos hostigamientos, las trece amenazas de muerte y las
acusaciones sin fundamentos y muchas veces absurdas y contradictorias, por
medio de las que el Estado intenta que detengamos el ejercicio de nuestro
derecho a defender los derechos humanos.
Por todo ello, nuevamente, hacemos responsable al Estado mexicano de
todas las consecuencias de estos ataques y acusaciones en nuestra contra, así
como de cualquier ataque en contra de la integridad física o psicológica de
todos los integrantes y colaboradores del Comité Cerezo México.
Por último, y como siempre, llamamos al movimiento social y de derechos humanos
a estar pendientes de esta situación.
Comité Cerezo México
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