16 de enero de 2014

LA ORGANIZACIÓN DE DERECHOS HUMANOS COMITÉ CEREZO MÉXICO NUEVAMENTE BAJO EL ATAQUE DEL ESTADO



Por todo ello, nuevamente, hacemos responsable al Estado mexicano de todas las consecuencias de estos ataques y acusaciones en nuestra contra, así como de cualquier ataque en contra de la integridad física o psicológica de todos los integrantes y colaboradores del Comité Cerezo México.

A las organizaciones de derechos humanos
A las organizaciones sociales
A todas y cada una de las personas solidarias y amigas de nuestra organización
El 10 de enero del año en curso fue publicado un comunicado donde, para nuestra sorpresa, no sólo somos mencionados, sino que somos víctimas de una serie de señalamientos infundados en contra de nuestra organización de derechos humanos Comité Cerezo México. Tal documento afirma lo siguiente:

“hacemos público la serie de amenazas y hostigamiento que hemos recibido de varias de las personas que reconocemos son parte de la Brigada Multidisciplinaria, Comité Cerezo y Coordinación. Conocemos sus estrategias y hemos recibido sus golpizas anteriormente, pero esta vez estamos dispuestxs a responsabilizarlxs por si algo nos sucede a nosotrxs y al espacio.”
Vale la pena decir que tal comunicado parece ser una respuesta a la carta que firmó el área de Cultura del Comité Cerezo, en conjunto con otros artistas solidarios. Es importante que todos sepan que en dicha carta expresamos nuestro desacuerdo por la afectación al trabajo cultural que se llevaba a cabo en el Auditorio Ché Guevara de la UNAM como consecuencia de la toma violenta que ocurrió en este espacio el día 19 de diciembre del año pasado. Es importante precisar que no sólo el trabajo del área de Cultura se vio afectado, en tanto que existen otras actividades que realizamos con diversas organizaciones sobre los temas de desaparición forzada y estrategias de represión en México, la situación de la prisión por motivos políticos y los derechos humanos como una herramienta para desnudar las políticas de criminalización del derecho humano a la protesta que lleva a cabo el Gobierno del Distrito Federal, mismas que se han visto afectadas e interrumpidas debido a tal toma.
Como siempre lo hemos hecho, debido a las razones ya expuestas, utilizamos nuestro derecho a manifestar lo que pensamos e hicimos público nuestro sentir con respecto al detrimento que significaba el cierre del Auditorio Ché Guevara para este tipo de actividades.
Desafortunadamente, ante nuestro posicionamiento a favor de las actividades que aumentan la capacidad de los defensores de derechos humanos y de luchadores sociales y apuestan al trabajo coordinado y solidario, nos encontramos con estas difamaciones lamentables. El Comité Cerezo México considera que este ataque aumenta el grado de riesgo en el que nos encontramos. A continuación explicaremos por qué.
Es claro que acusar al Comité Cerezo México de amenazar y hostigar, e incluso de haber golpeado a persona alguna es una mentira que surge de la necesidad del Estado mexicano de, nuevamente, deslegitimar nuestro trabajo de derechos humanos. Desde nuestra interpretación de los hechos nos encontramos ante una nueva embestida por parte del Estado, tal embestida repite, de fondo, la estrategia con la que en los 12 años que tenemos de existencia se nos ha atacado, aunque cambia un poco en su forma.
Para muchos de ustedes es bien sabido que somos una organización que, en su surgimiento, fue (y en algunos casos sigue siendo) estigmatizada como “fachada de un grupo insurgente”. Con tal estrategia discursiva el Estado intentó aislarnos del movimiento social y de derechos humanos como una respuesta a la denuncia de la injusta detención y tortura de tres de los hermanos Cerezo Contreras y Pablo Alvarado Flores. Tal argumento no sólo fue utilizado para evitar que hubiera solidaridad con respecto a este caso, sino para justificar las amenazas de muerte y el hostigamiento y vigilancia que desplegó el Estado en nuestra contra como respuesta al hecho de que afectábamos claramente sus intereses al develar la impunidad con la que actuaban.
Es cierto que con el paso del tiempo y gracias al trabajo que hemos realizado, la artimaña por medio de la cual deseaban aislarnos y atacarnos perdió efectividad. Actualmente muchas organizaciones de defensa de los derechos humanos y de las organizaciones sociales han ido reconociendo el verdadero carácter de nuestro trabajo, la solidaridad de muchas otras personas nunca nos ha abandonado y gracias a todo ello pudimos demostrar que tales señalamientos no eran más que mentiras por medio de las cuales se nos atacaba de manera sistemática. Sin embargo esa estrategia de estigmatización se ha repetido una y otra vez en nuestra contra.
En los 7 años que llevamos con medidas cautelares por parte de la CIDH hemos enfrentado diversas campañas orquestadas por agentes del Estado, en cada una de ellas se nos acusa, de manera irrisoría y hasta contradictoria, unas veces de guerrilleros (gente contraria al Estado), otras de paramilitares (gente al servicio del Estado), algunas más de asesinos o de violentos o, como en esta ocasión, de golpeadores y de que realizamos hostigamientos y amenazas. La intención siempre ha sido clara para nosotros y quienes apoyan nuestro trabajo, por medio de ese tipo de señalamientos que el Estado despliega (pero que reproducen medios de comunicación y algunas otras personas) tratan de desprestigiar nuestro trabajo de defensa de los derechos humanos, tratan de poder convencer a cada uno de los que nos apoya y conoce de que no somos defensores de derechos humanos con el objetivo de estigmatizarnos ante la sociedad, de sembrar la duda para así poder criminalizarnos y judicializarnos o, lo que es más probable en este contexto mexicano, ejecutarnos extrajudicialmente o desaparecernos de manera forzada sin que se pueda acusar al Estado de haber atacado a una organización de derechos humanos o, lo que es lo mismo, sin que el Estado enfrente un alto costo político.
Para nosotros es necesario afirmar que los hechos hablan por sí mismos, cada uno de los actos y acciones que hemos venido realizando en nuestro esfuerzo por acompañar al pueblo organizado en su lucha por defender sus derechos humanos muestran no sólo la falsedad de cada una de las difamaciones de las que hemos hablado, sino el hecho de que nuestro actuar afecta directamente los intereses del Estado, por lo que es evidente que es éste quien tiene interés en dañar no sólo nuestra imagen, sino nuestra integridad física y psicológica.
Como todos ustedes saben, el año antepasado fuimos reconocidos con el Premio Alemán de la Paz de Aquisgrán 2012; actualmente somos convocantes del Premio Nacional en Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo; somos parte de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos; somos parte de la Campaña Nacional Contra la Desaparición Forzada; somos parte de la coordinación del trabajo que realiza la mesa de guerra sucia del Tribunal Permanente de los Pueblos Capítulo México. Otras actividades que hemos realizado en el pasado y que han terminado son la capacitación de documentación de violaciones a los derechos humanos y acompañamiento de la Comisión de Derechos Humanos del Movimiento de Paz con Justicia y Dignidad, ese mismo acompañamiento realizamos con el Comité Jurídico y de Derechos Humanos del Movimiento #YoSoy132.
Es importante decir que hemos documentado permanentemente desde el 2002 los casos de presos por motivos políticos en México y desde 2008 los casos de ejecución extrajudicial y desaparición forzada en contra de defensores de derechos humanos y luchadores sociales en México, gracias a este trabajo hemos publicado varios informes sobre violaciones graves a los derechos humanos y la lógica y estrategia con la que estas ocurren.
Además, desde el año 2002 y hasta la actualidad nos acompañan las Brigadas Internacionales de Paz, organización que apoya a defensores de derechos humanos amenazados de muerte; además desde el año 2006 algunos miembros de nuestra organización tienen medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por amenazas de muerte en nuestra contra. Con respecto a esto, cabe recordar que uno de los puntos tratados ante la Secretaría de Gobernación fue que ningún funcionario podía acusarnos de ser una “fachada de un grupo insurgente” si no probaba dichas acusaciones, ante esa imposibilidad, a partir de ese año, ningún funcionario ha mentido sobre nuestro trabajo públicamente, sin embargo ahora enfrentamos esas mismas descalificaciones que son realizadas por otros actores que, a su servicio, lo han hecho en tanto que sólo repiten, cambiando la etiqueta con la que se nos estigmatiza, las mimas mentiras, rumores y especulaciones del Estado. Con estos otros actores nos referimos a dos o tres periodistas, y, las más de las veces, a “gente anónima”. Consideramos que el uso de este tipo de actores se encuentra dentro de la lógica de preponderar el uso de la aquiescencia para cometer violaciones a los derechos humanos. La aquiescencia implica que el Estado utiliza a civiles para cometer las violaciones a los derechos humanos debido a que de esa forma es casi imposible demostrar que quien comete tales acciones es el mismo Estado por medio del disfraz de particulares.
Es este el trabajo que le es incómodo al Estado mexicano. Las falsas acusaciones de las que somos víctimas actualmente no son más que otro intento dentro de los muchos hostigamientos, las trece amenazas de muerte y las acusaciones sin fundamentos y muchas veces absurdas y contradictorias, por medio de las que el Estado intenta que detengamos el ejercicio de nuestro derecho a defender los derechos humanos.
Por todo ello, nuevamente, hacemos responsable al Estado mexicano de todas las consecuencias de estos ataques y acusaciones en nuestra contra, así como de cualquier ataque en contra de la integridad física o psicológica de todos los integrantes y colaboradores del Comité Cerezo México.
Por último, y como siempre, llamamos al movimiento social y de derechos humanos a estar pendientes de esta situación.

Comité Cerezo México

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