En la primera administración municipal de Tomas Rios Bernal (1994-1997),
también represento el inicio de presupuestos adicionales que fueron bien
aprovechados por Ríos Bernal, mismos que nunca señaló y que le brindaron
la oportunidad de realizar más obras, los recursos del 033, que anteriormente
no existían brindo el lucimiento de la administración panista, efectivamente se
hicieron más obras, se puso en la mira lograr el bastión de votos que les
brindara la continuidad en el gobierno, la Sierra El Gallego, hasta
donde llevaron algunas migajas del presupuesto que se asignaba a Córdoba, les
vendieron la idea que gracias a su buena administración se lograría mejorar las
condiciones de vida de las comunidades que se ubican en esta región serrana del
municipio, también en esta administración se vivió la corrupción, aquel famoso
pago que una tienda comercial realizará para lograr el permiso de una glorieta,
recursos que el encargado de realzar el trabajo sucio recibió, en su afán de
cimentar a su partido no tuvieron empacho en afectar a muchos cordobeses que
habían sido afectados por la explosión de ANAVERSA, personas que requerían ser
atendías y medicadas, recursos que el gobierno del estado les brindo para
formar un fideicomiso que les permitiera solventar sus gastos, prefirieron
desprestigiar a la administración anterior, los 100 mil pesos el entonces
alcalde cordobés Tomas Ríos Bernal se excuso, señalando que estos recursos
habían llegado pero que al no estar etiquetados los utilizó para continuar la
obra del parque Paso Coyol y qué decir de aquel proyecto sobre los túneles que
recorrían parte de la ciudad de Córdoba y que fueron utilizados en la Guerra Cristera,
sabedor de que estos túneles eran utilizados por los sacerdotes para escapar de
los ataques de los cristeros y que en ellos se albergaban riquezas, que los
clérigos enterraron buscando evitar que fueran robados, Ríos Bernal mando una
comisión encabezada por José Luis Arenas para que realizara la expedición
(excavaciones), dando como resultado que estos túneles solo eran cavernas que
se habían formado por el reblandecimiento de la tierra y que representaban un
peligro por lo que fueron clausurados, sobre el resultado de las excavaciones
de eso nunca se informo.
“Veinte Años No Es Nada”, como dice el famoso tango argentino, para Tomas
Ríos Bernal regresar a Córdoba en busca de glorias pasadas, representa una de
las mayores coyunturas para su partido y quien fuera símbolo de la unidad
partidista, ahora representa el mayor resquebrajamiento del panismo en
Córdoba, la desbandada de militantes panistas que por años habían
permanecido en sus filas y que fueran parte medular de sus campañas políticas,
abandonan al panismo y hay quienes dicen seguir siendo panistas, pero que están
en contra de las imposiciones y de la manera en que estas se dan, como decir
que somos demócratas, si lo que menos se tiene es la transparencia en la
designación de candidatos, la inflación del padrón, el pago de votos fueron
factor determinante, para que Ríos Bernal ganara la designación, aunque aún
existen impugnaciones, estas seguramente no fructificarán, Juan Carlos Castro
Pérez aspirante a la alcaldía de Córdoba fue el primer panista en renunciar, el
motivo de su renuncia fue la contienda interna amañada en la que se elige a
Ríos Bernal como candidato de Acción Nacional a la alcaldía de Córdoba,
le siguieron otros miembros activos y el comité en pleno abandono las filas
azules, se ha buscado minimizar la salida de estos miembros pero la realidad es
otra, pugnas internas.
y se hace el acercamiento con Serralde (principal operador de Yunes
Linares), de esta negociación, son incrustados en la planilla de Tomas Ríos
Bernal a dos de sus principales operadores en esta zona, Paola Pardo de Aquino
quien fuera la responsable del programa Oportunidades en la zona centro e Iván
Espinoza Armida, a quien responsabilizan de inflar el padrón de militantes de
Acción Nacional en la zona centro, este como encargado de atención del programa
Oportunidades, al tener la mayor cantidad de militantes que votarían para
elegir a su candidato, Espinoza Armida había garantizado el triunfo de Ríos
Bernal, los mismos panistas lo señalan de haber utilizado el programa social
para coaccionar el registro a cambio de que se registraran como panistas, la
llegada de Serralde fue el detonante que el panismo necesitaba para aceptar que
su partido había perdido su origen, que la doctrina inculcada había quedado
atrás, por lo que se dio la desbandada que aun no se logra asimilar, la llegada
a la candidatura de Tomas Ríos Bernal a la alcaldía de Córdoba, no es la
preocupación por sacar adelante a su ciudad que tanto “quiere”, sino la
simulación de una democracia partidista que únicamente beneficiara a unos y
mantendrá en la desigualdad a muchos.
Con el recuerdo no se vive y Ríos Bernal, busca convencer de los logros que
dice haber tenido hace 20 años, pero habrá que preguntarle que ha hecho durante
sus años de gestión como diputado federal y al frente de otros organismos para
los cordobeses y por qué no de la cantidad de hectáreas que dicen vendió
cuando estuvo en la Reforma Agraria.
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