Veracruz, Ver.- El gobierno ni la
sociedad tiene idea de lo que se está gestando por las docenas de casos de
desaparecidos a lo largo de la entidad. Es un dolor que no tiene límites, un
duelo que no concluye, y lo peor, un proceso en el que los familiares de los
desaparecidos marchan solos.
Así lo ve la periodista
independiente Daniela Rea, directora del documental “En algún sitio”, en el que
da voz a dos mujeres con familiares por la guerra sucia y por la lucha contra
la delincuencia organizada, y es este capítulo el más cercano a la realidad
veracruzana.
En estos días, por ejemplo, son
notorias las noticias de fosas clandestinas encontradas en la playa, en el
monte, en cada uno de los rincones de Veracruz hay referente sobre casos de
personas sin identificar que son encontradas en agujeros.
Si en algún municipio se da
noticia sobre la aparición de alguna fosa, las familias con desaparecidos
corren al Forense más cercano, así pasó hace una semana en Cosamaloapan tras
darse la noticia del hallazgo de un entierro clandestino. Se decía que eran más
de 12 muertos. Las familias abarrotaron el SEMEFO esperando noticas, en medio
del llanto y la premura, pero al final, la autoridad dijo que solo era una
mujer, la habían secuestrado un mes antes.
-¿Qué está pasando con la
sociedad veracruzana con esas desapariciones que no han sido resueltas? –se le
cuestiona.
-Veracruz es uno de los estados
donde menos claridad hay sobre las personas desaparecidas. La respuesta
gubernamental de justificar siempre los crímenes (lo vimos en el caso de la
señora Bárbara Ybarra) y acusar a las familias es un primer síntoma de no
querer reconocer lo que pasa en su estado.
“Al no hacerlo, se quiere
deslindar de cualquier responsabilidad de dar seguridad, de proteger a las
víctimas, de comenzar protocolos de búsqueda, de sancionar a las autoridades
responsables de la desaparición y también de que las investigaciones no
avancen”, dice la coautora de 'Entre las Cenizas'.
Este discurso del gobierno
–agrega- baja capa por capa hasta llegar a permear a una sociedad que, para
sentirse segura, por esa urgencia de sentirse segura, niega lo que está
pasando. "En algo andaban”, "Nosotros no somos así", son frases
comunes que usa la sociedad para sentir que el riesgo, el peligro no los ronda,
para decir "a mí no me va a pasar". Este es un discurso que niega la
realidad, para sentir que no ocurre y por lo tanto no le ocurrirá. Y esto se
fortalece por la actitud del gobierno de "les pasó porque en algo
andaban" o negar que ocurre.
“En esto, las víctimas quedan en
medio de un doble desprecio: el de la autoridad que criminaliza a las íictimas
para que sus familias 1) no quieran buscarlos por miedo a que a ellos les pase
algo 2) "justifiquen" en el actuar de su familiar que el gobierno no
los busque... Y el otro desprecio de la sociedad, que no las cobija, no las
arropa, no generan empatía con ellas en su demanda y su sentir”.
-¿Esa ruptura ya se manifiesta
como algo palpable o lo veremos más adelante, como en Guatemala y Argentina y
sus desaparecidos?
-Ya se manifiesta, yo considero,
tan así que las víctimas que ahora buscan a sus familiares andan solos. Es
impresionante cómo han venido mamás de Córdoba y Orizaba a denunciar los casos
de sus hijas, hijos, una veintena al menos. Veracruz, la particularidad que tiene
ante otros estados, es que el gobierno de Duarte se empeña en negar lo que
ocurre. ¿A qué te refieres en lo de las dictaduras de Centroamérica?
-Pues por ejemplo, casos como el
de Guatemala, pues... tuvieron que pasar 30 ó 40 años para saber de las
tumbas, de las fosas y todo lo relacionado a los muertos en esos procesos
militares; y Argentina, con el tema de los bebés intercambiados que al
final se convirtió en un gran movimiento de sus madres, pero heridas que
tardan mucho en sanar..
-Ellos tardaron 30, 40 años en
llevar a juicio a los responsables. Lo vemos a distancia y nos parecen
ejemplares, y lo son. Pero su lucha también tuvo oídos sordos en su momento,
ahora, con las generaciones nuevas y mayores garantías de defensa de los Derechos
Humanos, los reclamos de antes encuentran un eco mayor. En México deberíamos
aprender de esa experiencia y no lo estamos haciendo, nos seguimos sintiendo
ajenos
-¿Podríamos decir que contamos
con mayores esperanzas de que los culpables, sean delincuentes o autoridades,
pueden ser llevados a juicio en un lapso menor?
-Deberíamos tener esa esperanza,
pero no. Lo que estoy diciendo es que no hemos aprendido nada ni de las luchas
que dieron en otros países latinoamericanos durante las dictaduras ellos tardaron
30, 40 años en llevar a juicio a los responsables ni hemos aprendido de las
luchas que dieron las mamas de desaparecidos en México durante la Guerra Sucia
hace 30, 40 años...
-Tenemos ese referente entre
nosotros, la señora Rosario Ibarra de Piedra, por ejemplo.
-Ella es una de cientos de mamas
que salieron a las calles a buscar a sus hijos y han muerto esperando siquiera
que el gobierno reconozca que fueron desaparecidos.
El documental busca poner en un
espejo a la sociedad mexicana, la que ahora se espanta de las desapariciones
pero ignoró la lucha que dieron las madres en las plazas buscando a sus hijos
hace 30, 40 años.
“Es una deuda grandísima la que
tenemos en México, porque a diferencia de los otros países latinoamericanos
donde hubo desapariciones de las dictadoras 1) aquí no hemos juzgado a los
responsables y 2) aquí padecemos una nueva oleada de desaparecidos que no se ha
dado en ningún otro país salvo Colombia por el conflicto guerrillero”.
-Regresando a Veracruz, qué pasa;
además de que la autoridad no escucha y todo eso y que trata de cubrir de lodo
el nombre de las víctimas, ¿qué está pasando más allá de eso?
-¿Cómo qué te imaginas?
–cuestiona ella.
-Lo peor… mucho dolor... el dolor
de saber y no si tu familiar está muerto. Un duelo que no se consuma, como
dices en la presentación de tu proyecto.
-Creo que en Veracruz y en México
no tenemos idea ninguna de lo que esta pasando. Aún no nos damos cuenta de que
la guerra ocurrió, ocurre y de sus saldos. Son heridas que no concebimos aún,
que ni siquiera imaginamos, que no sabemos que tan hondo llegaron y qué efecto
podrán tener a nivel social a largo plazo.
“Lo decía una académica sobre
Juárez "nunca nos preguntamos qué pasaría con los hijos de las muertas (de
Juárez) cuando crecieran. Ahora vemos esta guerra que nos está pasando encima y
estamos obligados a preguntarnos qué pasara con los hijos de los muertos cuando
crezcan".
Daniela Rea dice que
“parece ser que a todos se nos olvidó de nuevo esa pregunta. Estuve en Juárez y
el abandono a los huérfanos es brutal.
¿Alguien ha hecho algo por los
huérfanos en Veracruz?, ¿por las viudas? ¿alguien se ha preocupado?, ¿el
gobierno, universidades, ONG, académicos, estudiantes en saber como están?
“Lo que pasa no solo es
responsabilidad del gobierno... yo me pregunto, donde está la UV preparando a
sus sicólogos y abogados para dar soporte emocional y legal a las víctimas? La
universidad está ajena a ello?
Finalmente, agradece al resto del
equipo participante en el documental, Gabriel Villegas, fotógrafo; y el
investigador Mario Villegas. El documental se terminará en breve se junte una
suma determinada para tomar las imágenes y la edición, para lo que solicitan el
apoyo de recursos en línea:http://fondeadora.mx/projects/en-algun-sitio
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