22 de marzo de 2014

EL INTERINO

Escenarios 
Por Eduardo de la Torre Jaramillo
En los próximos meses el gobierno del estado de Veracruz se quedará sin timonel, ya que el gobierno federal regresará a las viejas prácticas autoritarias de cambiar gobernadores. 

La hipótesis anterior se contrasta desde la campaña de Enrique Peña Nieto; el primer acto fue la detección de 25 millones de pesos en efectivo en el aeropuerto de Toluca a Vicente Benítez; posteriormente Peña Nieto perdió la elección en Veracruz ante Josefina Vázquez Mota, por cierto los flamantes “operadores políticos” como Jorge Carvallo habían afirmado que el candidato del PRI tendría millón y medio de votos en Veracruz.

La historia siguió cuando el ya presidente Peña Nieto le fue suspendido temporalmente el “Pacto por México” por el uso de los programas sociales para manipular el voto en Veracruz, esa estrategia del “oro molido”, expresión de Salvador Manzur que se quedará para la negra historia política local; y de allí cada semana el gobierno de Veracruz tiene un escándalo con ecos nacionales: asesinatos de periodistas; de cantantes; incremento de secuestros; aumento de feminicidios; asesinatos de ambientalistas; en fin, toda una cruzada en contra de los críticos e incómodos del régimen que no admite diferencia alguna; más la crisis de seguridad pública.

Empero, la realidad que ya derrotó al gobierno estatal es la económica; con una deuda que ya asciende a los 98,000 mil millones de pesos; un gobierno que ya es insolvente para pagar la nómina de sus burocracias, de las pensiones, de los maestros; y si le agregamos que la Auditoría Superior de la Federación ya tiene como deporte favorito anual, realizar observaciones a la secretaría de educación por tres mil millones de pesos anuales, en donde el chantaje es fingir la solventación del año anterior para que reciban el dinero correspondiente al año que va corriendo, y así arrastrar las observaciones, esto tiene casi una década que está sucediendo; por eso el gobierno federal exigió el cese el exoficial mayor de esa secretaría, Edgar Spinoso.

Una de las ramificaciones anteriores es la gobernabilidad “rentista” que ha practicado este gobierno en todas las elecciones que ha enfrentado: 2010, 2012 y 2013, allí un “operador político” de apellido Deantes era el que “encantaba” a la oposición, el que tuvo tratos con el PRD “rojo”, el que puso al secretario ejecutivo del IEV; inclusive fue el que redactó el fallo para abortar la alianza PAN-PRD y donde siguió muy bien las instrucciones la exmagistrada electoral Yoli García. De esto ayer, un ignorante diputado del PRI dijo: “que tiene de malo que Gabriel Deantes trabajará en su oficina de la calle Orizaba en Xalapa”; sólo para aclarar este punto, el segundo piso de ese edificio estuvo rentado para la secretaría de acción electoral del PRI en las elecciones 2012 y 2013. No cabe duda que el cinismo ya es algo habitual en estas pandillas políticas.

Es así como el gobierno del estado está quebrado económicamente, en los temas de seguridad pública, en la persistencia de la pobreza, de nula obra pública y en el efímero triunfo político de las elecciones pasadas con su sobrerrepresentación del 16%, gracias a eso tuvo una mayoría mecánica en el Congreso Local, y toda esa explosiva mezcla está construyendo un Estado inviable, no fallido, de éste último sólo se tiene un gobierno fallido con municipios quebrados también financieramente secuestrada su autonomía por 30 años, gracias a la bursatilización..

Por todo lo anterior, el próximo gobernador interino tendrá que ser un técnico, es decir un especialista en economía para empezar a reordenar las finanzas, y allí están los primeros propuestos: el director del IMSS y el subsecretario de hacienda; José Antonio González Anaya y Fernando Aportela Rodríguez. Para después tener una gubernatura de dos años y de allí intentar recomponer la parte política. Estos son los escenarios que vendrán en Veracruz.

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