Inocencio Martínez Cortes/ En Pie de Lucha
En Veracruz como en toda la República, la desaparición de personas, es el tema de todos los días, comentarios en los cafés y chismes de la población.
La colonia en donde tengo mi domicilio junto y en donde se encuentra la escuela primaria en la que asisten mis hijos y vecinos, da la nota para iniciar la segunda semana de marzo, al encontrar una mujer que desapareció el domingo y fue encontrada asesinada al siguiente lunes.
A escasos días de haberse celebrado el día internacional de la mujer, hecho que se suscita como una afrenta para la autoridad que se desgañito en celebraciones para ellas, pero sin la garantía de seguridad que de verdad las cobije.
Desde luego no es caso aislado, ni único, existen cientos de desaparecidos en el estado de Veracruz y miles en el país, sin que tengamos la certeza de donde se encuentran y si de verdad se ha hecho justicia en la mayoría de los casos.
Otro ejemplo aterrador que tengo conocimiento, es el de Gerardo Morales Blanco, quien despareció el pasado viernes 28 de febrero en Coatzacoalcos y fue encontrado sin vida con dieciséis puñaladas en el cuerpo, en la congregación “El Atos” de aquella localidad.
¿Y la policía? ¡Bien gracias! No tenemos quien nos ayude a prevenir las desapariciones y muertes violentas, cuando se denuncian, la autoridad no les cree, para nuestra ahí está la muerte del periodista Gregorio Jiménez, quien a tiempo hizo la denuncia formal y publica mostrando su temor y no le hicieron caso.
Existe un agrupación que se denomina “Colectivo por la paz” que ha levantado la voz, el gobernador se ha comprometido con escuchar a las familias que tiene desaparecidos, el procurador hace llamados y dice que ha implementado acciones para prevenir y en su caso encontrar desaparecidos, sin embargo no hay respuesta.
En mi concepto, estamos ante una omisión grave y dolosa del gobernante, al hacerse de la vista gorda por la presencia de los delincuentes que existen y ante el temor que manifiesta al dejarlos actuar impunemente.
No es posible que a plena luz del día y con la vigilancia que tiene con las cámaras instaladas por doquier haya delincuencia y no los identifiquen para de inmediato capturarlos.
Las desapariciones están llegando al límite, la sociedad se está fastidiando, se trata de perder a un ser querido, un ser humano, que no debe ser tocado por nadie, los derechos humanos se deben respetar, si alguien debe algo que se le castigue y obligue a resarcir el daño, pero no cobrárselo con la vida y menos en la forma en que han aparecido de manera horrenda y trágica para la familia que no tienen por qué sufrir la consecuencias.
FUENTE: PLUMAS LIBRES
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